Por Ysrrael Camero,
04/05/2015
Uno de los
aspectos más negativos del balance que podemos hacer del proceso de
transformación política que Venezuela ha vivido los últimos quince años es que,
más allá de la retórica rimbombante y de las loas ocasionales de algunos
románticos, nos hemos venido quedando atrás respecto a las grandes corrientes
mundiales de cambio tecnológico, económico, político, social y cultural.
El público
debate político e ideológico, siempre necesario, presenta en Venezuela una
regresión con rasgos anacrónicos. Soy defensor de la necesidad de discutir alta
política, incluso de debatir en términos ideológicos, filosóficos y de valores
la dirección que queremos darle al proyecto histórico venezolano, pero siempre
insertos dentro de un debate global, humano, que se está dando actualmente.
No demonizo el
empleo de términos como “socialismo” o “revolución”, aunque soy profundamente
crítico de su uso dogmático y anacrónico. El dogmatismo del siglo XXI es
incapaz de entender los cambios en las condiciones objetivas y subjetivas que
han venido alterando el mapa conceptual y tecnológico que nos permite darle
forma al futuro, tiene más vinculación con el reaccionario fundamentalismo
religioso que con un acercamiento moderno al cambio social y político. No se
puede hablar de socialismo en el siglo XXI sin tener un acercamiento crítico a
las terribles experiencias de los experimentos totalitarios en el siglo XX, y
no se puede hablar de “Revolución” sin comprender los cambios que dicho
concepto ha tenido desde fines del siglo XVIII.
En Venezuela
hemos necesitado volver a lo básico, hemos tenido que defender los derechos
individuales, las libertades civiles fundamentales, el proyecto republicano y
democrático ante la arremetida autoritaria, la separación y equilibrio de
Poderes ante el nuevo discurso despótico. Este retorno a debates superados en
otras latitudes no nos ha permitido prestar la debida atención pública a los
términos de un debate mundial sobre la crisis de un modelo civilizatorio, sobre
las transformaciones que en la humanidad se derivan de trascendentales
innovaciones tecnológicas que están modificando nuestra relación con la
naturaleza y entre nosotros, en los límites éticos de la acción humana, en fin,
el debate sobre el futuro de la humanidad.
Lo que sucede
en Venezuela efectivamente no está aislado de los cambios mundiales, como
veremos más adelante, sino que es expresión concreta de los mismos, pero el
mapa conceptual desde el que nos estamos acercando en el debate público nos
está haciendo difícil comprender, hacer comprender, y transformar nuestra
realidad. De aquí la necesidad, para comprendernos, de colocar nuestra mirada
en el horizonte, de revisar los términos del debate mundial, de acercarnos a lo
que se está discutiendo hoy como Humanidad.
En el marco de
este interés por reconectar el debate venezolano con el debate global llegó en
noviembre a mis manos un documento que me parece de trascendental relevancia.
Revisé con interés el Informe del Foro Económico Mundial presentado en Dubái.
Un informe sobre la Agenda Global 2015 donde
expertos reflexionan sobre diez tendencias globales que perciben como retos que
estamos enfrentando, y tendremos que enfrentar en un futuro, como humanidad.
En este
artículo especial hago un ejercicio de reflexión sobre cada una de ellas más
allá del acontecimiento, del día a día, intentando comprender el devenir de la
Venezuela actual en correlación con estas tendencias globales. El diálogo entre
lo global y lo particular, nacional, y entre el acontecimiento que nos abruma,
la coyuntura que nos posiciona, y el largo plazo que nos ubica en el horizonte
humano, nos será tremendamente útil para las luchas que estamos dando y que seguiremos
dando en un futuro.
Las diez
tendencias globales, para los próximos doce a dieciocho meses, donde estos
expertos colocan su interés, pueden agruparse en cinco grandes bloques:
primero, en términos específicamente económicos, la profundización de las desigualdades (1)
y la persistencia deldesempleo (2); segundo, en términos políticos la crisis
del liderazgo (3) y el debilitamiento de la democracia representativa
(5); tercero, en lo que se refiere a los nuevos desequilibrios mundiales de
poder, el ascenso de la competencia geoestratégica (4) y la
intensificación de los nacionalismos(8); cuarto, en lo que se refiere al
impacto del cambio climático, el aumento de la polución en el mundo
en desarrollo (6), la creciente posibilidad de ocurrencia de catástrofes
climáticas (7) y el incremento del denominado stress hídrico, la
crisis por el escaso acceso al agua (9); finalmente, en quinto lugar, la
creciente importancia de la salud en la economía (10) que deriva, en
gran parte, de cambios demográficos cada vez más globales.
