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sábado, 30 de enero de 2016

¿Gobierno anti rentista?, por Miguel Méndez Rodulfo




Miguel Méndez Rodulfo 29 de enero de 2016

El rentismo es el Papá de todos los males que han azotado a Venezuela desde la consolidación de la era petrolera. Entendiendo que el petróleo no es el culpable sino los sucesivos gobiernos que han regido a país desde los años 30 del siglo XX hasta los primeros tres lustros del nuevo milenio. Al amparo de la riqueza petrolera los gobiernos no fueron eficientes, subordinaron a la sociedad, lo que incluye a los habitantes del país y al sector privado de la economía, crearon un Estado gigante y centralista, diseñaron una política de reparto clientelar, no combatieron debidamente la corrupción, permitieron que la pobreza aumentara y nunca tuvieron una visión país que lograra enrumbar a Venezuela al primer mundo. Sin embargo, el período democrático iniciado en 1958 trajo profundos cambios que mejoraron notablemente al país, sobre todo en los primeros 20 años de democracia. Eso es innegable y hay que destacarlo, pero desde 1978 hasta 1998 volvimos a retroceder y dimos paso a esta aberración política que hoy conocemos como el chavismo, que infelizmente nos gobierna a su antojo ya por 17 años, pero que todos esperamos que sea por muy poco tiempo más.


La gravísima crisis financiera en que hoy se encuentra el país por la dramática caída de los precios petroleros, debe ser el aldabonazo que nos faltaba para reaccionar como sociedad y salir de una economía petrolera, mono exportadora y rentística, esa que produce épocas de esplendor aparente cuando sube el barril y que nos sume en penosas carencias cuando baja. Hoy día ningún país del mundo pone todos sus huevos en una misma canasta y la diversificación de su economía es la norma. Noruega, incluso no considera los montos petroleros entre sus ingresos ordinarios, sino que los acumula en un fondo para ser colocados y generar unos intereses que se reparten a la población para ayudar a costear gastos de salud, de educación y de vivienda. El hecho es que los nórdicos ven al ingreso petrolero como una lotería y no se confían entonces en contar con la seguridad de esos proventos para afrontar sus gastos ordinarios.

Al nuevo liderazgo le corresponde diseñar e implantar un nuevo modelo de desarrollo que diversifique los ingresos del Estado y eso pasa necesariamente por apoyar y alentar al sector privado, dándole seguridad jurídica primero que nada, restableciendo la confianza y presentando un plan económico que trace un rumbo moderno al país, estimulando sectores clave como la infraestructura, la vivienda, el turismo, la agricultura, la manufactura, la ciencia y la tecnología, las energías renovables, etc. Cierto es que a los hidrocarburos aún les queda una ventana de oportunidades y que todavía podemos esperar una recuperación de los precios en el mediano plazo; sin embargo, las circunstancias ambientales condenan a los combustibles fósiles, además es poco probable que en una estrategia de lucha por el mercado, los precios vuelvan a trepar alrededor de los US$ 100, lo que hace imperativo cambiar el modelo estatista, rentista, populista que hasta ahora hemos tenido, exacerbado hasta el máximo por este gobierno irresponsable y conformado por una pléyade de ignorantes.

La declaración pública del jefe de la bancada oficialista, aseverando que el rentismo petrolero se acabó y que ellos nunca pudieron dar el paso hacia una economía productiva debido a que el pueblo es analfabeta, no hace sino evidenciar que hasta estos sujetos extraordinariamente ignorantes reconocen que debemos sepultar al rentismo. El momento es crucial: o en Venezuela acabamos con el rentismo o éste terminará acabando con el país. Es hora de que el nuevo liderazgo tome la batuta.

Miguel Méndez Rodulfo
Caracas, 29/01/2016

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