Orlando Viera-Blanco 20 de diciembre de 2018
@ovierablanco
Recientemente
participé en un evento en la Universidad Internacional de Miami (FIU).
Perspectivas Venezuela-2019. Deseo agradecer la invitación que nos extendió el
buen amigo, abogado y académico Luis González Del Castillo a cargo de la
cátedra Francisco de Miranda. A continuación lo que alcancé decir a un miembro del
panel, Coronel de los EEUU nacido en Venezuela.
¿EEUU
no intervendrá a Venezuela?
Nos
comenta el Coronel Americano de sangre guara: “A los malandros solo se les
expulsa del poder a patadas… Pero no será EEUU quien se ocupe de hacerlo. Los
venezolanos tendrán que organizarse en una estructura disciplinada y vertical
que obedezca a una línea de mando”. Al tiempo de escuchar estas válidas
sugerencias caladas de buena voluntad, pero también de cierta injusticia
histórica, me vino a la cabeza aquella frase que sentencia a quienes no conocen
la historia o se resisten a comprenderla porque están condenados a repetirla.
Pensé
en varias conversaciones -muy sentidas y dramáticas- que he sostenido en los
últimos meses con líderes de la resistencia cubana, octogenarios que le han
dado contenido a una producción de lujo de América TV Miami, Leyendas
del Exilio… De cómo jóvenes cubanos al inicio de los 60 se lanzaron a
la aventura de revocar a Fidel Castro. Historia de pequeños pelotones que
salían en pequeños botes desde los cayos de Miami rumbo al sueño de liberar a
su patria. Montoneras de sangrientos enfrentamientos en las sierras de una Cuba
ocupada. Leyendas de ajusticiamientos sumarios, torturas, frías mazmorras;
cuentos de horror, de fusilamientos y forcejeos sobre obedecer o resistirse
hasta sobrevivir o morir.
Cuenta
uno de ellos: “Llegué a acumular tanto miedo, tanto vacío y tanto dolor que
después de 28 años preso a nada temía, nada me dolía, y nada importaba. Solo un
evento me quebró. En 28 años nos dice Agapito ‘guapo’ Rivera me rompieron
varias veces mis piernas, mi brazo izquierdo y mi clavícula. Jamás mi voluntad.
Me metieron en celdas aisladas en calzoncillos echándome baldes de agua fría,
dejándome semidesnudo. Pero el día que prohibieron las cartas de mi esposa y de
mi hija (que no conocía físicamente), donde imaginaba cómo era mi hija y las
palabras de orgullo que ella sentía por mi aún sin conocerme, no pude controlar
más mi soledad”. Acepté irme lo cual negué por años por ser fiel a mis
compañeros. Agapito aún no conoce personalmente a mi hija…
Y
rompí mi silencio. En medio de mi propia tempestad pude hipar a corazón roto
mis propias frustraciones…
Un
mito: América para los americanos
Mi
querido y respetado Coronel. Usted es americano, pero lleva sangre y prosapia
venezolana en sus venas. Siendo militar norteamericano podría ser muy útil para
derribar muchos mitos y desenfadados paradigmas en EEUU. La historia demostró
que dejar al pueblo cubano a merced de Fidel Castro fue un colosal error.
Subestimarlo [Castro] produjo grandes dolores de cabeza a EEUU y al mundo.
Profundas heridas no cicatrizadas en América Latina como las que dejó Pol Pot y
sus Jemeres Rojos en Camboya, el Viet Cong en Vietnam o Mao en China.
Nadie
duda que si Richard Nixon hubiese sido presidente de EEUU en 1962 no se hubiese
sometido al chantaje de Nikita Khrushchev durante la crisis de octubre de ese
año. Tampoco hubiese dejado al garete a aquellos valientes muchachos que se
lanzaron al desafío de Bahía de los Cochinos. La historia ha demostrado que
aplicar el cortapicos, “Cuba no es amenaza a la seguridad de los EEUU” y dejar
viva a esa camiseta llamada revolución cubana significó una desgarradora
displicencia que permitió a todos los poetas de mano izquierda de Benedetti a
Galeano o de Borges o Neruda cargarse el discurso liberal, si acaso su prosa.
En
Venezuela no hay estructura ni organización vertical obediente capaz de sacar a
patadas a Maduro y sus camarillas.
Si
EEUU piensa que la Venezuela paria y criminal que tiene secuestrado a un pueblo
indefenso no justifica intervenir porque no pone en peligro su seguridad pues
no dude por un segundo que el precio que pagará -tanto EEUU como Venezuela-
será muy superior que al que históricamente se ha pagado por no haber expulsado
en su momento al Castro de Cuba como se hizo con Allende en Chile o Noruega en
Panamá. Y por eso hoy Cuba es lo que es, y Panamá y Chile, lo que son.
Venezuela
está a tiro de convertirse en la Ruanda, Somalia o Libia de Suramérica. Su
devastación será la devastación del continente del resto del mundo. Subestimar
a Maduro y su mafia rusa, turca e iraní, es abrir un boquete de pronóstico
reservado
Los
venezolanos ni tenemos las armas ni la maledicencia necesaria para desalojar
del poder a estos sujetos que Usted ha llamado malandros.
Lo
dijo Bolívar
El
pueblo de América Latina, dijo Bolívar con cierta exageración en el mismo
Discurso de Angostura, estaba destinado “al triple yugo de la ignorancia,
tiranía y vicio”. Y agregó: “Las instituciones norteamericanas son demasiados
perfectas. Pienso que sería mejor para América del Sur adoptar la forma de
gobierno del Corán antes que la de los Estados Unidos, aunque la última es la
mejor en la tierra”. Ojalá no sea palabra cierta. Estamos a punto…
Orlando
Viera-Blanco
@ovierablanco
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