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jueves, 28 de enero de 2016

Poner el agua, por @lmesculpi



Luis Manuel Esculpí 27 de enero de 2016

Se observan insuficientes y contradictorias señales de rectificación.  La tímida autocrítica -para usar una  palabra que no es ajena al lenguaje de dos de sus voceros-: Aristóbulo Istúriz y Jesus Faría, es incoherente con la gastada e inverosímil predica de la "guerra económica". Quizás sea la fórmula para aparentar coherencia en un gobierno que carece notablemente de esa característica.


Lo cierto es que aún con sus bemoles las declaraciones de ambos, contrastan con las de la ministra de la salud Luisana Melo en torno a la escasez de medicina y el "uso irracional de los medicamentos" y las de las dos ministras que ocuparon la novedosa cartera de agricultura urbana, quien  duró quince días en el cargo Emma Ortega;  en un mitin empleando  como tarima un camión, donde destacó -entre otras cosas- las virtudes de los lapiceros para enfrentar a los gringos. La ministra actual Lorena Freitez afirmó: " hoy tenemos supermercados que se desabastecen muy rápidamente y las despensas y neveras de la ciudadanía llenos de comida". En estos días de la ronda final de nuestro beisbol, esa declaración me hizo recordar el estribillo de un narrador deportivo, siempre que había tres hombres en bases comentaba: "la nevera está full".

Resulta evidente la distancia entre la visión que poseen -o dicen poseer- funcionarios que ocupan altos cargos en el gobierno y las vivencias cotidianas de la gente, en lo que va del año la desesperación por la búsqueda de medicinas, la angustia por la consecución de los alimentos de primera necesidad, se manifiesta en las gigantescas colas y en las conversaciones y el malestar que allí se expresa en aumento permanente.

Aristóbulo con José Vicente insistió en el diálogo como política del gobierno, aunque también mencionó que había quienes no estaban de acuerdo con el mencionado diálogo. Su designación como Vicepresidente fue leída como una señal positiva por un importante sector de la oposición, sin embargo a él le  correspondió hacer el anuncio de la inasistencia de los ministros de la economía a la Asamblea Nacional. Lo que no necesariamente nos conduce a una lectura distinta, podríamos comprender que son "gajes del oficio" y simplemente considerarlo como un incidente que no tiene porque marcar un rumbo definitivo en su conducta.Sin omitir nuestras críticas a anteriores gestiones,  reconocemos que el actual vicepresidente tiene una amplia experiencia política y un mundo de relaciones más allá del cada vez menos ancho campo del oficialismo.

Los argumentos de la confidencialidad conque Aristóbulo pretendió justificar la inasistencia de los ministros a la AN, eran los mismos que en su condición de diputado refutaba e insistíamos en que las comparecencias de ministros y otros funcionarios públicos debían realizarse con presencia de los periodistas, en ese tiempo el era dirigente de la Causa R y aunque militábamos en organizaciones distintas solíamos compartir actuaciones tanto en la cámara como en distintas comisiones del antiguo Congreso.

A propósito de aquellos tiempos, a mediados del año 92, donde la intensa polémica y el continuo debate no afectaba la comunicación y la afabilidad entre las distintas fracciones, cuando el actual Vicepresidente era candidato a la Alcaldía de Caracas;  en un receso de las sesiones se acercó Carmelo Lauría a un grupo que nos encontrábamos conversando amenamente y "entre bromas y veras" le dijo  a Aristóbulo " ya tú vas a ver si ganas la Alcaldía, que fácil es pedir agua, y que diferente es poner el agua".

Traigo a colación esta anécdota, porque desde  esa fecha hasta hoy el personaje ha pasado por distintos cargos donde le ha correspondido "poner agua", habría que hacer un balance exhaustivo de esas gestiones para ver si ha tenido el mismo acierto que cuando le tocó estar al frente de manifestaciones solicitando el líquido. La verdad es que lo dudo, la izquierda dogmática y atrasada,a la que él pertenece, sobretodo la latinoamericana ha demostrado un gran desempeño como fuerza opositora y una pésima capacidad para gobernar, incluyendo la negación de sus propios postulados. Ejemplos sobran por estos lares.

Luis Manuel Esculpí

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