UNA ECONOMÍA
MUNDIAL QUE CRECE DESIGUALMENTE SIN GENERAR EMPLEO SUFICIENTE
La economía
mundial crece moderada y desigualmente, sin mostrar dinamismo en la creación de
empleo, única forma en que la gente puede salir estructuralmente de la pobreza,
generando autonomía real. Cuando señalamos el carácter desigual de la
recuperación económica no solo hablamos del contraste entre la recuperación de
Estados Unidos y el estancamiento europeo sino también que la brecha existente
dentro de las sociedades parecen estarse ampliando. La economía crece para
algunos mientras que se estanca para otros, aunque vivan en la misma ciudad,
por lo que veremos en el futuro una civilización más polarizada, menos
cohesionada, lo que incrementará muy probablemente la conflictividad social y
política.
¿Dónde se incrementará la desigualdad en los próximos 12 a 18 meses? |
La
profundización de las inequidades en el ingreso y de las desigualdades
económicas en general es la primera tendencia global que explora el informe. En
los países desarrollados y en vías de desarrollo la mitad más pobre de la
población tiene acceso a menos del 10% de la riqueza. Esto está vinculado al
tipo de crecimiento de la economía que se está generando luego de iniciada la
crisis de 2008. China está en el centro de este problema, por lo que el máximo
crecimiento de la desigualdad se está dando justamente en Asia.
El continente
más desigual del planeta es el nuestro. América Latina tiene los patrones más
inequitativos de repartición de la riqueza y eso es percibido y atacado en el
informe. Para enfrentar el problema de las desigualdades en Latinoamérica, el
informe hace énfasis en la educación, en los cambios en la política impositiva
y una política activa de bienestar social.
Estrechamente
vinculada a las desigualdades crecientes la persistencia del desempleo, más
allá del crecimiento de la economía, es la segunda tendencia global
identificada para 2015. A pesar de que la economía mundial se ha recuperado de
la crisis global que se inició en 2008 este crecimiento no se ha trasladado a
la misma velocidad a la generación de empleo. Eso quiere decir que el
crecimiento está siendo absorbido con menor cantidad de trabajo, bien por
razones tecnológicas de productividad, bien por razones de absorción desigual
de la riqueza.
Evolución proyectada del desempleo y el crecimiento económico |
La pérdida de
oportunidades de empleo también es un problema importante en América Latina.
Las tres principales soluciones para enfrentar este problema en la región son,
de acuerdo al informe, proveer educación, promover la innovación y crear
empleo.
El derrumbe de
la economía venezolana, certificada oficialmente en recesión para el último
trimestre de 2014, ha tenido que tener un efecto negativo tanto en las
desigualdades como en lo que se refiere a la generación de empleo de calidad. A
pesar de que la retórica oficial, generalmente empleando cifras manipuladas,
había hecho énfasis en la reducción de la desigualdad durante el período de
altos ingresos petroleros, la realidad actual nos muestra un conjunto de
desigualdades estructurales, derivadas de la implantación de un modelo
económico caracterizado por controles arbitrarios con gran discrecionalidad de
los funcionarios.
El modelo
venezolano acumula un gran conjunto de distorsiones en la economía, otorgando
un gran poder a burócratas y funcionarios gubernamentales que controlan el
acceso a amplios recursos de manera discrecional. Así, una pequeña elite tiene
acceso a divisas preferenciales, a recursos públicos ilimitados, a los que la
mayoría no puede acceder, mezclando el desigual acceso al poder político con la
posibilidad de enriquecimiento económico particular. Una economía con precios
dolarizados, un bolívar devaluado y una alta inflación que supera el 60%
(oficial), pero con salarios que pierden valor cada día, acumula desigualdad
entre los que tienen acceso a divisas, a través del acceso al poder, y quienes
no lo tienen.
Esta opacidad
también se expresa en las cifras del desempleo. Aunque el INE señaló que en
diciembre de 2014 el desempleo alcanzaba al 6,4% siendo un 40,3% en la economía
informal, sombras de duda se extienden sobre estas cifras. El cierre masivo de
empresas industriales, la escasez en la inversión productiva, la caída del
Producto Interno Bruto, el ambiente hostil para el emprendimiento económico,
para hacer negocios, no se corresponden al escenario idílico que pretende
mostrar el gobierno en cuanto a sus cifras de desempleo. La persistencia, año
tras año, del decreto de inamovilidad laboral, para impedir los despidos,
tornando más rígido el mercado laboral, lo que inhibe la creación de empleo, es
síntoma de un grave problema en la sostenibilidad del empleo en Venezuela.
El aparato
económico venezolano, en contra de lo que señala el gobierno, potencia las
desigualdades aumentando la dependencia e inhibe la creación de empleo decente,
de empleo productivo, al inhibir la inversión. Nada en 2015 parece señalar que
estas tendencias se reviertan, de hecho, la continuidad en las políticas
rígidas de controles discrecionales agudizará la recesión durante este año que
se inicia.
FRUSTRACIÓN
DEMOCRÁTICA Y CRISIS DEL LIDERAZGO
La crisis de la
política democrática, diagnosticada cuando se habla de la crisis del liderazgo
y del debilitamiento de la democracia representativa, está vinculada con las
presiones a las que está siendo sometido el Estado Nacional moderno por una
economía cuyo flujo es global.
Nunca la
política democrática estuvo más extendida universalmente, aunque la creciente
presencia de regímenes híbridos nos señale sus limitaciones, pero la
frustración respecto a la democracia también se está extendiendo a gran velocidad.
Generalizada crisis del liderazgo |
Recordemos que,
desde el punto de vista de la historia humana, el experimento democrático,
valioso para todos nosotros, es históricamente reciente y frágil. Requiere
determinado conjunto de condiciones para que fructifique y se consolide. La
ciudad-Estado, la polis, y el Estado Moderno, han sido el escenario
territorial, espacial, del ejercicio histórico de la democracia. La disolución
de la antigua polis, incluso de la urbe romana, en una expansión territorial
mayor, tendió a disolver a las democracias, así como las instituciones
republicanas romanas se disolvieron en el Imperio. La disolución de los poderes
del Estado frente a los flujos económicos globales, cada vez más poderosos,
cada vez menos sometidos a algún tipo de control racional, de voluntad democrática,
genera un vértigo al que la democracia no tiene actualmente capacidad de
responder.
El
debilitamiento de la democracia representativa y de su liderazgo expresa
profundamente esta crisis, los indignados en España, las protestas en Estados
Unidos, etc., someten a fuertes críticas la efectividad de las instituciones
existentes. La respuesta política tarda en llegar, en Estados Unidos la
recuperación económica no se ha trasladado a una mayor credibilidad en el
liderazgo político, en Europa la victoria de grupos extremistas, de derecha o
de izquierda, expresan dicha insatisfacción. Estamos viviendo una crisis de la
democracia realmente existente, ¿podremos salvarla? La respuesta queda abierta.
En Venezuela la
crisis de liderazgo es también generalizada, pero no estamos viviendo bajo un
régimen democrático, sino bajo una forma de autoritarismo que mantiene los
rituales de la democracia vaciándolos de sentido y de poder real. En 2014 vimos
una rápida devaluación de los liderazgos tanto oficialistas como de las fuerzas
democráticas.
El caso
venezolano puede ser analizado en el marco de la crisis del paradigma
democrático, la decadencia de una democracia representativa, entre 1983 y 1998,
derivó en el ascenso de un experimento autoritario con vocación totalitaria
entre 1999 y 2014. La crisis de los liderazgos políticos, y de sus
instituciones centrales, los partidos, los sindicatos, etc., sigue siendo parte
del contexto venezolano para 2015.
Para 2015 el
proyecto nacional republicano democrático venezolano seguirá enfrentando la
arremetida autoritaria, y las elecciones parlamentarias serán un momento de
definiciones para el futuro.
DESEQUILIBRIOS
DEL PODER GLOBAL: COMPETENCIA GEOESTRATÉGICA Y NACIONALISMOS
La creciente
competencia geoestratégica es otra de las tendencias que estarán presentes en
2015, efectivamente, la geografía sigue siendo importante. Hubo quienes
hablaron del fin de la geografía con lo desaparición del espacio que implicaba
el desarrollo de las nuevas tecnologías de información y comunicación, pero
estamos viviendo un retorno del referente espacial cuando percibimos una nueva
geoeconomía y una nueva geopolítica. No estamos viendo la disolución del
espacio, la desaparición del paisaje, sino su relocalización vinculada a los
cambios en la administración tecnológica de los tiempos.
