Eduardo
Fernández
El problema económico de
Venezuela es muy grave.
Y la solución es muy
sencilla: Venezuela tiene que producir más y producir mejor.
Todo el problema económico
se reduce a que no estamos produciendo todo lo que deberíamos estar
produciendo.
Al no producir, tenemos que
importar. Cuando el barril de petróleo estaba a más de cien dólares, teníamos
bastantes dólares para traer de afuera todo lo que necesitábamos.
Ahora que el precio del
petróleo ha bajado a la mitad, no nos alcanza el ingreso para importar lo que
antes estábamos importando.
Además, cuando éramos ricos
nos endeudamos. Los bancos siempre le prestan al que es rico. Y siempre le
cobran en lo que se presentan los primeros síntomas de que está dejando de ser
rico.
Ahora descubrimos que
despilfarramos la riqueza. Que no ahorramos cuando la tuvimos. Y que nos
endeudamos cuando el precio del petróleo era elevado.
También, descubrimos que por
rendirle culto a una ideología trasnochada, el gobierno se dedicó a destruir el
aparato productivo y a estimular la fuga de capitales.
¿Cuál es la solución?
Producir más y mejor. Venezuela puede producir lo que ahora estamos importando.
Y podemos producir tanto que alcance para satisfacer nuestras necesidades
internas, y también para exportar, con lo cual produciríamos dólares para
equilibrar nuestra balanza comercial.
Ahora bien, para producir
hay que invertir. Necesitamos inversiones productivas: públicas y privadas,
nacionales e internacionales.
Y para que haya inversiones
tiene que haber confianza. Para que haya confianza tienen que desmontarse los
controles artificiales de la economía. Hay que iniciar una política clara de
desmontaje progresivo del control de cambios y del control de precios.
Por supuesto, hay que asumir
una política de disciplina en el gasto público. No se puede gastar más de lo
que se percibe.
Recordar que ni en Bolivia,
ni en Ecuador, ni en Uruguay, ni en Nicaragua, ni en Brasil hay inflación, ni
tampoco desabastecimiento, porque no hay control de cambios.
Producir más acabará con el
desabastecimiento, con el alto costo de la vida, con las colas, con el
desempleo, con el deterioro del poder adquisitivo del salario y, de paso,
acabaremos también con la inseguridad o por lo menos comenzaremos a disminuirla
drásticamente.
Seguiremos conversando.
07-08-2015
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