Por Jesús
Alexis González, 17/08/2015
Los
dramáticos acontecimientos, acaecidos en la Unión Soviética entre 1936 a 1938
como un camino para forzar el cambio violento de la sociedad, excelentemente
reseñados en “El Gran Terror”
(Conquest Robert, Oxford University, 1990), hechos que ya había anticipado
Lenin en el Congreso del Partido (1921) cuando señaló: “Nosotros hemos fallado
en convencer a las amplias masas….ningún movimiento profundo y popular ha
tenido lugar sin su cuota de suciedad, sin aventureros y testaferros, sin
elementos pedantes y ruidosos…un partido gobernante inevitablemente atrae
oportunistas y muchas deformidades burocráticas….las semillas de la espiga
comunista carecen de cultura general”. Esto último, se afirma, lo intentan soslayar con la convencional fraseología
marxista donde se escudan a efectos de no reflejar
su incapacidad de pensamiento.
La
denominada Revolución de Octubre de 1917,
no fue un alzamiento popular-- las masas trabajadoras se mostraron neutrales--
siendo que la toma del poder fue una operación casi puramente militar en un
país que no estaba listo para un gobierno “proletario
y socialista”apuntalado por un “centralismo
democrático” perfilado por una disciplina
partidista con implícita aceptación y sumisión a la línea del partido, en complemento con la siniestra seriedad de
algunas leyes; y desde el inicio se intentó imponer un estricto control a la economía-incluido un Departamento de Economía
con responsabilidades de seguridad similares al Departamento de Policía
Secreta- convencidos que la abolición de los ingresos provenientes del capital era el único principio necesario de
moralidad social. En tal contexto, se fundamentó la colectivización(convertir lo particular en colectivo) de la agricultura
(equivalente hoy en Venezuela a la “colectivización de la economía”) para
imponer la voluntad del partido sobre el campesinado formulando un “plan” de 2
años para alcanzar una completa colectivización,
siendo que en los primeros 3 meses el número de propiedades campesinas
incorporadas a las granjas colectivas pasó
de 4 millones a 14 millones, mientras que más de la mitad de todos los hogares
campesinosfueron colectivizados en 5
meses. Tal acción, propició que entre 1932 y 1933 Ucrania, el Cáucaso Norte
y el Bajo Volga sufrieran una terrible hambruna-terror que indujo la muerte demás de 7 millones de personas
(otras estimaciones la elevan a 10 millones) que, sostienen algunos autores, fue organizada por Stalin completamente
consciente y de acuerdo a lo planeado, en aras de aplastar al campesinado para
imponer el sistema de granjas colectivas,
que la valió ser descrito como el genio demoníaco de la Revolución quien
actuaba motivado por un deseo de poder y venganza adherido a ideas abstractas,
absolutas y fundamentalmente utópicas, y
en la práctica no tenía criterio distinto
al éxito lo cual significaba violencia y exterminio físico y espiritual
(por cierto, veía “enemigos”, “gente de doble cara” y “espías” en todas partes)
siempre apuntalado por una camarilla de oportunistas, aduladores y lacayos;
quienes en sumisión al líder condujeron a la Revolución al borde de la ruina
ante la absurda obsesión de tener un
Estado rico pero una población pobre.
El
desastre económico y el estancamiento político fruto de la evidente
incapacidad, no fue aprovechado por la oposición para salir al frente pese a
considerar el liderazgo de Stalin como catastrófico, ya que aconsejaban esperar con paciencia un cambio en el modo
de actuación del Partido desperdiciándose inefectivamente en sus propias
preconcepciones; en armonía con la visión-obviamente comprometida-de los
afectos al Partido quienes señalaban que la lealtad hacia Stalin (año 1932)
estaba basada principalmente en la convicción de que no había nadie que pudiese
ocupar su lugar, cualquier cambio de liderazgo era extremadamente peligroso,
por tanto debía continuar su curso ya que detenerlo o intentar una retirada
significaría la perdida de todo.
Afortunadamente
para el pueblo ruso, la URSS entró en el periodo de GLASNOST (Apertura, en ruso)que enfatizó en la verdad sobre los desastres
económicos y sociales, señalando claramente que el sistema de economía centralmente planificado sustentado en una
interminable coerción había sido un total
fracaso encontrándose en un punto muerto y por tanto requería ser
desmantelado; aunado a la lamentable muerte
de cerca de 40 millones de personas la mitad de ellas en el terror campesino de 1929 a 1933, y la
otra mitad desde 1937 a 1953. Hoy día, Rusia que heredó la mayoría de las bases
industriales de la Unión Soviética, es el primer productor de gas natural a
nivel mundial con unos 44.770 de metros cúbicos/mes (provee el 30% de todo el
gas natural importado por la Unión Europea) y el primer productor de petróleo
del mundo con 10,65 millones b/d (45.053 millones de toneladas/mes) vs 10,2
millones de b/d de Arabia Saudita; mientras que desde el año 2000 la producción
de las refinerías Rusas ha crecido más de un 45% habiendo superado en el año
2014 las 300 millones de toneladas. Igualmente, es uno de los principales
productores y exportadores de diamantes, níquel y platino, al tiempo de un
pronunciado desarrollo industrial en química, metalurgia, construcción mecánica
y defensa.
Venezuela,
en contraste, y a la luz de 15 años de
marcha en el marco de un“proceso
revolucionario” que apunta hacia un socialismo del siglo XXI de indefinido sostén ideológico y hacia la
colectivización de la economía, en contracorriente a la historia, se encuentra
sumergida en una profunda crisis de
progreso y bienestarcon marcada relevancia de un ambiente de “terror alimentario” que, en lo mínimo,
está afectando la estabilidad emocional de la familia al tiempo de experimentar
una explosiva mezcla de rabia y
desesperanza. Sirva de referencia, que en apenas la compra de un kilo de cada ¡¡10 productos!! se consume (cuando se consigue) el ¡¡96,5%
del salario mínimo!! que percibe más del 70% de los trabajadores formales;
en un todo de acuerdo con la lista de precios del Mercado Guaicaipuro (Caracas)
del 13/08/2015: garbanzo: Bs 1950 K (26,3% SM),carne molida: 1.200/k (16,2%), queso paisa:1.100 K (14,8%),
pollo: 420 K (5,4%), cartón de huevos: 700 (9,4%), cebolla: 460 K (6,2%), papa:
560 (7,5%), tomate: 295 (5,3%), pimentón: 280 (3,8%) y cambur: 118 (1,6%), ¡¡ para ser consumido durante 1 mes!!
Nos permitimos una cita como reflexión final: “El remedio inventado por
Lenin y Trotsky, la supresión general de la democracia, es peor que el demonio
que se suponía que iba a curar” (Rosa Luxemburg).
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