Por Hernán Carrera
Ahí mismito, en el módulo de
plaza Brion, en Chacaíto, al primer incauto le quisieron cobrar 8.500 bolívares
por no inculparlo por hurto
Nadie ha preguntado qué pasó
por las cabezas de José Leover Mendoza, Carlos Alejandro Reyes, Ronny Enrique
Yépez, Jean Carlos Pérez, Luis Alberto Pernia, Manuel Birriel y Joelbis
Padilla, agentes todos de la Policía Municipal de Chacao: oficiales-jefe los
dos primeros, oficiales agregados el tercero y cuarto.
Tal vez discutían sobre
gerencia y mercadeo, tal vez se convencían unos a otros de las bondades del
comercio al por mayor: ya se sabe, como la harina PAN: vendes barato pero
mucho, en lugar de caro pero poco.
O tal vez sólo sucedía que
era día de quincena (para más señas, este viernes 14 de agosto) y los sueldos
de Polichacao no están ni para remate de Dakazo: también se sabe, se oye en el
metro: Gracias mi gente bella, cualquier ayudita es buena.
Lo cierto es que Mendoza,
Reyes, Yépez, Pérez, Pernía, Birriel y Padilla, sabedores de que la gente bella
no abunda, decidieron ese día implementar sus estrategias de negocios con el
primer incauto que pasara por ahí, por el módulo de la plaza Brion, en
Chacaíto: un joven cuyo nombre no se ha dado a conocer. Y de inmediato le
presentaron eso que el Ministerio Público (MP) suele llamar sólidos elementos
de convicción:
--Chamo, tú decides: o te
bajas de la mula con una buena boloñita, o te imputamos hurto de moto y preso
vas.
Lo demás, como sucede en
cualquier operación de take over entre empresas, fue negociación simple. El
joven incauto dijo que lo más que podía aportar al capital suscrito de aquella
extraña corporación policial eran 8.500 bolívares. Pero, vaya, no era que los
cargara encima: tendría que ir a buscarlos.
Y ahí estuvo el error de
Mendoza, Reyes, Yépez y Asociados: es cosa más que sabida que nunca de los
jamases debe extendérsele una línea de crédito a un desconocido.
Y menos a este, al incauto,
que resultó ser un extraterrestre, uno de esos que no sólo piensan que en
Venezuela las instituciones deberían funcionar, sino que creen que funcionan.
En lugar de ir a su casa a buscar el dinero, el referido y ya sospechoso
incauto se fue derechito a la Oficina de Respuesta a las Desviaciones
Policiales de la mismísima Polichacao, donde, créase o no, se encontró con otro
extraterrestre idéntico en su fe.
Horas más tarde, los
referidos Mendoza, Reyes, Yépez y Etcétera eran detenidos en el momento mismo
en que le ponían mano a esa pobre boloñita de 8.500 bolos: míseros 1.214,28
para cada uno, en caso de que fuesen accionistas paritarios, claro.
El cuento, aunque un poco
más cortico y mucho más formal, lo echa el Ministerio Público en nota de prensa
en la que se precisa que el Tribunal 15º de Control del AMC dictó medida
privativa de libertad contra los siete funcionarios y los enjuiciará “por
presuntamente incurrir en los delitos de concusión y agavillamiento, los cuales
están previstos y sancionados en la Ley Contra la Corrupción y en el Código
Penal”.
19-08-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico