MaDenisse Fanianos de Capriles 29 de julio de 2015
Cada vez que nos ponemos a criticar los
problemas en Venezuela debemos pensar en primer lugar: ¿y yo qué estoy haciendo
para que el país sea mejor?
Normalmente no necesitamos hacer grandes cosas, sino ocuparnos de hacer Bien todo lo que nos toca hacer. Y fíjense que la palabra Bien la pongo en mayúscula porque esa palabra encierra muchos valores que lamentablemente en nuestro país, y en el mundo entero, los han relativizado de tal manera que a veces hacer Bien las cosas se considera algo anormal o "de extraterrestre".
Por ejemplo al que es honesto se le considera idiota; al que es fiel se le considera raro; al que es ordenado y puntual se le considera necio; al que se esfuerza por estudiar se le considera "nerd"; se ha llegado al colmo de decir que el que no paga un gestor para que le saque rápido un documento es un irresponsable. Y como eso podría seguir una larga lista.
Yo pregunto: ¿qué pasaría si todos fueran honestos y NADIE pagara un gestor o pagara una comisión? Pues no existiría la corrupción, tan sencillo como eso.
¿Pero dónde aprende la persona los valores y los antivalores? Todos sabemos que la familia es el primer lugar donde se forman hombres o mujeres "de bien" o "de mal". Así, tan claro y tan complicado a la vez.
Es por eso que el tema de la familia es vital en cualquier sociedad y toda persona que desea formar una familia debe entender que casarse significa mucho más que hacer una tremenda fiesta, tener una luna de miel de película, etc.
Por eso todos quienes tenemos una familia, o pensamos en tenerla, debemos luchar para ser personas íntegras, que den ejemplo a otros para que vean que ¡sí se puede! vivir Bien.
Y cuando tenemos hijos la responsabilidad es aún mayor porque en el siglo XXI es un deber obligado (por el tema del ambiente y de los medios) formarse como padres para educar ciudadanos ejemplares íntegros que construyan un país con valores y no con antivalores. ¡Esa es la mejor manera de ayudar a Venezuela!
Gracias a Dios hoy en día contamos con muchas escuelas de padres y también la Iglesia Católica presta una valiosa ayuda en las parroquias con la Pastoral Familiar que tiene como finalidad educar en la fe y en los valores a los novios, los esposos, los hijos, los abuelos, etc.
En nuestro país hay muchas personas que pueden ayudar en esta misión de hacer familia y sembrar valores, que son la base firme para una sociedad mejor.
Si queremos ayudar a Venezuela acudamos a quienes trabajan en estas áreas de familia y valores y colaboremos con lo poco o mucho que podamos hacer.
Normalmente no necesitamos hacer grandes cosas, sino ocuparnos de hacer Bien todo lo que nos toca hacer. Y fíjense que la palabra Bien la pongo en mayúscula porque esa palabra encierra muchos valores que lamentablemente en nuestro país, y en el mundo entero, los han relativizado de tal manera que a veces hacer Bien las cosas se considera algo anormal o "de extraterrestre".
Por ejemplo al que es honesto se le considera idiota; al que es fiel se le considera raro; al que es ordenado y puntual se le considera necio; al que se esfuerza por estudiar se le considera "nerd"; se ha llegado al colmo de decir que el que no paga un gestor para que le saque rápido un documento es un irresponsable. Y como eso podría seguir una larga lista.
Yo pregunto: ¿qué pasaría si todos fueran honestos y NADIE pagara un gestor o pagara una comisión? Pues no existiría la corrupción, tan sencillo como eso.
¿Pero dónde aprende la persona los valores y los antivalores? Todos sabemos que la familia es el primer lugar donde se forman hombres o mujeres "de bien" o "de mal". Así, tan claro y tan complicado a la vez.
Es por eso que el tema de la familia es vital en cualquier sociedad y toda persona que desea formar una familia debe entender que casarse significa mucho más que hacer una tremenda fiesta, tener una luna de miel de película, etc.
Por eso todos quienes tenemos una familia, o pensamos en tenerla, debemos luchar para ser personas íntegras, que den ejemplo a otros para que vean que ¡sí se puede! vivir Bien.
Y cuando tenemos hijos la responsabilidad es aún mayor porque en el siglo XXI es un deber obligado (por el tema del ambiente y de los medios) formarse como padres para educar ciudadanos ejemplares íntegros que construyan un país con valores y no con antivalores. ¡Esa es la mejor manera de ayudar a Venezuela!
Gracias a Dios hoy en día contamos con muchas escuelas de padres y también la Iglesia Católica presta una valiosa ayuda en las parroquias con la Pastoral Familiar que tiene como finalidad educar en la fe y en los valores a los novios, los esposos, los hijos, los abuelos, etc.
En nuestro país hay muchas personas que pueden ayudar en esta misión de hacer familia y sembrar valores, que son la base firme para una sociedad mejor.
Si queremos ayudar a Venezuela acudamos a quienes trabajan en estas áreas de familia y valores y colaboremos con lo poco o mucho que podamos hacer.
MaDenisse Fanianos de Capriles
mariadenissecapriles@gmail.com
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