Por David Morán
No hay diálogo, que
implicaría el reconocimiento del otro, de su legitimidad y pertinencia. Lo que
hay es una pretensión de Nicolás Maduro de imponer como “dialogantes” a un trío
de expresidentes que le son afines: José Luis Rodríguez Zapatero (España),
Leonel Fernández (República Dominicana) y Martín Torrijos (Panamá). Con un
clarísimo objetivo: Evitar la ejecución del constitucional referendo revocatorio
presidencial (RR) este año, que sin duda alguna perdería Nicolás Maduro, lo que
significaría su salida de la presidencia de Venezuela y la convocatoria a una
nueva elección presidencial este mismo año.
De manera diáfana, la
coalición política opositora representada en la MUD, respondió a fines de mayo
a la pretensión oficialista con 4 condiciones:
A) Que la crisis venezolana
encuentre solución pacífica mediante la consulta democrática al pueblo:
Referendo Revocatorio;
B) Libertad de los presos,
cese de la judicialización por persecución política y retorno de los exiliados;
C) Admisión del régimen de
la ayuda internacional en medicinas y alimentos para atender con urgencia la
crisis humanitaria, y construcción de soluciones a la crisis económica generada
por la corrupción oficial y el modelo económico generador de miseria, en el
marco de los 10 puntos para la recuperación económica elaborados por la
Asamblea Nacional;
D) Respeto a la
Constitución, a la separación de poderes y a la Asamblea Nacional.
La respuesta de Nicolás
Maduro a las exigencias ha sido la extorsión, la pretensión de obligar a la MUD
mediante la intimidación, la violencia y el chantaje a renunciar a sus 4
exigencias. La coalición de partidos que conforman la MUD ha reaccionado con
disciplina política en torno a las exigencias, y es por ello que han fijado la
agenda nacional en las últimas semanas, mientras Maduro delató abiertamente su
estrategia de extorsión “El referendo no es una obligación, es una opción”
dijo. Para él, el RR es su rehén. Esa decisión de Maduro de “secuestrar” el RR
marca su salida de la presidencia. Veamos por qué.
Las bases del poder
El poder, entendido sea en
su base sociológica o política (en las nociones de Weber, Michels, Wolf,
Nietzsche ) es en síntesis, un acto voluntario de obediencia. Tenemos entonces
que el poder es transitivo, se otorga a aquel que se quiere obedecer, y se hace
por algún interés o conveniencia (incentivos). Esto es lo que en mercadotecnia
política se conoce como bases de poder: el grupo de individuos que obedecen
voluntariamente a una figura, corporación o gobierno. No se debe confundir con
los medios que producen fuerza (violencia, coacción o extorsión) que dependerá
en todo caso de las fuerzas armadas, policiales, presos políticos, delincuencia,
becas que son al fin de cuentas, medios de intercambio, pero no bases de poder.
Más recientemente, la teoría de juegos, con la incorporación del estudio
de la racionalidad y los
criterios maximin y minimax en las decisiones, explica ( a
mi entender) satisfactoriamente las posibles decisiones de los grupos en pugna
o competencia.
Con su llegada a la
presidencia en abril de 2013, seriamente retada por la oposición (ganó por
menos del 2% de los votos) Maduro equivocó su planteamiento: En vez de
plantearle al país y a la oposición un juego colaborativopara superar la
crisis socio económica que ya se mostraba feroz, se propuso la imposición a
troche y moche (no colaborativo) de un proyecto inviable y depredador. Con poco
equipaje político, Maduro (el más violento de los presidentes que ha tenido
Venezuela) pretendió por la fuerza la sumisión de la Nación. Para ello contó
con dos leyes habilitantes que le permitieron profundizar el desastre y la
miseria que hoy caracterizan al país. Y varias decenas de muertos y miles de
apresados que pretende barnizar con una “Comisión de la Verdad” a su
conveniencia.
Las elecciones
parlamentarias del 6 de diciembre de 2015 marcaron el fin de
lapolarización en Venezuela, esa ficción de mitades antagónicas que
subyacía desde el año 2010 y que recientemente Thomas Shannon, el funcionario
del Departamento de Estado de EEUU preferido de Lula y Maduro caracterizó como
que “Venezuela es un país muy polarizado y la narrativa que ofrecen el gobierno
y la oposición son muy diferentes, uno se pregunta si están en el mismo país“.
El desinformado Shannon obvia que los hechos, no la narrativa, demuestran
que desde la elecciones del 6D, una amplia mayoría (67%; 80% hoy y creciendo)
rechaza al gobierno de Nicolás y apenas un 20% lo apoya.
Aún más, el 98,5% de
los venezolanos cree que el voto tiene importancia para mantener la democracia,
según un estudio reciente (fines de marzo)
del Centro de Estudios Políticos de la UCAB. (¿Cuál polarización Míster
Shannon?).
Foto 2
Lean con detenimiento la
lámina, y verán que para más del 95% de los venezolanos el voto sirve para
lograr cambios, progreso, bienestar y mantener la democracia. El poder del voto
es quizás el elemento que más aglutina a la sociedad venezolana. Ese es su
medio de fuerza ante la fuerza del gobierno. Y por nada del mundo lo va a
ceder, menos ante el hambre, las enfermedades o los balazos (que no matan el
hambre ni curan enfermedades).
La MUD actúa con
racionalidad al no ceder ni un milímetro las exigencias de activar el RR.
Y lo hace sabiendo que de hecho ya lo ganó cuando el gobierno trata por todos
los medios posibles, la mayoría de ellos ilegales (Un juego suciorechazado
por la sociedad venezolana en su conjunto) de evitarlo. Una jugada inútil. Como
también lo es la “luz de bengala” que significan las elecciones regionales (que
comentaremos en otra entrega).
Con desilusión (más del 85%
de los venezolanos cree que Maduro no es capaz de resolver la crisis) los
incentivos para votar de cada venezolano aumentan con el RR. Piensa
racionalmente que las cosas mejorarían y se comienzan a consolidar y coordinar
las expectativas para realizarlo, desde el venezolano de a pie hasta en
organismos internacionales. (Ver el Informe Almagro ante el presidente del
Consejo de la OEA)
Por otro lado, los
seguidores de Maduro, abandonan la idea de sostenerlo “como sea”, es decir, de
alguna manera antidemocrática, lo que significaría claramente la agudización de
la crisis, con resultados imprevisibles, un “salto al vacío” que no están
dispuestos a dar. Por que no estarían defendiendo “el legado”, sino el pescuezo
de Maduro, que no vale tanto.
La despedida: Solo en
democracia se vuelve al poder
Con las elecciones del 6D,
la oposición en condición de minoría ilegítima, pasó a la condición de mayoría
legítima. Pasó de ser exigida socialmente de denunciar a corregir lo
denunciado. Maduro, equivocadamente desconoció ese cambio al afirmar “son una
mayoría circunstancial” desconociendo su legitimidad, obtenida a voto popular,
y planteó un conflicto, un juego no calaborativo, utilizando al TSJ y al CNE
para el desgaste opositor. Craso error. Las posibilidades de desgastarse él con
su desastrosa gestión, ausencia de liderazgo moral y expectativas futuras lo
han molido. Hoy tiene uno de los gobiernos más débiles de la historia nacional.
Intentó, desde otra óptica,
minar las bases de poder de la oposición, mientras mantenía las suyas. Ocurrió
lo contrario, las bases de poder suyas han disminuído dramáticamente, mientras
aumentan las opositoras.
Este juego lo bauticé como
“La despedida” en febrero de este año. Claramente Maduro conducía su propio
autobús hacia su salida, en una serie de decisiones que hacían imposible que
obtuviera una victoria o al menos un equilibrio de Nash, obviamente por
la irracionalidad del propio Maduro.
Maduro y sus seguidores se
encuentran hoy en una posición de “Catch 22” una dilemática encrucijada
respecto al Referendo Revocatorio “pierde si lo hace y pierde si no lo hace“.
Si no lo hace pierde el poco apoyo que le queda en la Fanb (no importa a
cuántos ascienda a generales) y también termina liquidando al Psuv, de donde
los mensajes y advertencias le han llovido. Con ello propiciaría la
anarquía y por lo tanto la miseria lo que llevaría entonces a que aumentase la
presión nacional e internacional por su renuncia, por su salida.
El Psuv tratar de
asegurar que el país es gobernable, que sus votantes entienden sus decisiones,
que sus líderes pueden explicar estas decisiones. Pero sus partidarios sienten
que el partido se alejó los principios que dieron lugar a su fundación y que
fueron la razón de su existencia, de hecho, ya no son coalición de personas que
comparten una visión del mundo. Ellos también son rehenes y entienden a Maduro
como un secuestrador.
Aunque se ha comportado como
un jugador violento, y por lo tanto irracional, ante ese dilema Maduro
intentará comportarse como un jugador maximin: Intentará de minimizar
la máxima pérdida esperada. Con menos posibilidades a medida que se oponga a
las salidas constitucionales y que pase el tiempo. Ya sus seguidores se lo han
dicho, cada vez más alto: sólo en democracia es posible volver al poder. Y en
anarquía, la máxima pérdida es perderlo todo.
La racionalidad de la Nación
venezolana no permitirá la anarquía. El RR ya se dió.
02-07-16
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