Ana Rodríguez Brazón
Saqueos y linchamientos, estos son los fenómenos sociales
que alarman a los venezolanos. Ya no solo es la crisis económica y lo poco que
rinde el dinero, pues poco a poco el caos se instala en el país sin una
aparente salida a corto plazo, lo que pudiera traducirse, si no en un
estallido social, en un caos prolongado y estado de anarquía.
Según el Observatorio
Venezolano de Conflictividad Social (Ovcs) el ciudadano está perdiendo la
paciencia. En el primer semestre de 2015 se registraron 56 saqueos y 76 intentos de desvalijar locales. Ante esta
realidad ¿cómo terminará el país en los últimos meses?
La tesis del estallido
social parece estar descartada, pues con el Caracazo en 1989 y el paro
petrolero de 2002, el pueblo aprendió la lección y sabe que llegar a esos
extremos acrecentaría el desabastecimiento y el hambre. “Es muy difícil
que vuelva a ocurrir un 27 de febrero de 1989, los pueblos aprenden. El
27 de febrero trajo hambre y desabastecimiento. Con la huelga petrolera
ocurrió igual y los más afectados fueron los pobres”, explicó el sociólogo
Tulio Hernández.
Hernández cree que el caos será un estilo de vida normal en el país y con la ola de saqueos habrá “mini estallidos” en diferentes ciudades. Será difícil que haya un gran estallido, pues a diferencia de 1992, durante la gestión de Carlos Andrés Pérez, cuando también había una crisis económica, la administración no contaba con el apoyo de la Fuerza Armada ni existían grupos paramilitares organizados por el Gobierno, equivalentes a lo que son hoy los colectivos chavistas.
Hernández cree que el caos será un estilo de vida normal en el país y con la ola de saqueos habrá “mini estallidos” en diferentes ciudades. Será difícil que haya un gran estallido, pues a diferencia de 1992, durante la gestión de Carlos Andrés Pérez, cuando también había una crisis económica, la administración no contaba con el apoyo de la Fuerza Armada ni existían grupos paramilitares organizados por el Gobierno, equivalentes a lo que son hoy los colectivos chavistas.
Con una inflación que
rondaría 170% según economistas, un déficit fiscal de 20 mil millones de
dólares, un desplome de 100 a menos de 50 dólares el precio del barril de
petróleo y las reservas internacionales en su nivel más bajo de los últimos 12
años, la situación se parece a la que enfrentó Pérez al inicio de su segundo período
pero, según el sociólogo Luis Enrique Vizcaya, “pueden que estén dadas las
condiciones pero no quiere decir que el pueblo reaccione. Se requiere algo más,
que llegara una situación desesperada”.
Para Vizcaya “el Gobierno va
a reprimir cualquier tipo de manifestación porque no quiere una respuesta
social. Pudiera venir una anarquía”.
Tulio Hernández sostiene que
de continuar el caos el Gobierno sería el más interesado, pues los saqueos y
las revueltas serían una carta a favor. “Si se genera un estado de rebelión
favorecería al Gobierno para declarar un Estado de Excepción, que hace mucho
que lo quiere para suspender las elecciones del 6 de diciembre. La sociedad
está en un dilema, si protesta será reprimida y si no seguirá viviendo el
desabastecimiento y escasez”.
06-08-15
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