La oposición realizó una manifestación
pacífica en el este de Caracas el sábado, lanzando consignas contra el hambre y
la delincuencia en un intento por motivar a su electorado de cara a las
parlamentarias de diciembre, que podrían significar un importante cambio
político en el país suramericano.
Entre pancartas en las que se leía “en
Venezuela no hay nada”, y banderas venezolanas y de los partidos políticos,
cientos de manifestantes se concentraron en una calle del sector de Chacaíto,
en el este de la capital, para protestar contra la crisis económica, marcando
así un modesto inicio de las acciones de calle de la oposición tras la elección
de sus 167 candidatos para los comicios legislativos.
La oposición inicialmente había
convocado a marchas en varios puntos de Caracas, pero al final solo realizó una
concentración en el este de la ciudad.
La manifestación opositora se dio en
medio de las tensiones generadas por algunos casos de saqueos de comercios y
una instalación pública que ocurrieron en los últimos días en algunas ciudades,
que habían generado expectativas en torno a la protesta del sábado.
“El enemigo del gobierno no es la
oposición, el enemigo del gobierno no es el Pentágono, el enemigo del gobierno
es la realidad”, afirmó el secretario ejecutivo de la coalición opositora,
Jesús Torrealba, al asegurar que la crisis que enfrenta Venezuela es
consecuencia del “deslave del gobierno”.
Torrealba llamó a los opositores,
durante un discurso que ofreció en la concentración, a prepararse para los
comicios de diciembre.
“Tenemos un país de miedo. Tenemos miedo
de salir a la calle. Tenemos miedo de salir a buscar la comida. La inseguridad
nos está matando”, indicó Julio Blanco, un abogado de 48 años, al defender las
motivaciones de la protesta.
Mientras ondeaba con su mano derecha una
bandera venezolana, Amalia Mendoza, una desempleada de 60 años, dijo que estaba
dispuesta a luchar pacíficamente en las calles para “despertar a los
indiferentes” y lograr un cambio político en las parlamentarias.
El animar a una población agobiada por
una severa crisis económica, que ha obligado a los venezolanos a restringir su
presupuestos ante la desbordada inflación y a realizar filas de varias horas a
las puertas de los comercios para tratar de conseguir los alimentos básicos y
medicamentos, es uno de los principales retos que deberá enfrentar la oposición
para las parlamentarias del 6 de diciembre, según estiman los analistas.
Pese a ser vista como favorita para
vencer en los comicios legislativos, la oposición venezolana no ha logrado
grandes concentraciones en las manifestaciones de los últimos meses.
El presidente de la encuestadora local
Datanálisis, Luis Vicente León, afirmó que la afluencia de personas a las
marchas no puede tomarse como indicador, y dijo a The Associated Press que la
escasa asistencia a las convocatorias opositoras está asociada al “miedo” y la
“frustración” que dejaron las violentas protestas contra el gobierno que
ocurrieron el año pasado que dejaron 43 muertos y varios centenares de heridos
y detenidos.
El presidente venezolano Nicolás Maduro
ha denunciado que la crisis responde a una “guerra económica” promovida por
sectores empresariales y la oposición que quieren afectar a su gobierno. Las autoridades
han denunciado que los recientes saqueos responden a un plan desestabilizador.
Los dirigentes empresariales, analistas
y opositores han expresado que la crisis es consecuencia del agotamiento de los
controles de precio y de cambio que están vigentes desde hace doce años, y han
propuesto al gobierno el cambio de las políticas económicas para superar la
situación que prevén que podría agravarse este año ante la caída de los precios
del petróleo que financia 96% de los ingresos que recibe el país por
exportaciones.
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