Redacción 08 de mayo de 2017
Este
lunes los partidos que hacen vida en la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) dirigieron
una carta a Elías Jaua, ministro para la
Educación y presidente de la Comisión Presidencial Constituyente, donde
reiteran su rechazo a participar en la convocatoria a Constituyente realizada
por Nicolás Maduro
En la
misiva, la MUD hace acuso de recibo de la invitación para participar en las
reuniones relacionadas con la Constituyente, afirman que no lo aceptan porque
esta propuesta:
1- “secuestra
la soberanía popular”,
2- quiebra
“la universalidad del derecho al sufragio” y
3- desconoce
el principio constitucional de “un elector un voto”.
Se
resalta que: “Los Poderes que tienen la iniciativa de convocatoria, deberán
obligatoriamente consultar al ciudadano a través de referendo.
Pero
se plantea y reclama que se promueve unas “votaciones sectoriales y
territoriales” controladas por el Gobierno. Con ello se pretende quebrar la
universalidad del derecho al sufragio, y desconocer el principio constitucional
de “un elector un voto”, reza la carta.
A
continuación el texto íntegro:
Señor
Elías
Jaua
Ministro
del Poder Popular para la Educación
Presente.-
Hemos
recibido la invitación para participar en las reuniones relacionadas con la mal
llamada “asamblea nacional constituyente ciudadana y de profunda participación
popular”, que fue “convocada” mediante Decreto N° 2.830, fechado 1° de mayo.
Esta
convocatoria es ilegítima e inconstitucional. Así, (i) no es resultado de la
consulta al pueblo de Venezuela, tal y como lo exigen los artículos 5 y 347 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Solo el pueblo puede
decidir, mediante referendo, si quiere o no convocar a una constituyente y
ningún Poder del Estado puede usurpar las funciones que le corresponden al
pueblo. Los Poderes que tienen la iniciativa de convocatoria, deberán
obligatoriamente consultar al ciudadano a través de referendo. Además, (ii) lo
que se plantea son “votaciones sectoriales y territoriales” controladas por el
Gobierno. Con ello se pretende quebrar la universalidad del derecho al
sufragio, y desconocer el principio constitucional de “un elector un voto”.
Esta
fraudulenta propuesta no solo secuestra la soberanía popular, sino que además
quiere imponerse con la represión al pueblo venezolano, que se mantiene en las
calles en protestas pacíficas demandado soluciones efectivas y constitucional a
la grave crisis por la que atraviesa el país.
Lo que
venezolanos están demandando es el restablecimiento de la efectiva vigencia de
la Constitución de 1999, devolviendo al pueblo el ejercicio de su soberanía.
Solo así, dentro de los mecanismos previstos en la Constitución, y a través de
la Asamblea Nacional, la soberanía popular podrá decidir. Pues Venezuela no
necesita cambiar de Constitución, sino cambiar de Gobierno como única salida a
la crisis.
Cabe
reiterar que los venezolanos estamos a favor de cualquier solución
constitucional a esta crisis, que pase por permitir al pueblo, legítimo titular
de la soberanía nacional, expresarse en elecciones libres, directas, secretas y
universales.
Por lo
anterior, la Mesa de la Unidad Democrática, acompañada de los Diputados electos
el 6 de diciembre de 2015 y de todos los venezolanos y venezolanas que nos
acompañan en esta lucha, le entregamos nuestra respuesta, en la cual rechazamos
participar en la fraudulenta e ilegítima propuesta de Nicolás Maduro.
La
Mesa de la Unidad Democrática
LA MUD
FRENTE AL FRAUDE DE LA DICTADURA
Hacemos
referencia a su comunicación de 3 de mayo de 2017, en la cual invoca su
condición de “Presidente de la Comisión Presidencial que tiene a su cargo la
elaboración de una propuesta para las bases comiciales territoriales y
sectoriales, así como para los principales aspectos que servirán de fundamento
a la conformación y funcionamiento de la Asamblea Nacional Constituyente”. En
tal condición, invita a la Mesa de la Unidad Democrática a la reunión pautada
para el lunes 8 de mayo de 2017.
En tal
sentido, debemos observar que la mencionada Comisión (creada mediante Decreto
N° 2.831 de 1° de mayo) junto al Decreto N° 2.830, de esa misma fecha, por el
cual se convoca “una asamblea nacional constituyente ciudadana y de profunda
participación popular”, son un claro fraude a la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, al usurpar la soberanía popular y, por lo tanto, agravar
–todavía más- la ruptura del orden constitucional y democrático en nuestro
país, tal y como la Asamblea Nacional declaró en Acuerdo de 2 de mayo de 2017.
I
La
fraudulenta propuesta de convocar a una supuesta “asamblea nacional
constituyente ciudadana” sin consulta popular, forma parte del conjunto de
acciones que, especialmente desde 2015, derivaron en la ruptura del orden
democrático y constitucional en Venezuela, agravando todavía más nuestra crisis
económica y social.
Así,
el secuestro al derecho del pueblo venezolano a expresarse democráticamentea
comenzó en 2016, cuando a través de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia fue desconocida la Asamblea Nacional y con ella, las elecciones del
6 de diciembre de 2015.
Ese
golpe de Estado a la Asamblea Nacional fue consecuencia de otro secuestro, en
este caso, de la soberanía del pueblo del estado Amazona, debido a la decisión
de Sala Electoral de “suspender” a los diputados de ese estado, privándolo de
toda representación. Partiendo de ello, la Sala Constitucional creó la tesis
del “desacato” de la Asamblea Nacional, simple excusa para secuestrar la
soberanía popular expresada el 6 de diciembre. El desconocimiento de la
soberanía popular fue consolidado por la Sala Constitucional con sus ilegítimas
sentencias N° 155 y
156, a
través de las cuales ratificó la usurpación de las funciones de la Asamblea
Nacional, en lo que ha sido calificado por la Fiscal General de la República
como la ruptura del orden constitucional.
Tal
secuestro continuó, luego, con la ilegítima suspensión del referendo
revocatorio del mandato popular, y se consumó, finalmente, con el arbitrario
diferimiento de las elecciones regionales. Ambas decisiones adoptadas por el
Consejo Nacional Electoral.
Esta
ruptura del orden democrático constitucional y democrático en Venezuela, aunado
a la grave crisis humanitaria por la que atravesamos, ha generado la reacción
del pueblo venezolano, que de manera pacífica ha salido a las calles a ejercer
su derecho a la propuesta, pues no puede expresarse por medio del sufragio
debido al secuestro de ese derecho por Nicolás Maduro. La repuesta por parte de
Nicolás Maduro y de quienes le acompañan ha sido la represión brutal, que de
acuerdo el balance al 4 de mayo del Ministerio Público, ha causado 35
fallecidos y 717 lesionados y que lamentablemente sigue incrementándose como
consecuencia de la brutal represión que mantiene.
Ante
esta grave crisis, la Asamblea Nacional decidió en Acuerdo aprobado el 27 de
abril de 2017, resumir las acciones que deben emprenderse para superar esa
crisis, acciones que pasan restablecer el ejercicio pleno del derecho al
sufragio en elecciones libres, secretas, directas y universales. Sin embargo,
el fraudulento “proceso constituyente” que ha sido ilegítimamente convocado, no
satisface a ninguna de esas exigencias, ni coadyuva a superar la grave crisis
por la que atraviesa Venezuela, tal y como ha concluido la Conferencia
Episcopal en comunicado de 5 de mayo de 2017.
II
Como
Mesa de la Unidad Democrática debemos advertir que no puede hablarse de la
convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente sin que el pueblo se haya
manifestado al respecto mediante referendo, en el cual este ha de pronunciarse
también sobre las correspondientes bases comiciales. Igualmente, no puede
calificarse como Asamblea Nacional Constituyente un cuerpo integrado según las
pautas antidemocráticas fijadas por Nicolás Maduro. Así lo ha señalado el
rector del Consejo Nacional Electoral, Luis Emilio Rondón, al sostener que tal
propuesta de “constituyente” no debe ser siquiera considerada por el Poder
Electoral.
En
efecto, a través del artículo 1 del mencionado Decreto N° 2.830, el Gobierno
pretende convocar a una mal llamada “asamblea nacional constituyente
ciudadana”. Es el caso que, muy por el contrario de lo afirmado, la Asamblea
Nacional Constituyente solamente puede ser convocada por decisión del pueblo,
pues el pueblo es titular la soberanía (artículo 5 constitucional) y
depositario del poder constituyente (artículo 347 constitucional). Este
artículo 337, con toda claridad, señala que en ejercicio del poder constituyente,
el pueblo “puede convocar una Asamblea Nacional Constituyente”. Lo único que el
Presidente en Consejos de Ministros puede decidir, es requerir al Consejo
Nacional Electoral que consulte al pueblo sobre quiere o no acudir a una
constituyente, con fundamento en el artículo 348 constitucional.
Además,
los anuncios efectuados hasta la presente fecha acerca de la supuesta
constituyente, así como el artículo 2 del citado Decreto N° 2830, apuntan en
una dirección absolutamente contraria a la del “reconocimiento mutuo” al cual
alude dicho Decreto. Se trata de planteamientos excluyentes y autoritarios, que
buscan imponer al pueblo un proceso constituyente bajo las reglas que Nicolás
Maduro defina a su medida. Un planteamiento además inconstitucional porque va
dirigido a instaurar unas bases comiciales “sectoriales” contrarias a la
Constitución y a la Democracia, que fracturan la soberanía y el concepto de
pueblo (artículo 5, 347 y 350 de la Constitución), quiebran la universalidad
del sufragio (artículo 63 de la Constitución) y responden al interés de obtener
un número de escaños en el cuerpo seudoconstituyente que no se correspondería
con la legítima voluntad del electorado, expresada en elecciones verdaderamente
democráticas, esto es, elecciones libres, directas, secretas y universales. No
es posible, como fraudulentamente afirma el citado artículo 2, que las
elecciones sean al mismo tiempo universales y sectoriales: ya este “ámbito
sectorial” anuncia la ilegítima restricción al derecho al sufragio en clara
violación al principio de igualdad.
Asimismo,
se prevén unas elecciones en “ámbitos territoriales” locales ignorando a los
Estados como entidades políticas fundamentales de nuestro sistema federal, como
circunscripciones principales, y no se ve allí reflejado el principio de
representación proporcional -con voto personalizado- previsto en el artículo 63
de la Constitución, propio de nuestra evolución democrática y del espíritu
incluyente que debería animar una convocatoria del tipo de la invocada. El
carácter territorial de tales ámbitos pudiera además encubrir otra forma de
romper la universalidad del sufragio activo y pasivo y desconocer así el
principio constitucional de “un elector un voto”.
III
El
objetivo del Nicolás Maduro mediante la fraudulenta convocatoria constituyente
no es otro que eludir la restablecer el derecho al sufragio en Venezuela,
distrayendo la atención de los venezolanos y venezolanas de los graves
problemas que les aquejan en virtud de la inflación, la escasez de alimentos y medicinas
y la criminalidad desbordada.
Además,
es preciso observar que la actual crisis venezolana no es causada por defectos
de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela que justifiquen su
sustitución. Por el contrario, la crisis es incentivada por el sistemático
desconocimiento de esa Constitución, situación que en modo alguno sería
remediada por el fraudulento proceso constituyente que pretende convocarse.
Los
Venezolanos no queremos cambiar la Constitución, lo que queremos es por medio
de elecciones libres, universales, directas y secretas cambiar al gobierno.
La
Mesa de la Unidad Democrática ha afirmado, y hoy lo reitera, su plena
disposición a apoyar iniciativas que en el marco de la Constitución, permitan
al pueblo expresarse. No es ése, sin embargo, el caso del fraudulento proceso
constituyente que pretende ser iniciado por Nicolás Maduro, que solo pretende
perpetrar el secuestro del derecho al sufragio, en el medio de una feroz
represión que ha implicado la sistemática violación de derechos humanos.
Por la
Mesa de la Unidad Democrática.
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