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miércoles, 19 de agosto de 2015

Petróleo: a 40 años de la estatización (I), Eddie Ramírez



Por Eddie Ramírez, 18/08/2015

A fines de este mes se cumplen 40 años de la estatización de la industria petrolera y de la creación de Pdvsa, ocasión para una discusión sobre el período anterior, las cuatro últimas décadas y sobre el futuro. El término estatización lo utilizaba Alberto Quirós para recalcar que no podemos ser accionistas y también que existían tres empresas venezolanas, Mito Juan, Talon y Las Mecedes, que fueron absorbidas por el Estado. En este y en próximo artículo abordaremos el tema.


Es de rigor mencionar el titánico esfuerzo realizado por un grupo de tachirenses que en 1882 registraron la Petrolia del Táchira. La presencia de empresas extranjeras se inicia con la explotación de asfalto en 1901 y ya en 1914 su actuación tuvo impacto mundial con la perforación del pozo petrolero Zumaque I. Juan Vicente Gómez y Castro otorgaron concesiones a particulares, quienes al día siguiente las vendieron a las petroleras con grandes beneficios, de los cuales participaban los gobernantes. Estas empresas contrataban obreros con muy bajos salarios y pésimas condiciones socio-económicas, mientras el personal extranjero disfrutaba de grandes beneficios. Además, las compañías llevaban una doble contabilidad para burlar al fisco, obtenían exoneraciones injustificables de impuestos por las importaciones que solicitaban y causaban daños al ambiente. Para reclamar sus derechos, los obreros desencadenaron una huelga en 1925 que duró nueve días y otra en 1936 por 43 días. Es de destacar la posición de Gumersindo Torres en defensa de los intereses de Venezuela.

Con la Ley-Convenio de Hidrocarburos de 1943, en el gobierno de Medina, los venezolanos empezamos a tener un poco más de conciencia sobre esta actividad y la necesidad de regular las operaciones, mejorar las condiciones de los trabajadores y exigir el pago de tributos. Esa Ley estableció como fecha tope de las concesiones 1983, en que las instalaciones debían revertir a la Nación. Medina otorgó nuevas concesiones. Las empresas mejoraron los salarios, construyeron viviendas, facilidades recreacionales y comisariatos para la venta de alimentos a menor precio para sus trabajadores. Esto ocasionó diferencias entre los pobladores de las ciudades y pueblos petroleros: los privilegiados de adentro de los campos y el resto abandonado por los gobiernos locales. El resentimiento era inevitable.

La Junta de gobierno de 1945-1947, presidida por Rómulo Betancourt, eliminó el otorgamiento de las concesiones y estableció claramente el llamado 50-50, es decir que las compañías debían pagar en impuestos un monto igual a sus ganancias. El dictador Pérez Jiménez otorgó nuevas concesiones y enfrentó una huelga petrolera en 1950 que duró diez días. Edgar Sanabria, presidente de la Junta de Gobierno en 1958, aumentó el impuesto a las compañías hasta un 65 %. No se otorgaron nuevas concesiones.

Como las mismas vencían en 1983, era inevitable que las compañías dejaran de invertir en exploración y en mantenimiento. Por ello en 1971 el gobierno de Caldera aprobó la Ley sobre Bienes Afectos de Reversión, para garantizar que las instalaciones regresaran al país en buenas condiciones. El 29 de agosto de 1975 Carlos Andrés Pérez firmó la Ley Orgánica que reserva al Estado la industria y el comercio de los hidrocarburos y al día siguiente se constituyó Pdvsa como holding. El 1 de enero de 1976 todas las operaciones pasaron a la nación. Por cierto que muchos de quienes hoy detentan el poder objetaron que esa ley contemplara la creación de empresas mixtas, así como el monto cancelado a las compañías y los contratos de tecnología y de comercialización. Paradójicamente, la Pdvsa roja ha constituido 44 empresas mixtas. La compensación pagada por la expropiación fue de mil cincuenta y cuatro millones de dólares, de los cuales solo ciento diecisiete millones se pagaron en efectivo y el resto en bonos a cinco años. Los contratos de asistencia técnica sumaron 6.000 millones de dólares, entre 1976 y 1981.

Sin duda esas empresas cometieron atropellos, pero debemos reconocer la indiferencia de los venezolanos que no exigían controles al gobierno. Por otra parte, en Venezuela no teníamos la tecnología, los recursos humanos, ni el mercado para manejar el petróleo. Si no se hubiesen dado esas concesiones las compañías lo hubiesen buscado en otros lares. Percibimos que el balance fue positivo. Venezuela llegó a ser el primer exportador de petróleo y el segundo productor mundial. Formaron recursos humanos y para 1975 sólo laboraban en las petroleras 200 extranjeros. Alberto Quirós era presidente de la Shell y Guillermo Rodríguez Eraso vicepresidente de la Creole. Hay que recordar que también esas empresas llevaron a cabo programas de responsabilidad social a través de las Fundaciones Shell y Creole. Quizá el de mayor impacto fue el Servicio Shell para el Agricultor.

En 1960 Venezuela creo la Corporación Venezolana de Petróleo para conocer mejor el negocio. Ese mismo año se creó la Opep con una importante influencia venezolana. En ese entonces, los países fundadores: Arabia Saudita, Irán, Irak, Kuwait y Venezuela producían 7.891.000 barriles por día y nuestro país aportaba el 36 %. Hoy esos mismos cinco países producen 22.710.000 b/d y nuestro país solo aporta el 11,7%., lo cual evidencia que fuimos los perdedores. En próximo artículo resumiremos los últimos 40 años. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!


Eddie Ramírez
eddiearamirez@hotmail.com

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