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jueves, 13 de agosto de 2015

Venezuela y China un matrimonio cada vez más consagrado por @aroliveros


por Asdrúbal Oliveros y Carlos M. Álvarez
Blog de Asdrúbal Oliveros



1. Una relación con beneficios para las dos naciones. El matrimonio comercial entre China y Venezuela comenzó en febrero del año 2007. Hoy lleva mas de ocho años y cada vez está más fuerte. La relación entre ambas naciones nace por la necesidad del Gobierno venezolano “antiimperialista” de diversificar su economía dependiente de Estados Unidos y por la búsqueda de una corriente política más cercana al “Socialismo del siglo XXI”.

El vínculo comercial entre China y Venezuela representa ventajas para ambas partes, tanto desde el punto de vista económico como político. Y es que, de no ser así, no tendría sentido alguno que con el pasar de los años el compromiso de deuda haya crecido hasta alcanzar el monto de 20.041 millones de dólares proyectado a cierre de 2015. En otras palabras: si calculamos el monto que debe pagar Venezuela a cierre de cada año, desde que comenzaron los préstamos, nos encontramos con que han estado creciendo hasta alcanzar un promedio de  16.631 millones de dólares durante los últimos cinco años.

Para Venezuela, China representa un aliado de tendencia socialista que está dispuesto a seguir dando créditos a la Nación bajo condiciones menos estrictas que las que exigirían grandes multilaterales como el Fondo Monetario internacional (FMI). Lo que implica que el Gobierno tiene mayor libertad para la utilización de los fondos sin comprometer su política de expansión del gasto público como motor de crecimiento y apoyo social. Además, en Venezuela existe una demanda de bienes muy superior a la oferta, lo que hace necesario la importación de productos para compensar este diferencial. Entonces, China es el candidato ideal para lograr cerrar la brecha. Por esta razón es que vemos cada vez mas productos chinos en los mercados, desde carros hasta viviendas construidas por empresas orientales. Por último, para el país es mucho mas económico endeudarse con China que hacer una emisión de deuda soberana o de la filial petrolera PDVSA, dado que el perfil país genera unas tasas a pagar altísimas.

China, a su vez, ve en su aliado sudamericano a un país al cual puede enviar excedente de efectivo con la garantía de pago que se ha mantenido constante a lo largo de los años. Venezuela ha estado enviando barriles de petróleo a la segunda economía con mayor demanda de ese producto natural. Uno de cada ocho barriles de petróleo que se demandan en el mundo corresponde a China. Otro factor ventajoso es que China puede exportar productos a un país necesitado de bienes terminados para sustentar la escasez, generando así mayores incentivos para la producción nacional asiática. Adicionalmente, con el respaldo de que los contratos firmados por ambos países, es una garantía atractiva para el empresario que busca exportar su mercancía.

2. Una deuda en crecimiento sostenido. Desde 2007, Venezuela ha recibido préstamos de los chinos por un total de US$51.621 millones. Salvo el Fondo de Gran Volumen y Largo Plazo por US$ 20.000 millones, firmado en septiembre de 2010, el resto de los fondos han sido la creación de los Tramos A, B por US$ 4.000 millones cada uno y el Tramo C por US$ 5.000 millones. Ahora bien, cuando se habla de estos tramos, es importante tener en cuenta que estos no son más que fondos con destinos acordados entre las partes, con un vencimiento estipulado dentro de las negociaciones.

Cuando se habla de la renovación de los Tramos A y B (en los años 2011-2012 y nuevamente en los años 2014-2015), lo que se establece es que el vencimiento para el pago total de la deuda ha pasado y, por tanto, dichos fondos debieron cerrarse. Sin embargo, dadas las ventajas y necesidades de ambas naciones, se ha procedido al desembolso por parte de China del mismo monto y bajo las mismas condiciones estipuladas al momento de la firma del primer acuerdo, excluyendo el Tramo B que en abril de 2015 se acordó un incremento a US$ 5.000 millones, junto a un plazo mayor.

Frente a este panorama, lejos de pensar que la deuda ha estado disminuyendo, más bien es entendido que Venezuela cada vez depende de China en mayor proporción. Y la forma de afrontarlo ha sido comprometiendo parte de su producción de petróleo para cumplir con los pagos contraídos. En 2008 Venezuela sólo enviaba 0,8% de la producción diaria de barriles de petróleo a China. En 2015 se estima que la cantidad de barriles enviados a China alcance 13,6% de la producción. En términos de número de barriles, tendríamos que en 2008 se enviaban 26,4 k/bd mientras que en 2015 estimamos que el número esté alrededor de los 390,0 k/bd.

3. El riesgo para Venezuela. Si bien es cierto que en gran medida Venezuela se ha visto favorecida por los convenios realizados con el Estado chino, también hay que analizar los riesgos asociados. Actualmente, la capacidad de generar ingresos en divisas en Venezuela está altamente ligada a los precios del petróleo y, a su vez, los precios del commodity están atados al crecimiento de la economía china. Si añadimos a esta ecuación la capacidad de financiamiento del Estado venezolano, nos encontramos con que depende prácticamente en su totalidad de la posibilidad que tenga China de generar ingresos suficientes para disponer de ellos y realizar esos préstamos que en el país siempre esperamos.

Es decir que, tanto del lado de los ingresos como del lado del endeudamiento, Venezuela depende en buena medida del desarrollo de la economía de un solo país: China. Por tanto, estamos frente a una situación de alto riesgo y, en caso de que China deje de crecer, nos veremos en una situación comprometedora. Incluso, peor a las que ya sufrimos.

11-08-15



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