Miguel Méndez Rodulfo 14 de agosto de 2015
El lunes 10 asistimos a un foro
organizado por IESA, en el que varios periodistas jóvenes, tres mujeres y un
hombre, mostraron el resultado de una investigación de largo alcance sobre las
realidades que se viven en diferentes urbanismos de la Gran Misión Vivienda
Venezuela. Hay que reconocer la valentía de estos profesionales, su disposición
al trabajo y lo minucioso de su labor. En el portal web “Contrapunto”, a
principios de julio de este año, conocimos la publicación de una radiografía de
la GMVV, desarrollada en 8 entregas que cubren diferentes tópicos del acontecer
de estos urbanismos. De la indagación previa que estos periodistas realizaron,
destaca que el gobierno concentró la construcción de viviendas nuevas, además
del Distrito Capital, en los estados Miranda, Aragua, Carabobo, Anzoátegui y
Zulia, con lo cual se deduce que hubo un abandono de los estados pobres del
país, en este sentido. Al respecto pensamos que las zonas pobres de Venezuela
el gobierno se dedicó a sustituir ranchos por viviendas; sin embargo, hay que
destacar que los barrios de ningún estado fueron objeto de las obras de
habilitación física que tanta falta les hacen.
También determinaron que aún persisten
en los refugios, damnificados de Gramoven, de cuando colapsó el viaducto de la
autopista Caracas – La Guaira, en 2006; por otra parte, aseveran que aunque el
urbanismo de La Paz, está fundamentalmente habitado por damnificados, en el de
Los Cortijos, los ocupantes son invasores que vivían arrimados, los cuales
tomaron los terrenos que eran de la Polar, se organizaron y esperaron años para
que el gobierno les construyera las viviendas; sin embargo, constataron que en
Ciudad Tiuna y Los Valles del Tuy, muchos adjudicatarios son empleados
públicos, en vez de damnificados. Además refirieron que el gobierno desalojó
unos barrios de vieja data, en la Panamericana y en Los Magallanes, con más de
10 y hasta 20 años de haber sido invadidos, todo porque se rebautizó esa zona
con el nombre del comandante eterno. Esa fue la desgracia de los infelices
ocupantes. Con relación a la extendida cantidad de anomalías encontradas,
tenemos, por ejemplo: edificios de la Av. Libertador que les corre el agua
hacia la calle; grietas y fisuras en las paredes; mal funcionamiento de los
ascensores; clausura del ducto de basura, pues nadie se hace responsable del
manejo de los residuos sólidos en el edificio; música a muy alto volumen, hasta
avanzada la madrugada; riñas, pleitos, violencia y hasta crímenes; venta de
drogas y de alcohol; existencia de bandas y pranes que someten a los habitantes
y les impiden que sus hijos y ellos puedan disfrutar de las áreas comunes.
La Operación para la Liberación del
Pueblo (OLP), efectuada por la GNB en abril, en Ciudad Betania, Valles del Tuy,
cuando buscaban a los asesinos de Lomas de la Guadalupe, fue muy brutal y
además terminó en vandalismo: “se robaron electrodomésticos, dinero y comida;
insultaron a mujeres, retuvieron a hombres, quemaron motos y ajusticiaron a
tres de los supuestos asesinos luego de que éstos hicieron explotar una granada
que mató a un uniformado”. En Montalbán III, una mujer perdió su vivienda
porque durante la OLP del día 27 de julio, ella y sus hijos dejaron el
apartamento vacío para acompañar a un familiar enfermo. Cuando la GNB, por
causa de la requisa, abrió su morada encontró: 7 paquetes de pañales, 8 paquetes
de papel sanitario, 10 kilos de leche, 12 litros de aceite, 24 frascos de
champú, 24 kilos de azúcar y 24 paquetes de harina Pan. Motivado a este
hallazgo, el cuerpo militar procedió a vaciar el apartamento. Este stock que
fácilmente se comprende que es el acopio familiar para prever una situación de
escasez, fue interpretado por el gobierno como bachaqueo, lo que ocasionó que
esta madre perdiera su casa y que su hija adolescente fuera apresada e
inculpada por el mismísimo Maduro.
Caracas, 14 de agosto de 2015
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