Geoeconómicamente
el cambio parece evidente. Así como en el siglo XVI la economía se movió del
Mediterráneo al Atlántico en el siglo XXI estamos presenciado rápidamente la
emergencia del Pacífico. El tráfico comercial se ha mudado al Océano Pacífico,
colocando en el nodo de los flujos mundiales no solo a economías como las de
China e India sino también Australia, Indonesia y países latinoamericanos como
Chile, Perú, Colombia y regiones como California, todas vinculadas a la
economía del Pacífico. Estos cambios en el mapa del poder económico también
tienen impacto en la distribución del poder político, la competencia por África
entre China y Estados Unidos, el control sobre Asia Central y Europa Oriental,
como áreas de influencia de Rusia, los acercamientos entre rusos y chinos. La
realpolitik y la geopolítica vuelven a estar a la orden del día.
La creciente
emergencia del nacionalismo, tan presente en Europa, puede ser vista como una
reacción defensiva frente a los vertiginosos cambios económicos, sociales, culturales
y políticos que afectan a las comunidades. La incertidumbre creciente frente a
los cambios, el debilitamiento de la capacidad efectiva de los Estados,
propician la aparición de reacciones nacionalistas, que buscan recrear una
ensoñación homogénea de la comunidad perdida. Esta tentación es peligrosa, en
ella puede encontrarse la semilla de nuevos conflictos sociales, de la
intolerancia y el totalitarismo.
Para enfrentar
el ascenso de los conflictos geoestratégicos el informe señala que se debe
avanzar en el desarrollo de capacidades de negociación y entendimiento,
fortalecer estructuras de gobernanza, desarrollar una política exterior
pro-cooperación, resolver conflictos y tensiones y fortalecer las
organizaciones multilaterales. Ante la intensificación del nacionalismo, en
América Latina el informe recomienda fortalecer los mecanismos e instituciones
de asociación y cooperación, mantenernos informados y alertas, fortaleciendo la
educación para la ciudadanía.
El descenso de Venezuela en el escenario global |
El lugar de
Venezuela en este escenario de transformaciones geopolíticas se encuentra en
rápido descenso. Tras quince años de retórica rimbombante contra Estados
Unidos, luego de emplear el recurso petrolero como herramienta de presión
geopolítica para diseñar una red de alianzas que se extendía desde Petrocaribe
hasta el Cono Sur, luego de haber intentado construir nuevas relaciones con
Cuba, China, Rusia, Bielorrusia, la política exterior venezolana muestra
señales de debilidad para 2015.
Una petrodiplomacia
temeraria que dependía del alto valor del barril petrolero se debilita en un
contexto de bajos precios como el que se abre durante el año 2015. Esta caída
de los ingresos, la crisis económica, el aislamiento del flujo de
inversiones, implica una pérdida de la importancia geopolítica de Venezuela en
el contexto latinoamericano y mundial.
Tres de las
tendencias analizadas para 2015 están vinculadas con el cambio climático y con
el impacto de la acción sobre la naturaleza. Primero, el gran incremento de la
polución en el mundo en desarrollo, Asia encabeza hoy la lista con un
crecimiento de 37% en la contaminación generada en los próximos 12 a 18 meses.
El crecimiento económico de China ha tenido un alto impacto ambiental, y aunque
este se puede reducir en un próximo futuro, la expansión de las economías del
sur asiático dejará una importante huella ecológica.
Por otro lado
el incremento en la ocurrencia de eventos climáticos catastróficos es otra
tendencia a la que tendremos que responder durante 2015. La reducción de la
vulnerabilidad de nuestras comunidades tiene que ser una política sostenida. En
Venezuela el desastre de Vargas en 1999 nos demostró el impacto que estas
catástrofes pueden tener sobre la población, la pérdida de vidas, la
destrucción de infraestructura, la desaparición de los servicios públicos. Un
crecimiento urbano desordenado, que no preste atención a las potenciales
vulnerabilidades, puede tener un impacto negativo en el momento de que estos
eventos ocurran.
La sed será el signo del futuro para muchos |
Veremos en 2015
un incremento de las tensiones por el desigual acceso al agua en varias
regiones del mundo. Hay quienes señalan que las guerras del futuro serán por
los recursos naturales, teniendo en el acceso a los recursos hídricos el más
importante de ellos. Las sociedades del Medio Oriente, del norte de África, de
México y El Caribe, de Perú y Chile, de Australia, de Indonesia, pero también
España e Italia, serán profundamente afectadas por la escasez de agua.
