Por Andrea Rodríguez
LA HABANA (AP) — Incluso los
cubanos que no hablan inglés comen "cake" en su cumpleaños. Llevan
"tenis" y "blomer", en referencia la desusada ropa interior
femenina, o bloomers, y los jóvenes se vuelven locos por Taylor Swift o están
al tanto de la octava temporada de "The Big Bang Theory".
© The Associated Press En
esta imagen de archivo del 11 de junio de 2013, niños jugando al béisbol en las
calles de la Vieja Habana, en Cuba. Además de los clásicos Chevrolet en sus
calles y los recuerdos a Ernest Hemingway, la influencia…
El escritor de ciencia
ficción Ray Bradbury acapara varios minutos en el espacio cultural del
noticiero estelar de la televisión y sus libros comparten las estanterías junto
al poeta revolucionario del siglo XIX, José Martí.
© The Associated Press Gente
caminando junto al banco estatal cubano, Banco Metropolitano, el antiguo
edificio del Primer Banco Nacional City de Nueva York en La Habana, Cuba, el
martes 11 de agosto de 2015. Liberada del dominiio español de…
Más allá de los viejos
Chevrolet y Cadillac que pasean sus pesados cuerpos de hierro por la calles de
la isla y las tradiciones que Ernest Hemingway impuso, como los mojitos en la
Bodeguita del Medio y el daiquirí en el Floridita, la influencia y el legado
del vecino país no sólo no se interrumpió sino que se espera que con el
deshielo entre Cuba y los Estados Unidos esa aumente.
© The Associated Press Una
bandera cubana ondea en el Banco Metropolitano, una entidad estatal en La
Habana, Cuba, el 11 de agosto de 2014. El banco solía ser el National City Bank
de Nueva York. (AP Foto/Desmond Boylan)
La bandera estadounidense,
que se levantará por primera vez este viernes en la Embajada en Cuba tras medio
siglo de comunismo y Guerra Fría, no será el único símbolo de esa tensa
vecindad.
"La influencia
estadounidense siempre ha persistido. Fue muy fuerte y abarcó todos los ámbitos
de la vida, desde la comida a las películas", dijo a The Associated Press
el ensayista e investigador Ciro Bianchi, quien con 67 años recuerda los
tiempos anteriores a la ruptura de relaciones y cuando en la tienda se podía
pagar con pesos o dólares, igual que sucedió en las décadas de los noventa y
2000.
Colonizada por España, Cuba
tuvo la ayuda de Estados Unidos para liberarse del yugo ibérico a finales del
siglo XIX. La independencia llegó de la mano de una enmienda llamada Platt, por
la cual se permitía a los estadounidenses intervenir el país y dirigir el
desarrollo de la isla, que comenzó a recibir toda suerte de inversiones y
empresas norteamericanas y a la postre creó una fuerte dependencia.
Miles de turistas viajaban a
Cuba cada mes como si se tratara de una especie de parque de diversiones
trasero y la mafia asentó aquí una de sus plazas fuertes con casinos, cabarets
y hoteles.
Al triunfo de la revolución
encabezada por el ex presidente Fidel Castro contra el dictador Fulgencio
Batista, firmas estadounidenses y capitales de ese país controlaban los
sectores más importantes del país: la energía, las comunicaciones, el
transporte, la industria azucarera y las finanzas.
En 1960, al calor de las
reformas de corte socialista, las compañías extranjeras y en particular las
estadounidenses fueron nacionalizadas como parte de un plan de desarrollo
nacional, pero el entramado de influencias en la sociedad y la cultura
persistieron.
Las letras impresas en
granito pulido todavía dejan leer "Woolworth", en lo que fue famosa
tienda estadounidense de descuentos de los cincuenta, en una acera habanera.
Esa misma compañía creó los "Tencet", una denominación que todavía
usan los cubanos. Y una "R'' y una "K'' asoman por detrás del cartel
del "Banco Metropolitano" en lo que solía ser el National City Bank
de Nueva York.
En la esquina de San Rafael
e Industria de esta capital, los carteles gigantes de la casa Phillip sigue ahí
tras 50 años, aunque ahora sea una mueblería y además tenga un por nombre
"América Libre".
