José Guerra y Luis
Oliveros. 15
de julio de 2015
Con un
cambio en las reglas del juego económico, el cual implique, entre otras
prioridades, poner orden en materia fiscal y monetaria, desmontar controles y
un arreglo institucional de calidad, Venezuela abandonaría la crisis que la
afecta en la materia. Sin embargo, dicha aspiración requiere de voluntad
política.
En el aserto
coinciden especialistas como José Guerra y Luis Oliveros, quienes avalan
reorientaciones que debería adoptar el Gobierno Nacional en la búsqueda de
soluciones a la dramática situación que sufren los venezolanos.
El
economista José Guerra, candidato a la Asamblea Nacional por la Unidad
Democrática, recordó que las principales propuestas de la plataforma opositora
incluyen un aumento salarial de 50 %, para tratar de componer la capacidad
adquisitiva de los trabajadores; medidas para reducir la inflación; que las
empresas en manos del Estado, inactivas, sean transferidas al sector privado;
un canje de deuda externa para tratar de librar al país de compromisos de corto
plazo con el objetivo de obtener recursos que faciliten las importaciones de
materia prima; y que se cancele parte de la deuda con los ámbitos comercial e
industrial, a fin de restablecer el crédito, reiniciar el proceso de producción
de bienes y servicios y con ello abatir la escasez.
Ajustar el salario para que los trabajadores puedan
comer
El aspirante
a diputado urge con inmediatez, en la serie de iniciativas que se han estudiado,
el incremento del salario. “Al trabajador tú no le puedes decir ‘espera que la
inflación baje, espera que la productividad aumente’; ¿el trabajador se va a
quedar con los brazos cruzados viendo cómo se deteriora su poder de compra?
Nosotros pensamos en una compensación salarial que reponga en algo la pérdida
del trabajador. Sabemos la situación del comercio y de la industria, pero,
¿cómo le dices a un trabajador que gana ocho mil bolívares que no puede comer?
¿Va esperar que la inflación baje para comer? No. Creemos que hay que darle una
compensación ahora”, indica, señalando que las empresas tendrán que hacer un
esfuerzo y el Ejecutivo buscar los recursos para frenar esta pérdida del poder
adquisitivo.
“El problema
está en que el Estado ha despilfarrado mucha plata, empezó a regalar dinero al
exterior, comenzó a construir satélites que no son de utilidad, abandonó las
escuelas, los hospitales, comenzó a estatizar las empresas que antes
funcionaban bien en manos privadas, las cuales están ahora quebradas todas. En
consecuencia, un Estado rico se convirtió en un Estado pobre, y como no ahorró
un centavo y tiene que estar pidiendo prestado, se endeudó y debe pagar mucho
en intereses de la deuda. De hecho, se gasta más en pagar la deuda que lo que
se gasta en educación”, afirmó José Guerra.
Hay que
poner orden en la casa
Para el
también economista Luis Oliveros, Venezuela necesita de un cambio importante en
lo que se denomina el arreglo institucional, pues, estima, se atraviesa un
deterioro: “Un ejemplo es el Banco Central de Venezuela, que imprime dinero
para financiar déficit; eso genera inflación, eso está en contra de la
Constitución. También tenemos los casos del Consejo Nacional Electoral y del
Tribunal Supremo de Justicia, para aseverar que tiene que haber un rescate de
las instituciones con la meta de que el país crezca y se desarrolle”.
“En segundo
lugar, tenemos que empezar a pensar en orden fiscal, en orden monetario y
en modificar la política cambiaria, desmontar el control de cambio, desmontar
el control de precios, de manera gradual, y eso se hace teniendo presente que
tienes que gastar lo que te ingresa; no puedes tener un Banco Central
imprimiendo dinero a diestra y siniestra”, manifestó Luis Oliveros; agregando,
en el tópico cambiario, que la nuestra es la única economía en el mundo que
tiene cuatro tasas, donde la tasa más fuerte del Gobierno multiplicada por cien
se llega a la tasa de cambio paralela: “Eso es una locura, eso genera distorsiones”,
subrayó Luis Oliveros.
