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sábado, 16 de julio de 2016

Las 3 acepciones de un diálogo sin sentido, @laguana



Por Luis Manuel Aguana, 12/07/2016

Cualquiera creerá al leer el título de esta nota que quien lo escribe está en contra de la institución del diálogo. Parece, pero no es así. Se dialoga cuando dos partes en disputa acuerdan llegar a un cese de hostilidades. Eso ha pasado en la historia del mundo un sinnúmero de veces en conflictos bélicos con miles de muertos. Entonces nadie podría estar en desacuerdo con el diálogo como mecanismo para hallar caminos de entendimiento y de paz entre grupos en conflicto. Pero en Venezuela ese “diálogo” que auspicia el régimen no es tal diálogo en el sentido que todos conocemos; o peor aún, cada parte, incluyendo la OEA, tiene una interpretación diferente de esa institución para que esta pueda ser aplicada con éxito a la situación que vivimos los venezolanos. Veamos esto en detalle.

Visto desde la perspectiva de la OEA, institución que discutió el problema venezolano en su Consejo Permanente con un detalle inusitado nunca antes visto allí (ver ¿Y qué hacemos con ese Informe?, en http://ticsddhh.blogspot.com/2016/06/y-que-hacemos-con-ese-informe.html) luego de un informe demoledor para el régimen que desgobierna este país, la organización se pronuncia por un “dialogo efectivo entre el gobierno y laoposición con el fin de encontrar alternativas para favorecer la estabilidad política, el desarrollo social y la recuperación económica de la República Bolivariana de Venezuela...”, pero dando su respaldo a la iniciativa de los mediadores puestos por el régimen (ver Esta es la Resolución de la OEA sobre Venezuela.

Entonces, cualquier observador incauto fuera de Venezuela, que no conozca lo que pasa aquí diría: ¿y cuál es el problema en que se sienten a negociar?, viéndolo como un “conflicto” en donde la oposición por alguna razón “no deja gobernar al gobierno” y lo que hay es que ver es cuales son los problemas y negociar esos conflictos con mediadores de buena fe.

Visto así, desde la perspectiva de la OEA, este es un conflicto, en el que independientemente de los mediadores –así sea pagados por el régimen-, “dialogando” se llegaría a conformar la estabilidad política del país. Como se verá, esta perspectiva es aséptica y como tal alejada remotamente de la realidad política del país. Nuestro conflicto con el régimen no es de un “estándar” que pueda ser encuadrado en una solución de “diálogo” de acuerdo a la semántica diplomática usual utilizada para cualquier otro conflicto, como pudiera ser el de Colombia. Entonces desde la OEA se promueve una solución que no es la adecuada al problema que tenemos. En otras palabras, el diálogo que proponen no tiene nada que ver con lo que pasa aquí.

Ahora bien, desde la perspectiva del régimen, una solución de “diálogo” no es más que el instrumento que busca “negociar” para ganar tiempo y no realizar el Referendo Revocatorio en el 2016, o bien para retrasarlo hasta el año entrante con la finalidad de quedarse en el poder, al menos hasta el 2019. En esto le acompañan ciertos factores de la oposición oficial que lo han promovido conjuntamente (esto es, aquellos que negociaron en primera instancia en Republica Dominicana) y han aceptado ya a sus mediadores y condiciones.

Es de hacer notar aquí que si de diálogo se trata, y se toma en cuenta la definición internacionalmente reconocida de mediador, este debe ser escogido por las dos partes, no por una sola. Y en todo caso, de existir mediadores de cada parte, como lo son ya del régimen los ex Presidentes Zapatero, Fernández y Torrijos, faltarían los mediadores de la oposición, habiendo luego claramente que escoger al menos uno de común acuerdo, si es el caso de que ambas partes los tengan. Es por eso que algunos opositores rechazamos categóricamente los facilitadores escogidos por el régimen de Maduro como únicos facilitadores del conflicto y lo expresamos públicamente (ver La oposición rechazó a los mediadores elegidos por Maduro

Entonces, lo que el régimen llama “diálogo” no es lo mismo que la OEA llama “diálogo”, y menos aun lo puede ser si quienes lo “facilitan” y son respaldados por la Resolución de la OEA, ya tienen posiciones adelantadas en relación al verdadero conflicto que tenemos en Venezuela. Pareciera que la OEA entonces fue engañada en su buena fe al llegar a la conclusión que si luego de un informe que señala a un régimen violador de Derechos Humanos y toda normativa civilizada, este se vaya a subrogar a un “diálogo” en los términos generalmente aceptados por la comunidad internacional.