Venezuela
cuenta con unas inmensas reservas de agua potable, nuestras cuencas
hidrográficas nos convierten en un territorio privilegiado, pero la falta de
mantenimiento en las instalaciones existentes para garantizar la distribución
al grueso de la población ubicada en el norte costero, así como la falta de
inversiones efectivas para que el servicio se preste eficientemente han venido
afectando negativamente a amplias capas de la población. La sequía era
previsible, la falta de mantenimiento y de inversiones son responsabilidad
gubernamental. Hay regiones completas con déficit hídrico en Venezuela que
serán previsiblemente afectadas si el clima sigue seco durante 2015.
El modelo
impuesto en Venezuela está lejos de ser ambientalmente sustentable en la
práctica, la degradación, por indolencia y falta de planificación, de nuestras
cuencas hidrográficas a lo largo de estos quince años ha tenido un impacto
negativo en la generación de energía eléctrica y probablemente incrementará el
stress hídrico los próximos años en regiones áridas y en zonas densamente
pobladas pero alejadas de las fuentes de agua.
LA SALUD Y LA
ECONOMÍA
Para 2015 se
espera un aumento de la presión sobre los sistemas públicos de salud en todo el
mundo, y la crisis del sistema de salud tendrá un alto impacto en la economía.
El Banco Mundial reporta que la mitad del diferencial de desarrollo entre los
países deriva de sistemas pobres de salud pública y la baja esperanza de vida.
¿Cuánto estamos gastando en salud? |
El informe
señala que entre las principales causas de muerte en los países en desarrollo
se encuentran algunas derivadas de condiciones no-comunicadas, las enfermedades
cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes, por
ejemplo.
La morbilidad
es distinta dependiendo del nivel de ingresos de las comunidades y de las
regiones, entre las regiones más pobres predomina el impacto de la malaria, la
tuberculosis, el VIH/SIDA, etc. La epidemia de ébola tiene un aparte específico
dentro del documento. Las vacunaciones masivas y la puesta en práctica de
estrategias preventivas para la población más vulnerable, especialmente para
los niños, se convierte en una importante obligación del Estado.
La tecnología
médica ha abaratado y facilitado la prevención, la detección y el tratamiento
de muchas enfermedades y condiciones crónicas. El desarrollo de historias
médicas electrónicas, tratamientos a distancia, la habilidad de compartir data
en línea, se mejora el acceso a la salud.
Venezuela: escasez e indolencia |
Escasez,
indolencia, opacidad y empobrecimiento es el terrible diagnóstico del estado de
nuestro sistema público de salud. El sistema en Venezuela sigue en una profunda
crisis, apenas se ha construido algún hospital público, se ha reducido la
investigación médica y el desarrollo de tecnologías médicas, lo que se vincula
al bloqueo cambiario.
El número de
camas habilitadas en los centros de salud pasó de 33 mil para 2008 a apenas 24
mil en 2014. La presión humana ha recaído sobre las clínicas privadas como
respuesta social a la crisis del sistema público de salud. La crisis de los
“Barrio Adentro” ha convertido muchas de estas estructuras en ruinas o en
instalaciones dedicadas a otros fines.
La crisis
económica y la indolencia gubernamental han convertido la escasez en una de las
características más generalizadas de nuestro sistema de salud. La escasez de
insumos y materiales médicos ha llegado a 70%, escaseando accesorios de las
unidades de laparoscopia, stent coronarios medicados y no medicados, marcapasos,
stent carotideos, fallas de guantes quirúrgicos estériles, cepillos
quirúrgicos, batas quirúrgicas, cánulas nasales o bigote nasal, máscaras de
oxígeno, resucitadores, material de suturas, grapas, materiales y agentes para
esterilización, no hay válvulas para hidrocefalia, ni material de bioseguridad.
No se consiguen medicamentos en los anaqueles |
La escasez de
medicamentos básicos también se ha generalizado, impidiendo el acceso a
medicinas claves incluso para tratamiento de condiciones crónicas. Durante 2014
escasearon antibióticos, antihipertensivos, gases para anestesia, propofol,
neostigmina, narcan, streptoquinasa, antineoplásicos, antiretrovirales,
eutirox, digoxina, fenobarbital, tegretol y hasta la solución fisiológica y los
analgésicos por vía oral.
Por último, la
respuesta gubernamental a las epidemias que vivimos en 2014, como lo son la de
malaria, la de dengue y la de chinkungunya, ha sido ocultar las cifras y
perseguir a los denunciantes. Hay vidas de venezolanos que se han perdido por
falta de atención médica oportuna en nuestro país. La crisis económica que se
avizora para 2015, y la continuidad de políticas gubernamentales indolentes en
materia de salud, ofrecen un escenario de mayor retroceso para el año que
apenas comienza. Niños, ancianos, población con condiciones y enfermedades
crónicas, la población empobrecida, constituyen los sectores más vulnerables
ante esta crisis.
ATISBANDO EL
HORIZONTE LEJANO ¿Y VENEZUELA?
Nanotecnología: una revolución futura |
Hay un
interesante capítulo dedicado a una prospectiva de los posibles temas futuros,
tanteando el horizonte lejano, como me gusta entenderlo. Acá el Informe vuela
alto, como temas emergentes, menciona la biología sintética, la interacción
cerebro-computadoras, la minería en aguas profundas, la emergencia del poder
nuclear y la evolución de la política monetaria, donde señala que se avecina
una nueva era para los bancos centrales.
En
"mapeando" el futuro se dedica atención al futuro del trabajo, al de
la educación y al futuro de internet. Respecto a la educación señala el impacto
futuro de la tecnología en los procesos educativos, mencionando la importancia
que tendrán de los masivos cursos abiertos on line (MOOOCs), el impacto de una
mayor globalización en la educación, la unificación de los estándares como un
problema de gobernanza, etc.
Venezuela luce
alejada de todas estas transformaciones científico-tecnológicas. No solo
hablamos de la destrucción de instituciones científicas de investigación
tecnológica, como es el caso de INTEVEP y del IVIC, sino también de la inmensa
fuga de cerebros que la destrucción de las oportunidades de desarrollo ha
traído.
Un gigantesco
contingente de recursos humanos venezolanos, con formación doctoral, con
conocimientos, capacidades y habilidades para colocar a Venezuela en la
vanguardia regional en ciencia y tecnología, ha terminado fuera del país,
desarrollando sus investigaciones, su carrera, en otras latitudes. La pérdida
para Venezuela es inconmensurable.
En el mismo
sentido, la hostilidad del gobierno nacional contra las Universidades
autónomas, nodos de generación de conocimiento, se ha expresado en la reducción
progresiva de su presupuesto, en el cerco económico y político que se ha
tendido a su alrededor, en un escenario de alta inflación y con una moneda
devaluada, lo que ha implicado la desaparición de líneas de investigación, de
becas, de actualización tecnológica y de intercambio de conocimiento.
El régimen ha
creado un entorno hostil para el desarrollo científico y tecnológico,
destruyendo las oportunidades de crecimiento para los profesionales,
desestimulando cualquier forma de inversión en I+D, con un régimen cambiario
que bloquea el acceso a tecnología y al conocimiento, alejando a Venezuela del
cambio tecnológico que se desarrolla en el mundo.
AISLADOS Y EN
RETROCESO
El informe
sobre la Agenda Global 2015 evidencia el aislamiento en que yace Venezuela, el
retroceso que estamos viviendo cada día, pero también nos señala un camino de
lucha, nos obliga a mirar el horizonte, nos da energías para acometer las
transformaciones que nuestro país exige.
En el Informe
hay un apéndice dedicado a los más importantes temas regionales. Sobre América
Latina se hace énfasis en la atención a los problemas de corrupción, al de la
educación, a la necesidad de invertir en habilidades y destrezas para el
desarrollo y de asumir políticas específicas para responder al incremento de
las desigualdades.
Ante todos
estos temas latinoamericanos la posición de Venezuela es de alta
vulnerabilidad, nos estamos quedando atrás, más allá de la retórica oficial, de
su opacidad y de sus cifras manipuladas. El modelo promueve la corrupción, crea
nuevas desigualdades, excluye a niños de la educación, y no invierte
efectivamente en políticas que generen capacidades para el desarrollo.
El viraje que
Venezuela necesita para retomar la ruta de la modernidad, para incorporarnos
con energía al cambio de la Humanidad, para dar un aporte sustancial a nuestra
historia, no es un tema baladí, ni un proceso sencillo, pero la viabilidad de
nuestro proyecto nacional republicano a largo plazo se decidirá por nuestra
capacidad de insertarnos como agentes en las transformaciones que le darán
forma al mundo del futuro.
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