Por Luisa Pernalete
Querido Niño Jesús:
Imagino la cantidad de cartas
que habrás recibido de niños y niñas de Venezuela ese año, más ahora que te
pueden mandar correos electrónicos y tuits y todo eso, y ahora vengo yo a
mandarte esta totalmente inusual por varias razones.
En primer lugar, porque
normalmente te escriben cartas los niños y niñas y yo no soy una niña, en
realidad soy una abuela, y te escribo en nombre unas cuantas madres, abuelas y
hasta padres y abuelos. En segundo lugar, es poco usual lo que voy a pedir para
un montón de ahijados que tenemos este grupote que incluye mis amigos de la
Redhnna (Red de Defensores de DDHH de Niños, Niñas y Adolescentes), o sea, casi
un ejército de ángeles terrestres pues. ¿Que cuál es mi extraña petición? ¡Pues
medicinas! Así como lo lees: ¡Medicinas! No creas que sólo pido para los
pequeños con cáncer, piso incluso antibióticos comunes. No se consiguen en este
país. Hay Sukhoi, ajá, aviones de guerra, no son de juguete, son de guerra,
para matar, esos sí están en la lista de compras del gobierno, de paso costarán
un realero, pero las medicinas para los hijos y ahijados, nada. ¡Vieras
como sufrimos las madres y abuelas buscando medicinas de un lado a otro!
¿Tendrás antibióticos allá en el cielo?
Los de la REDHNNA me insisten
en que ponga también lo de la leche. Tú dirás que esos no son regalos para la
navidad, que tú te ocupas de juguetes, que mejor hablemos con María, que de
paso es nuestra “comadre”, pero Tú debes ser muy insistente y tienes ángeles
por todos lados. Seguro que consigues.
La tercera razón de la
particularidad de esta carta es que también te vamos a anunciar algunos
regalos. Tú sabes cómo somos las abuelas, siempre buscando cómo hacer felices a
los pequeños, queremos darte algunas buenas noticias, para que veas que no
estamos aquí sentadotas esperando que el maná que caiga del cielo. Aquí van
algunos datos envueltos en papel de regalo. A pesar de las penurias, la escasez
y las balas que no dan tregua, hay venezolanos que hemos decidido no dejarte
sólo con tantas tareas, por eso no vamos a dejar de trabajar en estos días
navideños para que “venga tu Reino”: campaña de Twitter para los diputados
recién electos y recordarles que deben ser representantes de los niños y
adolescentes, en eso andamos los de la REDHNNA-Fe y Alegría incluida-; también
va con un lacito las imágenes de las vecinas compartiendo los productos básicos
y hasta juntarse para hacer algunos platos de navidad, entre varias es posible
solventar en parte la escasez.
Es increíble la generosidad de
la gente sencilla. Hay historias bonitas, como la señora Chabela, de San Félix,
compartiendo con su vecina que -acaba de enviudar- la harina para las hallacas,
¿sabes qué significa desprenderse de un kilo de harina de maíz en estos
tiempos? “Gente buena hay en todas partes”, decía Mandela.
No quería terminar esta carta
sin pedirte que no nos abandones en enero, te vamos a necesitar, de paso, te
prometemos un “manto de luces bordado por las estrellas” como dice ese lindo
aguinaldo, no sólo para que te arropes con ella sino también para que llegue un
poco de luz a los que toman decisiones en el país y se decidan a ponerse de
acuerdo y pongan su cuota en la construcción de Reino de fraternidad.
24-12-15
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