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lunes, 28 de diciembre de 2015

Tibisay Lucena, la casa por la ventana #Perfil


Por Faitha Nahmens


La piscina está intacta, por ahora, así como el primoroso jardín que la orilla; todo lo demás, paredes y columnas, mobiliario y pisos, son demolidos o parecen tener los días contados, según el estrepitoso trazado de la remodelación ­o total reconstrucción- que se afinca, ahora mismo, sobre el lado norte de la casa.


El entusiasmo por no dejar piedra sobre piedra podría ser alegoría de la tendencia en boga; la que profundiza, con creces, la añosa costumbre de refundar y desdeñar la continuidad administrativa.

Cabrujas decía que la demolición era nuestro más característico rasgo arquitectónico; acaso también podría ser un rasgo económico y político.

Ante las cámaras, y con el entusiasta aplauso de los fanáticos, el chavismo expropió y cerró comercios, industrias, fincas. Serían más de 150 mil las empresas pequeñas, medianas y grandes que pasaron a manos del estado molienda. Esos polvos trajeron los lodos de la punzante escasez. De pollo y ciudadanía. Arremeterían, hoz, coz y martillo, asimismo contra la democracia.

Residentes de la Alta Florida son asombrados testigos de la refacción impía de Lomaalta, la casona de Maruja Beracasa por más de diez años.

Ahora su nueva dueña, Tibisay Lucena Ramírez -no se sabe si consiguió una rebaja o pagó lo que ofertaban los anuncios virtuales, "millón y cuarto de dólares", recuerda un vecino- la adecúa a su gusto, picota en mano, como antes lo hizo con la quinta Santa Marta de la urbanización Ávila, cerquita del colegio Humboldt; una institución, vale decir, tan codiciada para sus hijos por los personeros del gobierno. Por cierto, la sentencia chavista de ser rico es malo parece un incómodo cangrejo colgado de alguno de los cables pelados de la ruinosa revolución, y/o de estas y tantas casas.

Socióloga graduada con honores de la Universidad Central de Venezuela, Tibisay Lucena haría un vigoroso currículo con su tránsito por el Instituto de Estudios Superiores, IESA, y cursando estudios en el imperio donde se prepararía en el tópico democrático de la participación ciudadana y el rito democrático de las elecciones.

Bien preparada, amable de trato y fuerte de carácter -"ella manda", acotará un empleado del CNE cobijado, ay, en el anonimatoacaso la mudanza y la profunda refacción de su nuevo nido obedezca a un deseo irrefrenable de cambios. Sin duda, querrá cambios en su delicada salud. Coincidiendo en 2012 con Hugo Chávez en el diagnóstico, también, lo acompañaría en la tozudez: tampoco ha querido, pese a su enfermedad, desvincularse del cargo, "con todo y lo complejo que sin duda tiene que ser", confía el cercano observador, "y decide, contra todo pronóstico, permanecer al pie del cañón, o sea, llevando el pesado timón del CNE, viajes sanadores a Houston y Brasil de por medio; no a Cuba. En esto sí que tuvo el tino de no emular a su ídolo".

Cambios en su destino también podrían estar tras aquellos sonoros mazazos. Nadie confirma la especie, pero circula que la violonchelista que dejara de lado las presentaciones y conciertos -pero que no ha dejado de tocar y hasta lo hizo dirigida por Gustavo Dudamel-, quiere sustituir a José Antonio Abreu y llevar la batuta del Sistema de Orquestas. Tanto ruido, tanto desconcierto.

AL CARGO 

En diciembre de 1999, durante el régimen de transición del Poder Público, fue designada por la Asamblea Nacional Constituyente como rectora suplente del Consejo Nacional Electoral de Venezuela (CNE), promovida por su predecesor, Jorge Rodríguez, integrante del PSUV "y del cogollo chavista donde ella no está, acaso para guardar las formas o porque igual tiene poder o porque los miembros, salvo Rodríguez, hubieran preferido otra rectora; eso lo integran Maduro, Cilia Flores, Diosdado Cabello, a veces Jaua, a veces Ameliach y el alcalde de Caracas, pues", acota un político al tanto. Actualmente es rectora principal, y presidenta del organismo electoral desde el 30 de abril de 2006. Altibajos en el ínterin mediante, el 26 de diciembre de 2014 fue reelecta como rectora principal por designación del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ).

"Ella fue haciéndose recalcitrante en el camino".

Independiente y sin militancia partidista expresa, si tenía sus preferencias claras no fue sino con el tiempo que quedaron expuestas; es el juego del toma y daca, solo digo que reaccionar es de humanos.

Lo cierto es que no puede negarse que durante su gestión se ha favorecido al chavismo. En las pasadas elecciones parlamentarias, por ejemplo, con aquella reorganización de los circuitos electorales, el PSUV salió ganando por encima de la oposición, que ¡entonces fue más votada en la cuenta total!", desliza sin perder la fe, claro. "Igual jugó a favor con el reacomodo del cronograma electoral".

Lucena también ha tolerado, o se ha hecho de la vista gorda, o no ha oído las denuncias sobre apropiación y uso de bienes y recursos públicos por el PSUV en campañas electorales, "aunque multó a Hugo Chávez, el de las eternas cadenas impuestas para difundir mensajes electorales, ¿recuerdas que organizó un pase de raqueta callejero para que el pueblo pagara la amonestación? ¡un show, claro!", saca con pinzas la excepción de la regla.

Durante las exequias del presidente Chávez esta barquisimetana que siempre usa la puerta lateral para entrar al CNE ­nunca la principal, aunque cada vez más tiene asumido su prolongado papel- usó el brazalete de la militancia chavista -no fue la única vez- y ahora tomaría como conquista para celebrar el que se aprobara que 40% de los postulados a la Asamblea fueran candidatas. "Siendo Cilia Flores presidente de la Asamblea Nacional fue eliminada la regla que exigía la justa participación de géneros, entonces, era obligado como mínimo que 30 por ciento de la bancada fuera femenina; hasta que se juntó el oportunismo político con su anhelo legítimo de paridad: pasó el reglamento".

Madre, músico, en el avatar político cada vez más a la defensiva ­"porque también fue cada vez más emplazada, ha tenido que lidiar más de una vez con manifestaciones en la puerta de su casa"Tibisay Lucena, a quien algunos excompañeros de la música la siguen viendo sorprendidos ­"es que no sé qué pasó, es buena gente"- igual que algunos excompañeros de la universidad ­"siempre habrá quien se deje tentar por una comisión ofrecida por una empresa de papelería, dispuesta a imprimir el tarjetón a tanto, pero ella, además de inteligente, siempre me pareció honesta..."-, ni con Maduro, ni con Cabello, con o sin el sistema, custodiada por un séquito de guardaespaldas, ahí está, sobre el podio. Ella no se derrumba.

27-12-15




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