Por Saverio Vivas, 09/05/2015
Estoy recordando hoy a María Gómez, de profesión Maestra. Su tarea:
enseñar a los niños de la zona de Gramoven, a leer, sumar, restar, multiplicar
y dividir. Ella con sus enseñanzas, pone a los muchachos a viajar por el mundo,
sin salir de su zona. Los hace tomar conciencia de un conjunto de deberes y
derechos ciudadanos. Y los enseñarles a respetar a los demás, así como ellos
nos deben respetar a nosotros (sus padres). Otras veces, María hace a los niños
viajar por dentro del cuerpo humano y muestra para que sirven sus partes.
Muchas veces María agarra a nuestros muchachos y los lleva a pasear por el
boulevard de Catia o hasta la plaza Bolívar del Centro de Caracas. Mientras
ella –como artista- va dándole forma a los perfiles de nuestros hijos. Nosotros
trabajamos duro, confiados que la maestra hace su trabajo, y nos cuida nuestros
amores de las malas influencias que tan presente andan por la zona.
“Le exigimos al gobierno un ajuste
salarial. Hoy un educador necesita seis salarios mínimos para acceder a la
Canasta Básica Familiar. Un educador no puede seguir ganando Bs. 5.556
mensuales. Esto significa que los educadores venezolanos estamos ganando menos
de un dólar diario” Orlando Alzuru
(Presidente de la Federación Venezolana de Maestros)
Otra de las personas que recuerdo ahora es Yuleicy Rodríguez, ningún
estudio realizado, pero ella alquila teléfonos frente a Plaza Sucre. Ella también
tiene una caja de caramelos que muchas veces son el vuelto por las llamadas. “Yulei”
(como ella gusta que le digan) Trabaja todo el día alquilando teléfonos. Al
final de la tarde tiene más de mil bolívares. No trabaja los domingos. Pero gana
22000 bolívares menos lo que tiene que pagar para tener los teléfonos
funcionando. Yulei gana varias veces lo que gana la maestra María Gómez. Y ella
no está con mis muchachos, ni le enseña a nadie a sumar, ni leer, ni viajar por
el mundo o por el cuerpo.
“No tenemos absolutamente nada que
celebrar, hoy es un día para protestar por la situación en que se encuentran
los trabajadores venezolanos y especialmente los educadores” O.A.
“Nosotros tenemos un salario en este
momento que no nos alcanza ni siquiera para costear los alimentos. Los
educadores venezolanos tienen que salir a las calles a realizar otras labores
para redondear el salario” O.A.
Cuando veo a María Gómez temprano en el Centro Educativo, promoviendo
valores y principios. Y después chequeo lo que ganan. No puedo sino exclamar: “Esto no es correcto” “No es justo” “Los
Maestros son los segundos papás y mamás de nuestros chamos” “Unos ingresos de
hambre” “Deberían de ganar más que Yulei”
“Le exigimos al gobierno un ajuste
salarial. Hoy un educador necesita seis salarios mínimos para acceder a la
Canasta Básica Familiar. Un educador no puede seguir ganando Bs. 5.556
mensuales. Esto significa que los educadores venezolanos estamos ganando menos
de un dólar diario” O.A.
Luego de ver a estas dos vecinas de la zona: Una, encargada de formar y
promover que nuestros muchachos echen pa’lante, de darle buenos consejos, de
hablarles de que estamos en una sociedad democrática, plural y un Estado de
Derecho; Y la otra -sin ninguna responsabilidad colectiva fuerte- sino que los
teléfonos funcionen y estén en condiciones para una llamada a cualquiera de las
operadoras. No puedo sino reclamar junto con la exigencia de todos los
educadores venezolanos de una remuneración que reconozca las delicadas tareas
que le tocan. Hacer de nuestros hijos, gente de bien. Inspirados en las cosas
que hicieron nuestros próceres. La primera prócer, para mí se llama María
Gómez.
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