Por Ibis León
Para el expresidente
del Consejo Nacional Electoral (CNE), Andrés Caleca, “es imposible” convocar
elecciones parlamentarias en diciembre de este año “sin que sean una chapuza”.
“Hay que pensar
seriamente en prorrogar
la autoridad de la Asamblea Nacional más allá del 5 de enero de 2021 a
través de un acuerdo político de gran envergadura”, sostiene.
El especialista en
materia electoral estima que la organización de unos comicios, en medio de la
crisis política actual, tomaría al menos 10 meses. Sin embargo, advierte que la
quema de más del 80% de las máquinas de votación, ocurrida el pasado 7 de marzo,
podría alargar los tiempos.
Por si fuera poco, el
Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) emitió
una sentencia, este 26 de mayo, que valida a la directiva de Luis Parra
como cabeza de la Asamblea Nacional. La decisión “le da una patada al proceso
para nombrar un CNE consensuado”, en opinión de Caleca.
“Esta sentencia del TSJ
lo que demuestra es el interés de (Nicolás) Maduro de abortar el proceso para
la conformación de un CNE de acuerdo con la Constitución. El chavismo todos los
días dinamita la salida electoral”, señala.
¿Lucena al frente de
nuevo?
El exrector asegura que
las actuales autoridades electorales, dirigidas por Tibisay Lucena, están
adelantando gestiones para renovar los equipos que se quemaron el pasado 7 de
marzo.
“Tengo entendido que
Lucena está comunicándose con las juntas electorales regionales para que se
activen. Cobra fuerza la idea de que sea el CNE actual el que realice las
elecciones”, advierte.
De darse el escenario en el que se convoquen parlamentarias sin la renovación del Poder Electoral, el exrector no duda en afirmar que se agravaría la crisis política.
“Siempre hemos dicho
que para que se hagan elecciones creíbles se deben cumplir ciertos requisitos y
entre los más importantes están la elección de nuevos rectores y la
legalización de los partidos de oposición porque si solo participa Maduro y sus
satélites políticos, la elección no sirve, no tiene ningún sentido y no les va a
servir al chavismo para lavarse la cara”, manifiesta.
La abstención también
es un riesgo creciente. “La abstención estructural representaba entre el 10% y
15% (de los electores habilitados), ahora ya va llegando al 40% porque la gente
ha perdido la esperanza en el voto, la institución del sufragio se ha
desmeritado por la actuación de autoridades tramposas”, lamenta.
Una oposición
debilitada
Caleca considera que la
oposición está en una situación “muy difícil” en la que también está comprometida
la presidencia interina de Juan Guaidó.
“La única
posibilidad que tiene de sobrevivir, de fortalecerse y alcanzar el
gobierno es la vía electoral, pacífica y constitucional. Tiene que trabajar en
la organización de sus partidos, en el padrón electoral, tiene que exigir unas
condiciones electorales”, sostiene.
No obstante, también
atribuye culpa a la oposición por los retrasos en el proceso de elección de los
nuevos rectores. “De manera asombrosa esa oposición que presidía el comité de
postulaciones a partir de enero abandonó el trabajo, más nunca se
reunión, ahora han dicho que por la pandemia dejaron de reunirse, pero
todos los parlamentos del mundo siguieron trabajando, bien sea por vía online o
con medidas de distanciamiento”.
Y agrega: “No hubo
voluntad política de parte de la oposición para convocar más nunca ese comité
porque en gran parte sigue imperando una estrategia de carácter insurreccional
que no tienen ninguna posibilidad de prosperar porque el aparato represivo más
formidable después del cubano es el venezolano”.
01-06-20
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