Muchas personas pasan cada
día en La Habana Vieja por encima de las tapaderas fundidas de hierro de la
Compañía de Electricidad de Cuba, en realidad una subsidiaria de Foreign Power
Company y de las primeras en ser nacionalizadas en los 60.
"Por encima del
diferendo histórico entre Estados Unidos y Cuba, la relación la interinfluencia
cultural ha sido fuerte de ambas partes", dijo a la AP, el crítico de
arte, Joaquín Borges Triana para quien la música y la literatura tienen marcas
más o menos explícitas. "No es solo por obra de la globalización sino que
tiene que ver con una relación más profunda".
Más allá de la revolución,
la cercanía geográfica, 150 kilómetros separan a un país del otro, la
permanente visita de miembros de las familias que viven en Miami y tienen
hermanos, primos y padres aquí, y la existencia de un sustrato previo que los
vinculó contribuyeron a darle continuidad a la relación pueblo a pueblo.
El propio ex presidente
Castro y su hermano Raúl Castro, el actual mandatario, reiteraron que se oponen
contundentemente al gobierno de Washington y a su política de imponer sus
intereses en el mundo, pero no al pueblo estadounidense con cuyos grupos de la
sociedad civil, religiosos, de mujeres o de afrodescendientes, siguieron
teniendo un fluido contacto.
Cuando a comienzos de los
noventa se reorganizó la venta de gasolina a conductores particulares y se creó
la estatal Cuba-Petróleo para reemplazar las varias entidad que antes
controlaban al sector, el lema de decenas de gasolineras en todo el país fue:
"friendly service 24 hours" y a nadie le pareció extraño.
Expresiones de uso popular
como "metió un jonrón" para indicar un logro, llegaron de la mano de
otra de las más importantes herencias del país norteamericano en Cuba, el
béisbol.
Aquí se usa la libra para
medir en vez de los españolizados kilos.
"He viajado mucho por
América Latina y me sentí más en casa culturalmente en Cuba que en otros
lugares", explicó a la AP, Ted Henken, un experto en temas de la isla del
Baruch College en Nueva York. "La cultura cubana comparada con otras
latinoamericanas y caribeñas esta entre las más americanizadas".
Para Henken los nuevos
tiempos de acercamiento diplomático de una mayor apertura política traerán
indudablemente una influencia mayor del poderoso vecino en la isla.
Sin ir más lejos, en los
años setenta, tiempos donde la todo lo procedente de Estados Unidos era
considerado ideológicamente incorrecto en Cuba de la mano de una alianza
política con la antigua Unión Soviética, jamás se prohibió el cine
norteamericano por lo que muchos recuerdan haberse deleitado con la saga
completa de "El Padrino", o de niños con las aventuras del ratón
Mickey y la caricatura Betty Boop, que los cubanos llaman Betibú, en la
televisión.
El cantante Benny Moré, que
todavía tiene centenares de fanáticos y es considerado una estrella de culto,
copió la estructura del jazz-band norteamericano cuando creó su agrupación en
los cincuenta. Después del triunfo de la revolución en 1959, que distanció a
ambos países, el pop y el rock no solo llegaron a los oídos de los isleños,
sino que sus músicos se apropiaron de cierta sonoridad.
En la literatura los
llamados "novísimos", una corriente que abarcó a escritores de la
década de los noventa, como Amir Valle o Pedro Juan Gutiérrez o el laureado
Leonardo Padura bebieron en plena crisis económica de la obra de Tom Wolfe o
Charles Bukowski y desarrollaron temas hasta entonces insospechados entre los
creadores de la isla: la sexualidad heterodoxa, la marginalidad, el
travestismo.
Incluso ahora, con las
dificultades de conectividad de internet en Cuba, pasándoselos de memoria en
memoria, los cubanos no se pierden series clásicas como "Friends"o
"Dr. House" hasta la 8va temporada de "The Big Bang
Theory".
Tomado de MSN servicio de Associated Press (AP): http://www.msn.com/en-us/news/world/fuera-de-los-cadillac-la-cultura-estadounidense-persiste/ar-BBlHfJR?ocid=Noticias
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