Por René Núñez,
09/08/2015
La violencia
siempre ha estado entre los seres humanos. Antes y después de Cristo;
incluyendo su muerte, un acto de barbarie. Después de dos guerras mundiales,
las sociedades modernas se propusieron reducirla en aras de preservar la
convivencia social y las generaciones futuras. Las potencias imperiales
triunfadoras crearon un organismo supra nacional, la ONU, para reafirmar la fe,
defensa y protección de los valores, los derechos fundamentales del hombre y de
la mujer con justicia y respeto, promoviendo el progreso social y la elevación
de la calidad de vida con tolerancia y paz. Compromiso nada fácil porque la
violencia es un hecho social complejo y dinámico con causas y efectos variados
y multifactoriales.
La violencia en
Venezuela, tema que nos ha de preocupar y ocupar como sociedad, el año 2014
terminó con 24.980 fallecidos y una tasa de 82 muertes violentas por 100 mil
hab. sólo superada por Honduras con 104, quien ocupó el primer lugar. A pesar
de los importantes anuncios y planes desarrollados por las autoridades. Un tema
que hasta ahora la Asamblea Nacional no ha querido revisar y analizar con
sentido común constitucional y de justicia humana.
Las causas, entre
otras, que estarían incidiendo en esta espiral de violencia en nuestro país que
nos impide avanzar como sociedad libre y democrática, son: A) Políticas: por la
imposición de una voluntad de poder y de dominio distinta a la establecida en
la constitución nacional; multiplicando situaciones de opresión, represión,
amenazas y exclusión. Nepotismo institucional. La respuesta de grupos de
ciudadanos con armas imponiendo en las calles el terror de sus propios códigos
sin que el Estado y el gobierno nacional puedan someterlos y reducirlos B)
Económicas: por la preeminencia de grupos exclusivos desde el gobierno
controlando la mayor parte de la economía, creando marginalidad, opulencia,
miseria y pobreza. Mayores desigualdades sociales. C) Ideológicas: por el
establecimiento de una sola verdad, la del gobierno, asumiendo posiciones contrarias a
las de las mayorías nacionales, revestidas de mesianismo, y en cierto modo
apocalípticas. C) Éticas: por la creación de anti valores distintos a los que
ha vivido el pueblo en toda su historia republicana. Esa contaminación ética -sin
duda- ha facilitado el incremento del tráfico de drogas, de la criminalidad, el
mal trato psicológico y físico de la pareja, el infantil y el abuso de los
niños. En resumen, una violencia reflejada en situaciones de pobreza y
marginalidad de grandes grupos de la población: desempleo, sub empleo,
informalidad; por falta o desigualdad de oportunidad de acceso a la educación y
la salud
@renenunez51
Presidente de
Ifedec capítulo Edo. Bolívar
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