Ambos
expertos sostienen que hay que estructurar un plan económico sostenible para
generar confianza entre los inversionistas. “Un plan económico creíble, que
atraiga los capitales, capitales los nacionales y los extranjeros que vengan a
Venezuela para crear riqueza, generar empleo y generar prosperidad. Nosotros
pensamos que sin financiamiento y sin estas inversiones aquí no hay
reactivación de la economía y no hay prosperidad ni bienestar”, expresa José
Guerra.
“Hoy, el 70
% de los venezolanos piensa, cuando Nicolás Maduro toma una medida económica,
que le va a ir mal; menos del 10 % piensa que las cosas van a mejorar. ¿Cómo tú
generas confianza? Cambiando las reglas del juego económico, tiene que haber un
giro de 180 grados. No puede ser que tengamos un control de cambio y que no se
conozcan las cifras de qué es lo que se está moviendo en ese control de cambio;
que tengamos una economía supeditada a una página web y que se acuse a esa
página web del desastre que tenemos en Venezuela cuando el responsable ha sido
el Gobierno”, dijo, por su parte, Luis Oliveros.
El juego de
la economía es serio
El
economista insiste en un cambio en las reglas del juego en economía, comenzar a
respetar las instituciones, respetar las empresas, los derechos de propiedad,
garantizarle a la ciudadanía libertad cambiaria, libertad económica. “Venezuela
tiene en este momento un riesgo-país superior a países como Grecia, que está en
default; a países como Ucrania, que tiene una guerra civil; a países como
Argentina, que estuvo en default hace poco tiempo. Venezuela tiene el riesgo -
país más alto del mundo porque en el mundo consideran que Venezuela no es un
destino atractivo para invertir sino peligroso”, enfatiza Oliveros.
A su juicio,
si el Ejecutivo aspira a mejorar las cosas tiene que adoptar un plan de ajustes
que incluya el interés por lo social. “No podemos pensar solamente en devaluar
la moneda, solamente en hacer un conjunto de cosas, sin pensar en programas
sociales directos. Por ejemplo, el subsidio a la gasolina es un subsidio
regresivo para la nación. Muy pocas personas se aprovechan de ese subsidio. Una
manera de financiar el incremento de salarios es con el aumento de la
gasolina”, sugiere Oliveros.
El
economista acota que un país aliado del régimen de Miraflores como lo es el
iraní – cuya situación se estudia académicamente – suma cuatro años aumentando
consecutivamente el precio de la gasolina, llevando la gasolina al precio
internacional, y más de la mitad de ese aumento va directamente al bolsillo de
las personas.
“¿En
Venezuela por qué no podemos hacer eso? ¿Por qué no podemos pensar que buena
parte del aumento de la gasolina vaya a las personas? El problema en el país es
que no se debaten los problemas económicos. Los problemas económicos en estos
16 años se han atacado con controles y persiguiendo a la empresa privada”,
puntualiza Oliveros.
Ponerle el
ojo a Pdvsa
Asimismo,
alude que no se puede seguir vendiendo dólares a 6,30 sin decirle a la gente a
quién se les vende. “¿Quién tiene acceso a los dólares a 6,30? Por ahí hay un
desangre importante, tú tienes que ir a un mejor manejo de lo que son los
fondos públicos e, indudablemente, tienes que empezar a pensar. Por ejemplo: el
Estado venezolano tiene 800 empresas, ¿cuántas de esas empresas generan
rendimiento? ¿Cuántas generan ganancia? Hay que empezar a revisar eso. ¿Qué
está pasando con los dólares? ¿De verdad se están haciendo importaciones con
eso? Tienes que ir al desmontaje desde el control”, acota Oliveros.
Sobre el
asunto petrolero, José Guerra es partidario de que se acabe radicalmente lo que
llamó la “repartición”. “No podemos estar enviando 150 mil barriles diarios a
Petrocaribe, pagaderos a 30 años, al 1 % de interés, con caraotas, con
pantalones, que se pueden producir acá. Eso hay cortarlo de una vez, reorientar
esos volúmenes de producción al mercado internacional para que nos den ingresos
para satisfacer las necesidades de los venezolanos”.
