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sábado, 9 de julio de 2016

MADUEXIT en 2016, @jesusalexisgon



Por Jesús Alexis González, 04/07/2016

En la interacción con la realidad exterior, tendemos a integrar en nuestra estructura psicológica los conocimientos (saberes) mediante sistemas coherentes, en el entendido que todo “nuevo saber” cambia dicha estructura en razón a que el medio nos afecta pero igualmente estamos en capacidad de afectar el medio al experimentar reacciones concretas a fin de superar cualquier situación de desequilibrio emocional inducido por un hecho conflictivo que se acrecienta cuando el elemento perturbador está ligado al desenvolvimiento socioeconómico nacional (p.ej. falta de alimentos y medicamentos); todo ello en pro de rescatar el equilibrio emocional perdido bajo innovadoras formas de pensamiento y actuación que en mucho emanan de la neurosis (trastornos nerviosos y alteraciones emocionales) o del arrepentimiento (pesar por haber hecho algo), que afortunadamente en materia de política de Estado y con sustento jurídico puede ser canalizado por la vía de un referendo(hasta revocatorio para el caso venezolano).

Haciendo uso de una exposición problémica (actividad independiente y creadora), vale referenciar el modelo de actuación recientemente aplicado en el Reino Unido (RU) que es un Estado soberano unitario cuyo régimen de gobierno es una Monarquía Constitucional integrada por Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, comúnmente citada como Gran Bretaña (GB) al ser la isla más grande donde se localizan los 3 primeros países mencionados siendo una división geográfica donde no se incorpora a Irlanda del Norte que forma parte del RU pero no de GB; que este jueves 23/06/16 mediante un referendo conocido como BREXIT votó a favor de abandonar la Unión Europea (UE) que se fundó un 26/03/1957 con 6 países: Alemania, Bélgica, Francia, Italia, Luxemburgo y Países Bajos (en el presente son 28 países), y a la cual pertenece (faltan cumplir unos tramites) el RU desde el 01/01/1973 (en 1992 obtuvo una exención para no entrar en la Unión Económica Monetaria ni implantar el Euro); siendo un hecho que sin duda alguna cambiará (para bien o mal) la vida de los “británicos” pero en simultáneo han ratificado que el poder de cualquier régimen gubernamental se sustenta en consultar al pueblo sobre aspectos importantes y trascendentes con vista al desenvolvimiento socioeconómico y la estabilidad institucional.

En lo atinente a la Venezuela del presente, se refleja un gran descontento interno (acumulado) ante la existencia de un gobierno desgastado que genera un malestar social y una ruptura con la utopía socialista, al punto que para mayo 2016 según la encuesta de Datanálisis la gestión del Presidente de la Republica apenas alcanzó una aprobación del 23% con evidente intención subyacente de ejercer el voto castigo (este mismo año) en un referendo revocatorio en evidente ejercicio de un ¡arrepentimiento!! Tal escenario se alcanza, a pesar que con la llegada del movimiento chavista al poder el populismo de izquierda (doctrina política que se “presenta” como defensora de los intereses y aspiraciones del pueblo para conseguir el favor de su voto)cobró mucha fuerza apelando al resentimiento de los pobresal tiempo de amenazar permanentemente a los “privilegiados”, empleando un discurso polarizador cargado de lenguaje coloquial en su afán de dividir a la sociedad en campos antagónicos incluido el deseo de instaurar un modelo político que pretende monopolizar los Poderes del Estado así como de los medios de producción.

De igual modo, aspiran la destrucción del sector privado de la economía tanto por el dirigismo intervencionista gubernamental como por la paralizante incertidumbre para invertir que experimenta el empresariado nacional (y extranjero) ante la presencia no solo de un Estado empresario sino por el desequilibrio funcional del principio de la separación orgánica de los Poderes en complicidad con un TSJ  y un CNE que actúan en contracorriente de las aspiraciones ciudadanas, hasta perturbarles su estructura psicológica al extremo de dificultarles visualizar el potencial desenvolvimiento del país al corto y mediano plazo. En paralelo, están destruyendo el Estado a un costo social de impresionante resonancia que intentan ocultar negando información oficial por parte del BCV (tampoco lo hacen ante los entes multilaterales cerrando la oportunidad de financiamientos cooperativos); lo cual no impide que la mayoría poblacional, sin contar con “datos estadísticos”, conozca la situación apocalíptica en que se encuentra Venezuela ya que siente y padece hambre, enfermedades, desolación y muerte como consecuencia del desgobierno que nos agobia.

La economía es una representación matemática de la estructura social, según lo cual la desinformación de la burocracia gubernamental sobre la ciencia económica se convierte en la mayor complejidad para sostener la estabilidad institucional y para promover un crecimiento y desarrollo autosostenido, habida cuenta que la actual superestructura del poder político venezolano centra su atención no en diversificar las alternativas de ingresos públicos orgánicos sino en cómo (mal)gastar la hacienda petrolera; soslayando una verdad de perogrullo como que ¡la política sin la economía no existe! Es de acotar, que en la CRBV no se define explícitamente un concreto régimen económico a la luz de una correcta neutralidad política en aras de evitar dogmatismos ideológicos irreversibles en cuanto a los roles que debe ejercer en la economía tanto el Estado como el sistema de mercado (hoy ocupado por un aberrante “bachaqueo” y por una indignante entrega de “bolsas de comida”); siendo responsabilidad del Legislativo y del Ejecutivo en un ambiente de “armonía de Poderes” establecer las líneas rectoras del régimen económico con obvio apego al marco constitucional, con especial énfasis en la delimitación del ámbito de participación del Estado (y su circunstancial gobierno) en la vida económica del país.

Con solidez de pensamiento, puede afirmarse que la indeseable permanencia del movimiento chavista en el gobierno central induciría mayor conmoción y pérdidas económicas (y mucho másallá) para nuestro país; siendo de obviedad manifiesta la urgencia vital de celebrar un RR en 2016 a efectos de un cambio presidencial que dé inicio a la “descolonización” en relación a ideologías obsoletas de tendencia inercial hacia el fracaso (el actual gobierno está más cerca de Cuba que de la propia Venezuela). La única alternativa de solución a los problemas socioeconómicos de la Venezuela de hoy es la MADUEXIT, abriendo espacio para recuperarnos en un tiempo razonable con un nuevo modelo de relación Estado-gobierno-parlamento-sociedad en un contexto de una democracia realmente participativa y protagónica que confiera cabida a todos por igual.

En fin, Venezuela requiere de un nuevo gobierno con liderazgo pronunciado, so pena de entrar en un “pánico socioeconómico” con fertilidad potencial “para cualquier cosa”.


Economista Jesús Alexis González
@jesusalexisgon

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