Por El Universal
A Roberto Patiño le cambió
la vida el día que secuestraron a su hermana. Desde entonces –tenía diecisiete
años- tomó la decisión de comprometerse para que haya un cambio radical,
profundo y definitivo en el país. Hizo una maestría en Harvard y a pesar de las
ofertas de trabajo en otras latitudes, regresó a Venezuela. Es el creador y
motor de Caracas Mi Convive, Alimenta la Solidaridad y Sustento, donde da lo
mejor de sí para que otros, a su vez, den lo mejor de ellos. El joven que ha
alimentado a cientos de miles de personas, ha alimentado también a cientos de
miles de almas.
- ¿De dónde te viene ese
sentido de solidaridad social?
-Fundamentalmente de mi
familia, de los ejemplos observados tanto de mis padres como de mis abuelos,
quienes siempre me inculcaron la solidaridad. No cabe duda de que también
contribuyó mi formación en el San Ignacio, en donde nos enseñaron que lo
primero es amar y servir. Esa ha sido una premisa que me ha acompañado siempre
y que, a medida que fui creciendo y teniendo nuevas experiencias, se ha
afianzado.
Una vez que empecé mi
trabajo como dirigente estudiantil, en Voto Joven y en la campaña presidencial
de Henrique Capriles -que me llevó a visitar muchas comunidades en todo el
país- pude conocer la realidad de muchas personas, escucharlas y eso me
permitió profundizar en el significado de la solidaridad, la cual implica la
corresponsabilidad y la empatía.
- ¿Cómo se resiste a la
tentación dentro de un ambiente tan fácil de corromperse como lo es la
política?
Te lo pregunto tomando en
cuenta que contemporáneos tuyos eligieron corromperse haciendo negocios con el
gobierno, vía contactos o divisas. La posibilidad de corromperse no es
exclusiva de la política. Es un error en el que se incurre continuamente. La
política en su sentido más profundo no es corrupta. Se debe hacer la distinción
entre el ejercicio de cargos públicos y el ejercicio de la política. En cualquier
caso, tengo unos principios muy firmes que me legaron tanto mi familia como mis
maestros. Entiendo la política como el ser servidor y articulador de las
personas, para que sean ellas mismas las que generen las soluciones a sus
problemas más urgentes.
La política es como un
sacerdocio. ¿Tuvo algo que ver tu educación ignaciana con ella?
Definitivamente mi formación
ignaciana ha sido una gran influencia en mi entendimiento de la política y el
trabajo social, no obstante, no veo el servicio público como un sacerdocio, lo
comprendo más como una acción y un compromiso más vinculados con la creación de
redes, de búsqueda de soluciones, sin que necesariamente esto esté relacionado
con algún elemento religioso, aun cuando puedan tener elementos comunes.
¿Qué haces para no sucumbir
a los elogios que te hacen? Muchos hombres hubieran llegado muy lejos si no se
hubieran creído en el camino que eran lo que les decían…
Como ser humano siempre
estoy expuesto a sucumbir a los elogios y trato siempre de no dejarme llevar ni
confundir por ellos, porque los considero una trampa. Cuando me elogian por los
logros de Alimenta La Solidaridad, de Caracas Mi Convive y de Sustento, siempre
recuerdo y pongo énfasis en que los resultados que hemos obtenido han sido producto
del trabajo arduo de un equipo, de las comunidades, los aliados. Son logros de
muchos, entre los que me cuento, pero no son sólo de Roberto Patiño.
Cuéntame por qué regresaste
a Venezuela teniendo tantas oportunidades en el exterior.
Tal como lo expliqué en su
momento en “Carta a María”
http://robertopatinog.blogspot.com/2015/11/estas-lineas-se-las-escribi-maria-una.html
y he repetido muchas veces, mi decisión de volver al país luego de terminar mi
postgrado en Harvard y teniendo oportunidades de trabajo en el extranjero, fue
producto de reflexiones que hice debido a diversas experiencias. Lo más
importante en ese proceso de pensamiento es que decidí comprometerme con la
transformación del país, construir una Venezuela en la que haya oportunidades
para los jóvenes, para mi sobrino y los hijos que algún día tendré.
¿Por qué? Porque aquí están
mis raíces, mis vivos y mis muertos. Tuve la oportunidad de tener una educación
de calidad en una universidad pública como la USB y deseo devolver a Venezuela
aunque sea algo de lo que he recibido.
También me siento obligado a
contribuir a un cambio de consciencia en el que se deje de asociar al trabajo
político con la corrupción y el engaño y en especial, en algo ajeno al ser del
ciudadano, y comience a ser entendido como fundamental para propiciar cambios
en el país, a través de la solidaridad y la convivencia, desde lo local.
Háblame de la creación de
Caracas Mi Convive y cómo te las has arreglado para que cale el discurso de
convivencia dentro de un ambiente tan violento como el que vivimos.
Caracas Mi Convive es un
movimiento socio-cultural. Nuestro objetivo es promover una ciudad de
convivencia a través de la creación de redes de apoyo en las comunidades
mediante el establecimiento de relaciones de confianza con los vecinos. Esto lo
realizamos organizando junto a las comunidades actividades y proyectos para la
prevención de la violencia.
El mensaje de la convivencia
ha ido calando en las comunidades y el país porque la gente entiende que es
vital para el funcionamiento de la sociedad. Si bien es cierto que Caracas está
calificada en estos momentos como la capital más violenta del mundo, nosotros
creemos y estamos trabajando para que esta realidad cambie.
La manera de hacerlo es
desarrollando varios proyectos: los talleres de prevención de violencia con la
participación activa de las comunidades para detectar los puntos calientes en
sus sectores, esos lugares en los que se concentran los hechos delictivos y a
partir de allí se realiza la recuperación de espacios.
También nos ocupamos de la
recopilación de información, de datos, sobre los homicidios en Caracas y su
caracterización, a través de Monitor de Víctimas. Con estos estudios y la
generación de conocimiento nos proponemos realizar una propuesta de política pública
de Seguridad Ciudadana, muy distinta de la política de mano dura promovida por
el régimen y que criminaliza a las comunidades más vulnerables. Otro foco de
acción que tenemos son las personas, acompañamos el duelo de los familiares de
las víctimas de la violencia y con nuestro proyecto piloto “Vamos Convive”
estamos apoyando a jóvenes en riesgo de caer en los malos pasos a tener una
fuente de trabajo y aprender un oficio.
Alimenta la Solidaridad:
¿alimentas cuerpos para alimentar almas?
Yo diría que más que
alimentar almas, el resultado de Alimenta La Solidaridad es, por una parte,
niños bien alimentados que van a estudiar y con ello alimentan no sólo su
cuerpo sino también su intelecto y, por la otra, mujeres y comunidades
empoderadas que transforman la realidad. Con esto se nutre la esperanza de que
un cambio es posible para Venezuela.
¿Qué significa Venezuela
para ti?
Venezuela es mi país y el
lugar en donde quiero estar y en el que deseo formar una familia. Para mí es
mucho más que es un espacio físico, es mi cultura, mis afectos y el legado que
me dejó mi familia.
Para mí Venezuela es un
proyecto de vida y pienso que todos podemos contribuir con este proyecto
independientemente de dónde estés.
Mi visión, así como la
quienes trabajan en Mi Convive, Alimenta La Solidaridad, Sustento, y en otras i
niciativas y proyectos es hacer de Venezuela un país productivo, democrático y
solidario y es por ello por lo que estamos luchando.
Foto Gabriel Osorio
22-12-18
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