Oliveros
también opina que deben acabarse los acuerdos energéticos como el de Petrocaribe,
de efectuar una auditoría en Petróleos de Venezuela. “Si tú empiezas a tomar
las medidas adecuadas, le pones el ojo al petróleo, le pones el ojo a Pdvsa –
con una nómina de 150 mil empleados, actualmente produce mucho menos de lo que
producía en el 98 con un tercio de esos empleados -, si tú empiezas a poner
orden en la casa, tú tienes los recursos para pagar la deuda externa”,
mencionando que por dicho concepto este año faltan por pagar 6.400 millones de
dólares, y para los próximos dos años, cada año son un poco más de 10 mil
millones de dólares, para lo cual, corrobora, es necesario poner orden,
considerando que el país va a tener ingresos en materia de crudo por unos 35
mil millones de dólares.
Con respecto
a nuestro signo pecuniario, Luis Oliveros estima que el valor de la moneda se
recupera con una política antiinflacionaria, la cual no está en práctica.
“Venezuela lo que está haciendo es apagar un incendio con gasolina. Tienes un
problema inflacionario e imprimes dinero para resolver otros problemas y
estás generando es inflación - Cendas habla de 30 % de aumento en los
alimentos en julio, lo cual se traduce en hiperinflación -. Es sencillo, hay
que poner orden fiscal. El origen de la inflación en Venezuela tiene mucho que
ver con el tema fiscal, Venezuela tiene un déficit fiscal de 20 %, y
adicionalmente tienes un desorden monetario con el BCV imprimiendo dinero. Si
se arregla eso con una política cambiaria coherente, no esta locura de Simadi,
Sicad II, etc., se puede recuperar el valor de la moneda”, citando que
Colombia, Chile, Uruguay, Brasil y Perú no se acogieron a la dolarización como
salida porque asumieron que “la solución está en casa”.
Por fortuna,
no escasean las soluciones a la carestía
Sobre el
agudo problema de la escasez, la opción radica en generarle confianza al
productor nacional. “No puede ser que en Venezuela el boom petrolero fue para
financiar importaciones. Teníamos las bases para fortalecer nuestra producción
interna. Lamentablemente, la sobrevaluación de la moneda, casos de corrupción y
un mal manejo de la política económica nos llevaron a esta situación; la
escasez es un problema muy grave”, aduce Oliveros.
“Si nosotros
hacemos las cosas bien hechas y viene un gobierno con una orientación distinta
que promueva la inversión, que no expropie, que no pelee tanto con el sector
privado, que se dedique a producir y a generar estímulo a la producción, con un
precio petrolero razonablemente aceptable, en el orden de los 70 - 60 dólares
el barril, Venezuela en año y medio vuelve a crecer, vuelve a generar confianza
y vuelve a ser un país atractivo para la inversión, atractivo para el
crecimiento, para la generación de bienestar, y sobre todo para acabar con este
serio problema de la escasez y del alto costo de la vida”, manifiesta, a su
vez, José Guerra.
Para
alcanzar ese horizonte de recuperación sería idóneo aplicar los correctivos
necesarios ya sin supeditarlos a las elecciones legislativas, pues sería más
complicado emprenderlos en el 2016. “El Gobierno debería haber tomado
todas estas medidas en el 2014 cuando el costo político era muy bajo. Ahora, en
el 2015 no lo va a hacer porque tiene los comicios parlamentarios cerca. El año
próximo va a tener una Asamblea Nacional en contra y las dificultades
económicas multiplicadas por 10 o por 20. El Ejecutivo Nacional tiene que dejar
de pensar en la política como su obsesión y como su único objetivo mantenerse
en el poder y ganar las elecciones. Tiene que pensar en los venezolanos”, argumenta
Luis Oliveros.
Tanto José
Guerra como Luis Oliveros perciben que en Venezuela hay bastante consenso entre
los economistas sobre lo que se debe hacer. La gran interrogante es cuándo y
cómo, condicionados a una voluntad política de la cual carece el Gobierno
Nacional.
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