Milagros Berríos 26 de diciembre de 2018
Histórico. Este año, el Perú se consolidó
como un país de recepción de venezolanos. En un solo día, cerca de 7 mil
ingresaron por Tumbes. En un año la cifra de migrantes se elevó en más de 500%.
Hubo apoyo, discriminación y enviados especiales de la ONU.
“Vinimos
bailando. Todos vinimos bailando". Francisco Díaz, 31 años, diseñador
gráfico, profesor de baile de salón, danzó días enteros en las pistas, bajo el
sol, con callos en las manos, para saltar desde su venezolana Mérida
hasta la limeña avenida Miguel Grau. El fundador de Inyectando Kultura,
grupo de breakdancers llaneros –y ahora también peruanos– huyó así de la crisis
social y económica de su país para buscar refugio en Colombia, Ecuador y Perú.
Aquí vive con su pareja Karin y su hijo de 5 años, ha trabajado en panaderías
12 horas diarias a cambio de 20 soles, y conoció a la actriz Angelina Jolie en
un parque de San Juan de Lurigancho. Francisco baila para vivir.
Los
danzantes, sin su hijo, llegaron el 2016, un año antes de que la
migración venezolana sea
masiva por la entrada en vigencia del Permiso Temporal de Permanencia (PTP),
medida implementada por el entonces presidente Pedro Pablo
Kuczynski para formalizar la condición migratoria de estos
extranjeros que se encontraban en situación de irregularidad. Pero ese era solo
el inicio. Este año se confirmó que el Perú dejó de ser un país de tránsito
para convertirse en uno de recepción, después de Colombia (más de un millón).
La Organización Internacional de Migraciones (OIM) habla de la
migración más grande en la historia de la región.
Según
la Superintendencia
Nacional de Migraciones, en diciembre del año pasado había 100 mil
ciudadanos venezolanos en
el país y ahora existen 635 mil. El principal hito del 2018: la cifra se elevó
en más de 500%.
"Y
en un año, en diciembre del 2019, podríamos hablar de más de un millón de venezolanos. Nos
preparamos para ese escenario con el Estado", explica José Iván
Dávalos, jefe de misión de la OIM en Perú.
Récord
en octubre
Hace
un mes, Ángel Fernández, 22 años, bartender, integrante de Inyectando
Kultura, obtuvo su PTP, el cual le permite trabajar legalmente
y acceder a servicios básicos de educación y salud. En el Perú, 156 mil ya
cuentan con este carné, 217 mil han iniciado las gestiones y 27 mil tienen una
cita pendiente. Hace una semana se sabía que más de 150 mil aún no iniciaban el
trámite. Ahora tienen solo 5 días para hacerlo; de lo contrario, serán
irregulares.
Unos
558 mil extranjeros ingresaron hasta el 31 de octubre, fecha máxima de acceso
para que puedan acogerse al PTP. Ese día se registró un récord:
cerca de 7 mil ingresaron a través del Centro Binacional de Frontera (Cebaf)
Tumbes.
Los venezolanos que, a
diferencia de Ángel y Francisco, llegaron después del 31 de octubre, quedan en
calidad de turistas. Otra opción es que soliciten un refugio, trámite a cargo
del Ministerio
de Relaciones Exteriores y que solo resulta fundado cuando existe
temor de persecución. Los solicitantes reciben una constancia que les permite
trabajar en el Perú hasta que se resuelva su caso. Esto puede durar varios días
o meses. "Pero la mayoría no tiene elementos suficientes para calificar
como refugiados", se informó desde la Cancillería.
Francisco,
Karin y su hijo son solicitantes de refugio, así como más de 120 mil venezolanos.
De este total, solo 500 casos han procedido. "Tratamos de atender rápido
los casos que identificamos como perseguidos, los otros pueden quedarse en el
Perú y trabajar".
"Yo
pensé que podía estar tranquilo con la solicitud de refugio, pero luego debí
sacar mi PTP. Ahora debo esperar un año y ver si me lo renuevan o
saco carné de extranjería", dice Ángel, que hizo este trámite por tener el
pasaporte.
Pasaporte
y rechazo
Este
documento también generó controversia. A mediados de este año, el Ministerio
del Interior dispuso que a partir del 25 de agosto solo ingresen los
ciudadanos venezolanos que presenten su pasaporte.
Poco
después, en octubre pasado, el Poder Judicial declaró fundada en parte una
acción de hábeas corpus interpuesta por la Coordinadora Nacional de Derechos
Humanos mediante la cual se exigía el libre ingreso de venezolanos,
sin presentar pasaporte. No obstante, días después, el fallo fue suspendido y
aún no hay respuesta, según la superintendenta Roxana del
Águila.
Francisco,
que en Venezuela ganaba 4 dólares mensuales y en Perú 30 soles
diarios, recuerda que una vez lo insultaron por su nacionalidad. La OIM,
que reconoce a este país como uno de migración regulada, advierte que uno de
los problemas para los migrantes, además del trabajo informal, ha sido la
discriminación.
De
esto habló Inyectando Kultura con Angelina Jolie,
también en octubre pasado, cuando llegó como enviada especial del Alto
Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). Francisco,
Ángel, Karin y otros 9 migrantes bailaron para ella en un parque de SJL.
Aquella vez el danzante le contó a la actriz su trabajo. "Ella me dijo que
todo extranjero aporta al crecimiento del país". También le dijo que la
xenofobia no debe existir. Ahora, Francisco piensa que en el Perú encontró un
futuro para su hijo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico