Por Jesús González Briceño, 20/8/2015.
La crisis actual que padece Venezuela comprende la totalidad de la vida nacional, su
institucionalidad está harta comprometida con
una tendencia irreversible a una fase terminal de una dictadura en que los
poderes estatales responden a una solo voz y mando del modelo ideológico de
tipo castro-comunista, trayendo consigo una situación social de zozobra y conflictividad al
rayar a límites de una paranoia colectiva por la pérdida de la
tranquilidad ante la inseguridad ciudadana como una gigantesca prisión nacional.
Aunado a la ruptura del equilibrio constitucional de los poderes públicos al
impedir que se resguarden los más
elementales derechos humanos de la libertad de expresión, la asociación política de una disidencia
democrática que pueda expresarse libremente sobre el cuestionamiento de la
inoperancia del régimen en los asuntos más cotidianos de la vida ciudadana. Todo
ello dentro de un contexto de una economía pública, privada y doméstica que ha
visto, con el devenir de esta tres lustros del
presente siglo, una escandalosa defraudación de los multimillonarios
ingresos jamás antes habido por la corrupción galopante del funcionariado y de
la ineficacia impune de los gastos públicos, afectando de una forma directa la
calidad de vida de todos los
venezolanos, con una escasez e hiperinflación de los alimentos, insumos de todo
tipo y los medicamentos que padecen nuestros habitantes cuando salimos a la calle,
vamos al mercado, llevamos a nuestros hijos a la escuela, viajamos, a los centros de salud, a la recreación necesaria. O cualquiera otra
actividad cotidiana del ciudadano común.
El régimen nos acalla en forma intolerante
mediante el chantaje y la amenaza manifiestas y practicadas, llevándonos a prisión, cerrando
medios de comunicación, inhabilitando a liderazgos que protestan alzando su
voz, falseando las normas y procedimientos electorales para propiciar
fraudulentamente muchos de los comicios pasados
y preparando la trampa y el ventajismo
usuales para el 6D, para impedir su
inminente derrota en vista de haber perdido el apoyo de las grandes mayorías y del pueblo
llano que padece más que nadie esta vergonzosa tragedia totalmente
injustificada.
Sus armas letales son los tribunales y los jueces
designados a su antojo, el chantaje a los pobres para quitarle los proventos de
las misiones, la amenaza a miles de empleados y obreros, pensionados y
jubilados de quitarle el sustento diario si
no les dan el voto y, como expediente, usan las armas de los militares,
de la policía, de las guardias pretorianas, de los colectivos armados y
finalmente de los patriotas cooperantes que ellos mismos procrearon para sembrar
el terror que ahora, como un bumerán, regresará para cobrarles el precio de una
descomposición total irreversible.
Ahora, para subsanar esta desventura revolucionaria, crean
y despliegan por todo el territorio nacional miles de efectivos, agentes policiales
y equipos logísticos en la OPERACIÓN LIBERTAD DEL PUEBLO, OLP, para
contrarrestar el hampa desatada contra la ciudadanía y los mismos cuerpos
policiales, para combatir la aguda escasez, las colas interminables cada vez
más concurridas, la hiperinflación y el acaparamiento practicados por los
denominados BACHACOS CARGADORES, y especuladores, BACHAQUEROS, que en su gran mayoría
constituyen personas de bajos
ingresos que se ven obligados a esta práctica por el alza desmedida de los alimentos, productos
e insumos, que ha originado una ola represiva contra los más desposeídos. Eso
fue lo único que el presidente MADURO aprendió en la ISLA DESGRACIADA, pero no
se acaba de percatar que la solución está en abolir el control del cambio,
restituir para recomponer las cientos de empresas agroindustriales, petroleras,
metalmecánicas, del papel y cartón, vidrio, empaques, cementaras, red de
supermercados, y tantas otras que están en el abandono en manos de gerentes y
trabajadores ineptos y prestos a la corrupción y al enriquecimiento ilícito. ¿La radicalización
del proceso es la solución del problema?
Así luce nuestra sociedad, alguna que otra vez
protesta en las largas colas y en otros escenarios, pero más bien está callada
por el temor y el miedo que nos han infundido, en un estado de terror y que los analistas
desapercibido acusa de pasiva y tolerante
contra un régimen oprobioso y falaz que tiene la desfachatez de divulgar
por el monopolio comunicacional, en los sitios de trabajo, en las escuelas, hasta
en las colas del mercado, en los bancos y en los lugares públicos que de perder
las elecciones y consecuentemente el poder, harán como JALISCO QUE SI PIERDE ARREBATA.
Pero cercano 6D se le brinda a los venezolanos de nacimiento
y adopción, de dar el adiós de despida de una clase revolucionaria apátrida y desvergonzada,
para iniciar la reconstrucción de nuestra nación a la que muchos criticamos con
algunas razones, porque todo era
remediable, ante los errores cometidos, y que nos hallamos dado cuenta, después
de más de quince años, asumiendo nuestra responsabilidad civil de ciudadanos,
para decirle a los corrompidos y anti venezolanos que se le acabó el manjar de
disfrutar de sumas millonarias, de buenos apartamentos y quintas, de viajes
pagados por el gobierno, de comprar bellos coches y prendas, y otras prebendas
vergonzosas, por el daño cometido contra los menesterosos y clase media que ven
atónitos e incrédulos cómo se están empobreciendo y sufriendo el temor de
perder sus vidas en manos de una inseguridad galopante, y de un ingreso insuficiente
para vivir decentemente o resignarse en el exilio o en una prisión.
Pero hay que estar atentos y vigilantes ante este
evento comicial decembrino, para que todos los que no comulguen con este
régimen pernicioso, pongan su aporte personal y familiar primero con ir a
votar, y segundo para que unidos con nuestros candidatos de todos los colores,
independientes y disidentes, logremos la victoria el 6D, y no nos dejemos
engañar por un CNE complaciente y parcializado, y para con todas nuestras
fuerzas le digamos que no somos chantajeables, y que no pueden saber por
quienes votamos porque es imposible saberlo, y que no entregamos nuestra
conciencia por un mendrugo de pan, porque si continúa en el poder tendremos que
cumplir su pronóstico PONERSE LAS
ALPARGATAS Y COMER SARDINAS, lo
que ahora es irrealizable porque las alpargatas están muy caras como los
zapatos y las sardinas a un precio
inalcanzable.
Chávez no dijo esta
sentencia por ser folclórico o anecdótico,
sino porque sabía, como en su Cuba Bonita, que la gente no podía alimentarse, calzarse y
vestirse bien, pero nos dejó a su
heredero para que lograra lo que él no pudo por el tiempo que le faltó.
Una vez obtenido
el triunfo de la ASAMBLEA NACIONAL nuestra
mira estará puesta en el referendo revocatorio, dentro de legalidad de la
constitución bolivariana, apoyada por una gran mayoría de los venezolanos que
buscarán afanosamente de salir de esta hecatombe total, realidad que fue y será
otra porque la historia no puede desmentirse a sí misma, por los fracasos históricos del sistema comunista
que para desgracia de los hermanos Castro han sobrevivido más de 80 años para
poder arrepentirse de su propia y abominable bancarrota. Quizás, cuando mueren ¡que
tengan más larga vida!, los soñadores hipertrofiados le levantarán mausoleos y
estatuas en ciudades revolucionarias, si existieren, con una leyenda que diga: AQUÍ YACEN LOS MÁS GRANDES DEFRAUDADORES DE
LA HUMANIDAD.
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