Por Redacción Sumarium
Los billetes de dos
bolívares resulta un dolor de cabeza para los venezolanos. “No los acepto
porque después nadie me los acepta a mí”, esa fue la decisión de Damaris Gogué,
una vendedora informal del casco central de Maracaibo estado Zulia.
Mientras Ricardo Ávila, su
cliente, coincide, aunque expresa su desacuerdo con esta práctica. Días
anteriores Ávila, luego de cobrar un depósito en el banco intentó pagar una
botella de refresco sólo con billetes de dos bolívares. La negativa de quien lo
atendió en el comercio le cayó por sorpresa y decidió dejar la compra sin
efecto, así lo reseñó el Diario La Verdad.
Tal es el rechazo y el bulto
que genera la gran cantidad de billetes de esa denominación que Benito Guerra,
conductor de autobús, tiene un mes sin ver una cantidad considerable de
billetes de dos bolívares. Afirma que los acepta como método de pago, pero
sus pasajeros no como cambio. “A veces hasta te los lanzan a la cara”,
agrega. Y es que para tener mil bolívares, una cantidad de dinero suficiente
para comprar un almuerzo ejecutivo, se necesitan 500 billetes de dos bolívares.
Nidia González, vendedora
asegura que acumuló al menos 100 bolívares en monedas de mil bolívares, una
especie que no se atreve utilizar para pagar ni el transporte público. La razón
reside en el rechazo que experimenta con el uso de billetes de dos y cinco
bolívares. Esto a pesar de que los bancos pagan pensiones enteras únicamente
con papel moneda de estas dos últimas denominaciones.
26-01-16
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