Por Eddie Ramírez, 29/12/2015
“Yo viví la ilusión, crecí en la realidad pero jamás pensé que
conocería esta etapa de la ficción oscura, contradictoria y deshumanizada”. Tal
es la expresión de angustia con la que Heraclio Atencio Bello, un gran
venezolano, finaliza un capítulo del último libro de la Fundación Venezuela
Positiva que lleva por título el de este artículo.
Dirigiéndose a Maduro, le dice: “Si usted fuese un buen
estadista,-presidente, buscaría que sus decisiones beneficiaran al país entero.
Estaría en desacuerdo con el uso de la violencia y a favor de la justicia.
Jugaría al éxito de la nación y no al fracaso. Apostaría a la abundancia y no a
la escasez. Buscaría la construcción y no la destrucción del país”. Atencio
ofrece cifras contundentes del fracaso del régimen en todas las áreas y aporta
recomendaciones para la recuperación del país.
“El sector privado debe ser el protagonista responsable de invertir y
desarrollar nuestros recursos productivos. En los tiempos por venir, a las
empresas públicas hay que dejar de subvencionarlas y debemos privatizarlas por
cuanto en manos públicas no garantizan la sostenibilidad de la transformación
económica y social de la nación. Y el gasto del sector público no es suficiente
para mejorar la calidad de vida de la mayoría de los venezolanos”. Seguramente los
rojos y también algunos dirigentes de la alternativa democrática no estarán de
acuerdo con Atencio y no faltará quien lo tilde de “capitalista salvaje”, pero
el autor ha demostrado con hechos su sensibilidad social y enfáticamente
sostiene que: “No hay venezolano que no quiera cumplir con el pago de la deuda
social y la defensa de los más necesitados de la población”.
Este valioso libro contiene, entre otros, aportes de Diego González
Cruz y de Luis Xavier Grisanti, en el área de la energía. González, autor de
propuestas para lograr una industria petrolera acorde con los tiempos modernos,
señala errores del pasado y el por qué llegamos a la situación actual. Grisanti
advierte que “en el mundo se gesta un nuevo paradigma energético y un modelo de
desarrollo sustentable y descarbonizado. Y que las nuevas tecnologías están
redibujando el mapa energético y petrolero mundial, desafiando los
convencionalismos acerca de una eventual escasez de petróleo”.
Venezuela inicia el 2016 con una crisis muy profunda. El precio del
petróleo muy probablemente se mantendrá alrededor de los 45 dólares el barril.
Petróleos de Venezuela no dispone de los recursos financieros, ni humanos para
elevar la producción que ha declinado 680.000 barriles por día con respecto a
la del 2001. Por si fuera poco, en el futuro ya no tan lejano el petróleo
disminuirá su importancia en relación a las energías renovables.
El nudo gordiano que debe romper nuestra dirigencia es la insoportable
pesadez del sector público. No discutamos si la privatización de las empresas
del Estado es buena o mala, ya que es inevitable porque no hay suficiente
recursos para sostenerlas y mucho menos para hacerlas crecer. La pésima y
corrupta gestión de los rojos aceleró la necesidad de tomar la decisión, que de
ninguna manera significa perder soberanía.
Los ingresos por las exportaciones petroleras constituyen casi la única
fuente de divisas para importar productos e insumos de primera necesidad y
Pdvsa depende del Banco Central para solventar sus dificultades de flujo de
caja. A pesar de esta gravísima situación, el mundo político sigue reacio a
discutir el tema. Nos estamos hundiendo y algunos dirigentes democráticos
prefieren referirse a supuestos errores del pasado reciente y otros optan por
no querer enfrentar el problema por temor a que la solución no sea del agrado
de un electorado acostumbrado a un discurso populista.
El año próximo será muy difícil. Los malandros rojos, apoyados en el
sumiso TSJ, no querrán reconocer las decisiones de la Asamblea Nacional. Como
hemos sostenido, para que el régimen respete la Constitución se requieren
nuestros votos y algo más. Es decir, protestas masivas como las que se
produjeron en Táchira y Mérida, y parcialmente en Caracas y Valencia. Ojalá la
Fuerza Armada se percate de que el pueblo se pronunció por el cambio y no
reprima las manifestaciones pacíficas. Tenemos la ilusión de que en el 2016
será una realidad la nueva Venezuela y que quedará como un mal recuerdo la
etapa de ficción que hemos vivido. Para lograrlo se requiere que todos,
inclusive los rojos honestos, presionemos a Maduro para que renuncie.
Como en botica: Era cuadrapléjico y fue despedido estando de
vacaciones durante el paro cívico. Le negaron la jubilación que le correspondía
y se apropiaron de su fondo de ahorros y prestaciones. Alí Rodríguez fue el
verdugo, sin que sus entonces compañeros de finanzas, los rojos Eudomario
Carruyo y Jesús Villanueva se opusieran a la arbitrariedad. Finalizando el año
falleció William D’Lacoste, quien trabajó 20 años en la Pdvsa meritocrática. El
artículo de Rafael García P. en El Nacional sobre el cambio climático señala la
vergonzosa intervención del ministro Guillermo Barreto en París. ¡No más
prisioneros políticos, ni exiliados!
Eddie Ramírez
eddiearamirez@hotmail.com
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