José Rafael López Padrino 28 de diciembre de 2015
Las
elecciones legislativas del 6D han significado una aplastante derrota política
del régimen fachobolivariano. Después de 17 años de predominio total, perdió en
17 de los 24 estados, con derrotas emblemáticas como las de los estados
Barinas, Aragua, y Monagas, así como en la misma Caracas, donde perdió por
ejemplo, en barriadas populares como Catia y el 23 de Enero. Descalabro
que no responde al fracaso del iletrado enciclopédico de Maduro por no haber
seguido el "legado del tte coronel", sino al desastre e inviabilidad
del proyecto propio del insepulto de Sabaneta.
Pero
además han sido derrotados quienes tercamente, al margen de las condiciones
pre-electorales existentes, planteaban la abstención el 6D. Pretendían
que los venezolanos repitiésemos el craso error de las elecciones parlamentarias
del 2005, donde un llamado a la abstención le permitió al fachochavismo ocupar
los 167 escaños de la AN y dictar leyes que terminaron blindando jurídicamente
al régimen. Algunos abstencionistas planteaban como condición sine qua
non volver al voto manual, sobre la premisa del carácter fraudulento
del sistema de votación automatizado, ignorando que el problema no radica
en la máquinas per se, sino en los testigos inescrupulosos afines al régimen
que aprovechándose de las circunstancias, manipulan las maquinas al votar por
otros ciudadanos torciendo de esa manera la voluntad electoral.
Otros abstencionistas exigían la
designación de un nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE). Obviamente, no es
secreto para nadie que la mayoría de los miembros del actual CNE -entiéndase la
banda de las 4 cortesanas- actúan como militantes del PSUV, en lugar de
miembros imparciales del poder electoral. Nadie duda de su parcialidad
política, la cual de paso no disimulan en lo mas mínimo. Sin embargo, resultaba
un absurdo condicionar el voto de los venezolanos a una hipotética decisión de
una AN en manos del McCarthy Cabello de designar un nuevo CNE. Claramente
quienes asumían tal exigencia estaban descartando participar en el proceso
eleccionario y negándole de antemano la posibilidad de que la gran mayoría
pudiese expresarse como lo hizo el pasado 6D a favor de un cambio. Muchos de
quienes militan en las filas del abstencionismo siguen apostando en una salida
gorila a la actual crisis política.
Unos
segundos derrotados fueron aquellos que aún formando parte de la UNIDAD,
apoyaron candidaturas independientes, irrespetando acuerdos previamente
establecidos. Si bien ninguna de ellas fue exitosa el 6D, en algunos circuitos
electorales facilitó el triunfo de candidatos oficialistas, como sucedió en
el circuito 3 del estado Táchira donde resultó ganador José Sanguino
(PSUV).
Igualmente
resultaron derrotados, los recién electos miembros de la AN proponentes en
el pasado de “La Salida”. Atajo que terminó siendo una
dolorosa encerrona donde decenas de venezolanos fueron asesinados por los
aparatos represivos del régimen y sus grupos paramilitares, cientos arrestados,
torturados y sometidos a espurios procesos judiciales a manos de jueces
corruptos lame botas. Lamentablemente los proponentes de la “La Salida”
se aprovecharon de la desesperación de muchos venezolanos y de su ingenuidad
política planteándole salidas urgentes, y milagrosas. Se empecinaron en
desarrollar políticas vanguardistas que comprometieron la consolidación de una
estrategia común que permitiese desalojar del poder a la barbarie
fachochavista.
Pero además los defensores de “La
Salida” lanzaron cualquier tipo de improperios (colaboracionistas, etc.) contra
todos aquellos que de una manera sensata planteaban la necesidad de una
acumulación de fuerzas sociales que permitiese conquistar la mayoría en la
Asamblea Nacional (2015), lo cual permitiría la reinstitucionalización del
Estado (separación real de los poderes), así como la atención inmediata de los
más graves problemas existentes (inseguridad ciudadana, desabastecimiento,
inflación, desempleo). Más allá de estar o no en el lado correcto de la
historia, la historia es solo una, y no tiene aristas, los hechos les han
demostrado cuan equivocados estaban y que gracias a los “colaboracionistas” del
pasado hoy han llegado a la AN.
Finalmente, también
resultaron derrotados los salta-talanqueras de la AN, esa despreciable cofradía
de aduladores de oficio que habiendo logrado su curul gracias a los votos
opositores le vendieron su alma al mejor postor. Todos fueron barridos por el
voto popular.
Quienes
piensan que con la realización de las elecciones legislativas del
6D se ha superado la crisis política y social del país se equivocan. Los
resultados del 6D nos conducen a un nuevo escenario donde tenemos un régimen
muy debilitado y desmoralizado que aún no asimila la derrota, que enfrenta una
inflación galopante e incontrolable, una agudización de la escasez de alimentos
y medicinas, una continua caída de los precios de la cesta petrolera, y para
rematar con problemas muy serios en sus propias filas que comprometen su
precaria unidad. Régimen anémico que deberá confrontar a una nueva AN
controlada por una mayoría calificada de dos tercios, por la oposición.
José R. López Padrino M.D.
Ph.D.
Professor
Molecular
Biosciences
School
of Veterinary Medicine
U.C. Davis
1089
Veterinary Medicine Drive
Davis,
CA, 95616
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico