Omar Jesús Villalba 06 de noviembre de 2017
El día
de las elecciones está a la vuelta de la esquina, y con ello el municipio
Baruta se enfrenta a una encrucijada. Seguimos siendo varios los candidatos que
nos disputaremos el derecho ciudadano de administrar el municipio. Esta
situación es un claro ejemplo del pluralismo y la democracia, algo digno de
celebrar porque indica que estamos dispuestos a ponernos al frente del grupo y
ejercer el liderazgo, también es un claro ejemplo la existencia en la
idiosincrasia política del venezolano la idea de que el sistema debe recibir
sangre nueva para funcionar. Todo este tipo de pensamiento es diametralmente
opuesto y excluyente con la forma de hacer política que posee el oficialismo,
el cual decanta por el caudillismo sin criterio, totalizante y embrutecedor.
Hasta
este punto todo está bien, pero las condiciones materiales en las que se está
desenvolviendo Venezuela, desde hace 18 años, nos obliga, aun a aquellos que
celebramos el pluralismo, a considerar la opción única y polarizada como la
mejor táctica. La idea de la división frente a un adversario que es
uniforme y carente de fisura, implica grandes riesgo, especialmente para
todo lo que representa Baruta y el movimiento el cual se ha opuesto al
oficialismo. Pero, a pesar de esto yo tengo fe y esperanza, Baruta no caerá en
manos del candidato rojo.
Y,
como pasará en nuestro municipio, así será en otros. Esto en gran medida se
debe a un deseo y anhelo, pero también al hecho de que en muchos municipios,
partidos otrora fieles al Gran Polo Patriótico han decidido bajarse del tren de
la montonera y han propuesto a sus candidatos. Con ello se puede afirmar, si
bien la oposición va fragmentada, el chavismo tampoco va como una unidad sin
fisura. Este fenómeno, en el fondo y revisando con lupa, nos indica con claridad
que existe la gran posibilidad del retorno del pluralismo político en
Venezuela.
La
situación económica por la cual transitamos en este país; el agujero en el que
Ali Babá y su 40 ladrones nos han metido, se ha agudizado de tal forma, que
este mes y el año que viene no pinta bien. Pero, también se evidencia que el
problema económico tiene un impacto en el desarrollo político que los polos en
conflicto han decidido, antes de estas elecciones, sentarse a negociar. Si
bien, hasta ahora, no se ha alcanzado un acuerdo aún, el que este gobierno de
bárbaros decida sentar a parlamentar, implica que ya no puede resolver los
problemas solo por sus cuentas: es evidente que el modelo autocrático y
autoritario que han desarrollado y nos han vendido, no da para más.
Y tanto
es el déficit, y el deseo de lavar sus manchas, las faltas y otros crímenes comenzándose
a perseguirse entre sí. Bueno, esto también se debe a que, en teoría, ya no
quedan opositores culpalizables de delitos. Cazaron a todas las brujas, ahora
les quedo la sed de sangre y no queda de otra sino perseguirse entre sí. Lo
curioso, es que en este caso, están pagando culpables, pero no por las razones
correctas, y tampoco están cargando con su cuota de culpa los cabecillas.
Volviendo
al tema que nos ocupa, la situación del oficialismo ya no parece tan favorable,
aunque ellos digan lo contrario. Es por ello, este proceso electoral, como el
previo, y como el futuro, se vuelven tan importante. Si se alcanza una buena
cuota de poder en las elecciones municipales, las costuras —ya visibles— se
podrán observar con más claridad. Se evidenciará que el gobierno, este modelo
desviado, hace agua.
Por
ello, frente a la posibilidad de dar un contundente golpe a la perversa
estructura que han montado estos fantoches, es imperativo participar en este
proceso electoral. Aquí, la cuestión es defender nuestros municipios y espacios
políticos inmediatos, para evitar que los rojos lleguen con cualquier invento
extraño como crear comunas dentro de la ciudad, o venga a desmontar todos los
programas y logros alcanzados por las gestiones demócratas. Por otro lado, la
cuestión es preservar nuestro estilo de vida, nuestra autonomía y capacidad de
participación crítica. Asimismo, viéndolo desde una perspectiva más amplia, la
cuestión pasa por la posibilidad de mostrarle al gobierno una radiografía de
cómo esta su situación con respecto al ciudadano común.
Estoy
consciente —pues lo he escuchado hasta la saciedad— y nos pueden hacer trampa,
de que harán algún engaño. Pero, eso solo tendrá impacto, si nos dormimos en
los laureles, o dejamos que el descontento y la inquina se vuelva apatía. El
pecado de acción es malo, pero peor es pecar por omisión, la culpa es peor. Y
la verdad, sería muy triste perder Baruta, no porque el chavismo cometió fraude,
sino porque nosotros decidimos nos presentarnos en los centros de votación el
10-D.
Las
mayores victorias de los demócratas se han dado en el terreno electoral, claro
ejemplo de ello ocurrió hace dos años por estas misma fechas. Aquel fue un
momento, donde una serie de variables se alinearon para darle una buena patada
en los bajos al oficialismo, que hasta ese momento soñaba y se regodeaba en la
leyenda de la invencibilidad electoral.
Esta
vez, podemos hacer lo mismo, demostrarle al oficialismo, como a aquellos dentro
de los demócratas, que no creen que el proceso institucional sea una
herramienta para salir de este dilema. La sangre nueva tiene posibilidades y
aún hay venezolanos dispuestos a participar con la intención de no ceder ni un
ápice de poder y terreno frente al gobierno más nefasto de la historia
contemporánea venezolana.
Es por
ello que, vecino baruteño, te invito a participar en el proceso electoral de
este 10 de diciembre. No te conformes con quedarte al margen, y tampoco los
tuyos se hagan a un lado, convéncelos, recuérdales lo que está en juego.
Señálales, si a la actual administración le cuesta resolver los males que
aquejan a Santa Paula, Las Mercedes, Hoyo de la Puerta, El Cafetal, Plaza las
Américas, entonces imaginen ¿qué pasará cuando llegue una
administración roja rojita y quiera desmontar todo, iniciar con sus inventos
desde cero, cuando saquen a toda la administración para poner a sus fichas?.
Adeptos, desconocedores del proceso y el funcionamiento de este municipio tan
extenso y complejo. El simple ejercicio reflexivo le mostrara una Baruta
desgarrada y en ruina como otros municipios.
Entonces,
ante la posibilidad de perder todo y caer en las insidiosas manos peludas de la
siniestra cábala que gobierna, la mejor opción es participar. Votar o no votar,
allí no hay dilema porque la decisión correcta es votar.
Vecinos,
amigos, amigas, hermanos y hermanas es mil veces mejor participar, luego
exigir; si no se participa la tendencia será sufrir en silencio los desmanes de
una administración sin criterio, sin experiencia y totalmente supeditada a un
sistema de creencias que en todos los rincones de este planeta ha fracasado y
ha sembrado miseria y pobreza.
De
nuevo, no dudo en señalarle la existencia de excelentes opciones desde el lado
de los demócratas, estamos aquellos que amamos este municipio, pertenecemos a
él y tenemos la experiencia suficiente para hacerle frente a las exigencias de
donde provengan y más si son del pueblo. Estamos dispuestos a ejercer nuestro
rol como servidores públicos, a ir más allá del cargo y el deber exigen.
Entonces,
este 10-D, vecino te invito a votar. Hazlo con criterio, por convicción y
sobretodo por Baruta, por el futuro y la posibilidad de alcanzar una nueva
Venezuela. Una que volverá a ser un Estado importante, no un despojo con las
mayores reservas de petróleo en el mundo.
El
10-D es preludio para el cambio, uno que sin duda será mejor porque todos hemos
atendido al llamado de nuestra patria y nos hemos puesto al frente del pelotón,
ejerciendo nuestro deber ciudadano.
Omar
Jesus Villalba
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