Pero lo más interesante, por no decir más grave, es la acepción de “diálogo” que tiene la oposición oficial venezolana. Para ellos al parecer el “dialogo” es….¡nada! ¿Y porque digo esto? Porque las condiciones que exige para sentarse a “dialogar” es que en Venezuela exista Estado de Derecho, esto es: 1) que el régimen cumpla la Constitución y permita el Referendo Revocatorio; 2) libere a los Presos Políticos; y 3) respete las decisiones de la Asamblea Nacional. Todo esto sumado a que existan mediadores de la oposición y se hagan las negociaciones en Venezuela (ver Sumarium, “Si el gobierno no acepta las condiciones, MUD solo se reunirá con mediadores”, en

En otras palabras, para sentarse a “negociar” le están pidiendo al régimen algo que el castro-chavismo-madurismo no tiene en su naturaleza cumplir, porque si lo hicieran de entrada no estaríamos hablando de esto ni tendríamos que ir a ningún diálogo. Están pidiendo un contrasentido. Al menos el régimen quiere negociar algo: ¡el Referendo Revocatorio! Y eso en estricta lógica no puede ser negociable porque es una obligación constitucional que debe ser acatada por todos los venezolanos y en especial por un poder “independiente” como el CNE. Pero como este es un régimen de delincuentes que tiene bajo secuestro una población entera, es lógico que pidan rescate por los rehenes –todos nosotros-, y su pago se lo exijan a quienes nos “representan” bajo la especie de entregar el Revocatorio. ¡Los delincuentes si lo tienen claro! Quienes no lo tienen tan claro son nuestros “representantes”…

Por alguna razón, interesada o no, no tienen claro cuál es la situación real de los venezolanos para aplicar las soluciones correctas, entrabando a nuestros aliados naturales en el exterior, como lo demostró ser el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, al presentarse como el principal defensor de los venezolanos a escala hemisférica. No se puede confundir diálogo y negociación con delincuentes en situación de rehenes.

Entonces, ¿que “diálogo” puede haber aquí? No se puede dialogar con delincuentes. Cuando hay una situación de rehenes lo primero que hace la policía es poner a hablar a un negociador. Y cuando ya la cosa entra en crisis –como generalmente pasa porque los delincuentes no suelen entregarse-, entonces entra el escuadrón “SWAT” (en inglés: Special Weapons and Tactics, en español Armas y Tácticas Especiales) o la policía especializada en estos menesteres, para sacarlos y resolver la crisis. Eso es lo más parecido a lo que pasa en Venezuela para todo el que nos vea desde el exterior. Entonces, no hay conflicto que amerite diálogo entre dos partes, sino un secuestro de quienes gobiernan en contra de una población indefensa y que amerita otra solución.

En consecuencia, Venezuela no necesita “diálogo”, necesita que la Constitución se cumpla, tan sencillo como eso. La Constitución es ahora un yunque atado con una cadena al cuello de un régimen que se está hundiendo. Por eso echa mano de cualquier artimaña para perpetuarse. Lo que necesitamos es la ayuda y la presión de nuestros aliados fuera del país para que se cumpla el mandato constitucional, porque la población ya está clara en lo que tiene que hacer. Es un tema de la supervivencia de un pueblo. Si la oposición oficial se sienta a negociar algo con estos delincuentes, tengan la seguridad que no será nada bueno para los venezolanos, y tendremos que rechazarlo con todas nuestras fuerzas, porque ese diálogo sin sentido no sería un diálogo entre dos partes en conflicto. Sería una negociación entre delincuentes.

Twitter: @laguana


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