El presidente Nicolás Maduro
remitió a la Asamblea Nacional un decreto mediante el cual declara el estado de
emergencia económica, en una especie de jugada para convertir al parlamento en
corresponsable de la política económica; cuando esta es de exclusiva
responsabilidad del ejecutivo tanto en la formulación como en sus ejecutorías.
Este instrumento, es una
especie de Ley Habilitante disfrazada de decreto de emergencia económica, tiene
un ponzoñoso ingrediente: si la AN lo aprueba pasa a ser accionista de esta
empresa quebrada que llaman gobierno y si lo niega como debe hacerlo a mi
juicio; será señalada por la cúpula roja como una oposición obstruccionista que
juega al caos, esta empatada en la guerra económica, al servicio del imperio y
demás peroratas absurdas que han repetido durante 17 años.
Este decreto es un cheque en
blanco, en manos de malos administradores que llevaron la inflación en el 2015
a mas de 250%, con una caída del PIB de 10%, niveles de pobreza alarmantes y
una deuda externa e interna escandalosa después de una década de bonanza
petrolera despilfarrada irracionalmente.
Todo el mundo se pregunta
porque el presidente Maduro propone ahora un decreto de emergencia económica y
no lo llevó a la Asamblea presidida por Diosdado en la cual contaban con
mayoría. El BCV sigue escondiendo las cifras, el gobierno ha sido incapaz de
expresar una sola autocrítica sobre sus disparates y en lugar de rectificar
pretende imponer un instrumento que prescinde del régimen presupuestario,
liquida las modalidades contraloras, elimina las licitaciones, deja el tema
cambiario en el limbo, pretende nuevas confiscaciones y despojos de empresas;
en síntesis se trata de un decreto que convierte al presidente Maduro en un
monarca con poderes absolutos, ratificando un modelo económico que liquidó el
aparto productivo nacional y arruinó al país. Este decreto podría terminar
siendo una trampa peligrosa; es decir un remedio peor que la enfermedad;
pegándole a la oposición una tremenda raya sobre algo que no ha administrado.
Venezuela esta medio
entrampada en lo económico como consecuencia de un modelo al estilo cubano,
desatado en expropiaciones que arruinaron la industria, el campo, el turismo,
el comercio y los servicios y con ello liquidaron la producción nacional. Se
incrementó la dependencia en las importaciones y con la caída del ingreso
petrolero las divisas se fueron al suelo. Este decreto no va al fondo del
problema estructural y no solucionará nada, por lo cual la AN negó su
aprobación.
Si el Gobierno nacional
quiere atacar a fondo la crisis económica y dar los pasos hacia una Venezuela
decente y productiva, debe convocar una mesa de diálogo: con las fuerzas
políticas, los sectores productivos y la academia para elaborar un plan de
Unidad Nacional que saque al país de este desastre que hoy vivimos gracias a la
autoría roja.
Diputado a la AN por San
Francisco Zulia
28-01-16
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