Por Luis Carlos Díaz
En escenarios de desinformación
y censura como los que vivimos en Venezuela en días (meses, años) como estos,
el trabajo en las redes no sustituye el de los medios de comunicación perdidos,
pero sí puede servir a la gente. El juego se trata de validación de
información de calidad y carreras de relevo entre fuentes confiables.
Su rol, si decide aceptarlo,
tiene tres dimensiones:
1- Dude metódicamente y ayude a la red a construir de forma
colectiva un relato verificable de lo que ocurre, atendiendo a hechos validados
y separándolo de opiniones e interpretaciones que también son útiles, pero en
su lugar correspondiente. Sea honesto con lo que sabe y lo que supone, no se
deje marcar goles con información no verificada que satisfaga su sesgo
ideológico.
2- Ayude a conseguir fuentes valiosas y confiables para cada
dimensión de los problemas, sea por conocimiento del tema o por ser testigo
directo de algo. Una sola persona no está en todo, pero en conjunto sí podemos
cubrir más. La confianza se construye en la cotidianidad y de ella depende la
reputación, así que cuide la suya y fortalezca la de otros.
3- Sirva de bisagra entre sus redes digitales y sus redes de
gente desconectadas, esos que antes se enteraban de las cosas por otros medios
hoy silenciados. Allí reside el trabajo más fino y urgente en momentos de
emergencia. Hay que llegarles por mensajes de texto, mensajería masiva, alguna
llamada, reuniones vecinales o lo que sea, pero con los insumos que describimos
antes: información de calidad y análisis crítico de la coyuntura.
El proceso es lento, se
cometerán errores en público y quizás no tenga la misma magnitud de la
hegemonía y la propaganda oficial, pero será honesto, ciudadano y autónomo.
Será suyo. Compártalo y lo fortalecerá.
DATO ADICIONAL: Manual de
verificación
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