Por Lohena Reverón.
Radio Rochela desapareció
con el cierre de RCTV. Así como este programa que marcó generaciones en
Venezuela, han sacado del aire a aquellas emisiones que se burlan de los
bochornos de los gobiernos de Hugo Chávez y de su antecesor Nicolás
Maduro. La mayoría de los humoristas, están censurados, otros tiraron la
toalla y se fueron del país.
The Wall Street Journal
(WSJ) ha dedicado un trabajo a la molestia que causa en el régimen
chavista-madurista el humor venezolano, quienes se dedican a hacer reír,
han sido incluidos en listas negras de teatros y hoteles propiedad del Estado
como Venetur. Aunque hay material para sacar, el presidente dice hablar
con un pájaro, la escasez, el chikungunya y la acetaminofén, son temas que no
dan risa a los funcionarios rojos.
“Las cosas se ponen peor
cada día”, dijo Emilio Lovera, cuyo programa de sátira Misión Emilio fue
cancelado de repente el año pasado. “Ya no puedo trabajar en televisión”.
Los comediantes no están llamando a un levantamiento contra el
gobierno, pero sus pullas sobre la inflación y la corrupción presentan
invariablemente al presidente Nicolás Maduro como un inepto y corrupto justo
cuando su gobierno socialista muestra una menor tolerancia con la disidencia.
Ahora está monitoreando de
cerca a los humoristas políticos. Laureano Márquez, por ejemplo, se enfoca en
las rarezas de la vida diaria en un país rico en petróleo pero donde con
frecuencia la gente no encuentra leche o pañales. Durante una reciente
presentación ante un auditorio lleno en Maracay, dijo que la escasez se ha
vuelto tan aguda que ahora cuando va por la calle en lugar de mirar a las
mujeres bellas se fija en sus bolsas de compras. “No me interesa ser una
válvula de escape”, dijo Márquez. “Quiero que la gente deje mis presentaciones
preocupada y molesta”.
Pero a los funcionarios esas
bromas no les causan gracia. Cuando en febrero Márquez y Lovera
programaron presentaciones conjuntas en las ciudades de Barquisimeto, Valencia
y San Antonio de Los Altos, los tres auditorios fueron clausurados
temporalmente tras ser acusados de evasión tributaria. Las presentaciones
fueron canceladas, dijeron los comediantes.
En su programa de sátiras de
noticias, Luis Chataing se burlaba de las incesantes denuncias del gobierno de
supuestos planes de golpe de estado de la oposición. En un segmento del
año pasado, interpretó a un burócrata que fabricaba torpemente con
papel, tijeras y pegamento la evidencia de una conspiración. El canal
privado Televen canceló el programa al día siguiente, decisión que Chataing
atribuyó a la presión del gobierno, Maduro dijo en un discurso que él no tenía
la culpa.
30 de julio 2015. El
Cooperante
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