Por María Laura Chang
Desde comprar un pernil entre
cuatro familias hasta dejar de comer los típicos platos navideños, los
caraqueños se las ingenian para pasar las festividades a pesar de la
crisis. Efecto Cocuyo visitó este 19 de diciembre tres supermercados de la
capital y habló con distintas familias para ver cómo se preparaban para las
fiestas.
Con un carrito a medio llenar,
cuyo principal atractivo era un pernil congelado, Carmen Rojas y Mariana
González contaron desde el Excelsior Gama de Santa Eduvigis que por primera vez
harán una compra mancomunada las 4 familias que componen su círculo. “Este
pernil cuesta 12 mil y para poder comprarlo los 4 tuvimos que aportar”, dijo
Mariana. Además, indicó que en esta oportunidad la cena será sin hallacas ya
que no consiguieron Harina Pan.
Sobre los precios, Carmen
piensa que para este diciembre hubo que decidir entre comida y ropa, pero
considera que la cena es más importante. Confesó que gastará gran parte de sus
utilidades en los alimentos y dijo que le parecieron insuficientes. Son 10
personas las que se reunirán la noche del 24 de diciembre para compartir esa
cena, que también contará con ensalada de gallina y pulpo. “Menos mal que no
tomamos licor, porque si no imagínate el gasto”, concluyó González.
En otra fila del mismo
supermercado, donde para las 11:30 am no había a la vista productos regulados,
la familia Espín aseguró que todo está muy costoso lo que reducirá las
cantidades a compartir este diciembre. “En vez de 150 hallacas haremos 90 y en
vez de 50 bollos serán 30 o 35”, destacó Alejandro, el padre, y añadió que en
vez de grandes bandejas ahora comprará un solo pan de jamón. Para hacer ese
mercadito todos aportaron. Su familia consta de cuatro adultos y una
adolescente y dice que en la compra de los alimentos se irá parte de las
vacaciones de unos, las utilidades de otros y hasta su pensión.
Ricardo Rojas, junto a sus
padres, se encontraba en la primera parada de sus compras de Navidad: el
Luvebras de la Avenida Rómulo Gallegos. Allí ofrecían harina de maíz (marca
Juana), mayonesa y cereal Corn Flakes, de los productos regulados. Según
comentaron, a pesar de la escasa oferta de productos tienen visualizado su menú
fijo: asado, hallacas y ensalada de gallina. “Aquí conseguimos esas dos
harinas, ahora faltan las hojas y todo lo demás”, dijo la madre. Por su parte,
Ricardo se sorprendió por los altos precios de los productos: “Con lo que
compramos para hacer solo la ensalada de gallina, hubiésemos podido comprar
toda la cena del año pasado”, indicó.
En el Unicasa de La
Candelaria, la oferta de aceite de maíz, harina de trigo, harina de maíz y
mayonesa se traducía en una larguísima cola. Sin embargo, dentro del supermercado
aún había personas que compraban otros productos. Una de ellas era Delicia
Zerdón, de origen español pero radicada en Venezuela desde hace 40 años, quien
aseguró que estas navidades si tenían un toque diferente. “No conseguí el
cordero que solía hacer para estas fechas”, dijo la gallega. En su lugar, uno
de sus dos hijos le pidió que prepara bacalao: “ Yo dije que está bien pero un
kilo de bacalao está costando 24 mil bolívares y yo no le voy a dar poco a mis
hijos”, apuntó. De los platos típicos, Delicia aseguró que sus hijos los
consiguen por otros lados: “Mandan a hacer las hallacas, pero este año serán
menos”, finalizó.
19-12-15
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