Por Carlos Lee
Blanco, 26/07/2015
Boletín 241, AIPOP
El cuadro que se
presenta, demuestra que el otorgamiento de concesiones por parte de la
República Cooperativa de Guyana, de forma unilateral e inconsulta con el
gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, no es un fenómeno nuevo. Es
algo que ha aparecido de forma recurrente sin que el actual gobierno venezolano
contrario a la tradición de sus antecesores, haya objetado el procedimiento que
viola el acuerdo de Ginebra, firmado por los dos países el 17 de febrero de
1966.
A partir de 1999, la República Cooperativa de Guyana, inició un agresivo plan de otorgamiento de concesiones petroleras, mineras, forestales, e hidroeléctricas, no autorizadas por Venezuela. De acuerdo con María Alessia Sosa (10/06/2015, Prodavinci) Guyana otorgó tres concesiones importantes a compañías energéticas para explorar y explotar la fachada atlántica de Delta Amacuro. La primera es la que comenzó la empresa canadiense CGX Energy en el Bloque Pomeroon. La segunda concesión que dio Guyana en aguas venezolanas, es la que otorgó a Shell y Exxon, en el Bloque Stabroek. Los anuncios comenzaron en 2009. Pero se formalizaron en 2012. Otro de los negocios que hizo Guyana a costa de territorio venezolano, fue la concesión que firmó con Anadarko, en el Bloque Roraima, el 27 de junio de 2012.
Existen muchas
otras concesiones forestales entregadas a particulares de acuerdo con GUYANA
GEOLOGY AND MINES COMMISSION, que aún no destacan en los titulares de prensa,
distintos de las empresas transnacionales que se citan en el cuadro antes
mencionado. Pero es que la República Cooperativa de Guyana, ha demostrado ser
muy diligente, inventariando los recursos naturales que dispone, para ello ha
logrado levantar y poner al servicio público diversos estudios prospectivos
mineros, petroleros, hidroeléctricos, y forestales, éste último realizado por
la Guyana Forestry Commision, valorizados en dólares y en cantidades probadas.
Lo que le permite disponer de un mecanismo rápido de otorgamiento de
concesiones, tan eficaz es, que ha incluido dentro de su gestión, territorios
que pertenecen a Venezuela, cuyo gobierno ni siquiera se da por enterado.
De estas
concesiones solo se tiene conocimiento de rechazo por la cancillería
venezolana, la concesión dada a Exxon Mobil, motivada por el reciente hallazgo
de petróleo de alta calidad en mayo del presente año. Sin embargo expertos
venezolanos, han presentado sus análisis en forma pública mediante foros y
diversos medios de comunicación llamando la atención sobre la necesidad de
hacer un reclamo directamente a la cancillería del vecino país y no a la
empresa concesionaria. Lo que demuestra el enorme interés público sobre esta
materia cuya inacción gubernamental, puede lesionar la integridad territorial
de Venezuela, por lo que la discusión abierta de este tema no debe ser objeto
de una campaña con fines electorales. Es pertinente informar debidamente a los
venezolanos de los derechos que tiene nuestro país en la zona en reclamación y
dar paso a mecanismos ágiles de recuperación de la faja territorial más allá de
un reclamo; debemos tomar conciencia de nuestros derechos y de la enorme
riqueza que allí existe, enfrentar esta realidad sin equívocos. Mientras más
tardemos en arribar a soluciones prácticas para ambos países, mayores serán las
oportunidades perdidas.
Carlos Lee Blanco,
Profesor Titular de la Universidad Metropolitan
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