Por AP
Tras una década de avances, la
izquierda en Sudamérica está en retroceso.
El mes pasado, los votantes
argentinos eligieron presidente a un empresario de derecha contra el sucesor
designado por la presidenta Cristina Fernández, y el Congreso en Brasil inició
una investigación para determinar si somete a juicio político a la presidenta
Dilma Rousseff, cuyos índices de aprobación en las encuestas permanecen
alrededor del 10%.
En lo que constituye acaso el
vuelco más espectacular, el electorado venezolano, donde comenzó el giro a la
izquierda de la región, entregó a la oposición un triunfo por un margen
abrumador en las elecciones legislativas por primera vez desde que el
"anti-yanqui" Hugo Chávez ganara la presidencia en 1998.
La reacción se produce en
medio de una tormenta económica como no se veía desde hace décadas.
Todas las dinastías políticas
están pagando el costo de tener economías en quiebra y una corrupción
desenfrenada, pero la mayoría de los gobiernos sudamericanos están en manos de
izquierdistas que llegaron al poder cuando la economía de China iniciaba una
época de fuerte crecimiento en los últimos 15 años y demandaba materias primas
provenientes de la región. Ahora que el coloso asiático está en problemas, los
precios del cobre, la soya y el petróleo se han derrumbado, arrastrando a las
monedas y, con ellas, las aspiraciones de millones de familias que ascendieron
a la clase media sobre la cresta de ese boom.
Al mismo tiempo, las tasas de
interés en Estados Unidos están aumentando por primera vez en siete años, lo
que se suma a la presión sobre las entidades endeudadas en dólares.
"En el fondo, estamos
viendo en América del Sur de manera generalizada un recordatorio de que el
péndulo político se mueve", dijo el senador colombiano Antonio Navarro
Wolff, un ex dirigente de la guerrilla izquierdista M-19. "En la última
década parece que no se movía porque la situación económica era tan
favorable".
En la Argentina, el ex alcalde
de Buenos Aires, el empresario Mauricio Macri, que parecía perder en las
encuestas, ganó la presidencia con la promesa de anular muchas medidas izquierdistas
de Fernández, sobre todo en materia económica. En su primera semana en
funciones derogó los impuestos sobre las exportaciones agrarias y el control
cambiario al que muchos atribuyen el florecimiento del mercado negro.
En Brasil, la presidenta Dilma
Rousseff lucha por su vida política. El Congreso inició este mes un proceso que
podría culminar en un juicio político, ante acusaciones de que Rousseff violó
normas fiscales para cubrir déficits presupuestarios destinados al gasto
social. Esto sucede en el marco de una economía en contracción y con la
petrolera estatal Petrobras sumida en un escándalo de sobornos millonarios
pagados a sus aliados políticos.
Las encuestas dicen que
Rousseff es la gobernante más impopular desde la restauración democrática de 1985
tras la dictadura militar 1964-1985). Pero el riesgo mayor de turbulencia, de
lejos, se presenta en Venezuela.
Tras su victoria en las
legislativas, la oposición parece estar en situación de desafiar al presidente
Nicolás Maduro, que se encuentra en una situación de debilidad creciente. En
lugar de permitir que sus enemigos compartan el costo político de las reformas
necesarias para frenar la inflación galopante y las carencias de productos
básicos, Maduro hasta ahora sólo ha prometido reforzar las políticas estatistas
que han sumido al país en el atolladero y hacer caso omiso al que llama un
"Parlamento burgués".
Con todo, sería un error decir
que la izquierda ha perdido toda su fuerza.
El movimiento peronista del
que surgió Fernández conserva la mayoría en el Senado, el Partido de los
Trabajadores de Rousseff sigue siendo la agrupación política más poderosa de
Brasil y los aliados de Maduro obtuvieron el 33% de los votos a pesar de los
pronósticos de una contracción económica que podría llegar al 10% este año.
Otros izquierdistas acérrimos
todavía pisan terreno firme, como el ecuatoriano Rafael Correa, con un índice
de aprobación de 52% a pesar de que su economía petróleo-dependiente brega por
no caer en la recesión.
En lugar de un resurgimiento
de las derechas podría haber una división entre pragmáticos e ideólogos, dice
Christopher Sabatini, un especialista en la región y profesor en la Universidad
de Columbia. La misma Cuba socialista, desde hace décadas la piedra de toque de
la izquierda latinoamericana, mira hacia el norte y hace esfuerzos por superar
medio siglo de desconfianza y conflicto con la potencia norteamericana.
Las primeras muestras del
viraje aparecieron en la juramentación de Macri. Mientras que una amargada
Fernández y Maduro brillaron por su ausencia, Correa y el boliviano Evo Morales
sí asistieron. Morales, incluso, jugó al fútbol con Macri, ex presidente del
popular club de fútbol Boca Juniors, horas después de asistir a un acto de
despedida con Fernández y sus partidarios.
Políticos conservadores
partidarios de las políticas libremercadistas han acogido la tradición
izquierdista de los programas sociales para combatir la pobreza. Macri insistió
muchas veces durante su campaña que mantendría una red social para las pobres.
La coalición opositora
venezolana, acusada por el oficialismo de querer entregar los recursos
nacionales al Fondo Monetario Internacional, dijo que una de sus primeras
prioridades legislativas sería entregar títulos de propiedad a los millones de
familias a los que Chávez dio viviendas gratuitas.
Hacia el futuro, la
centroderecha promete mitigar tanto la hostilidad hacia Washington como los
gestos grandilocuentes como las relaciones con Irán promovidas por Chávez y la
Argentina. Dice que quiere concentrarse en fortalecer las economías mediante
los controles fiscales y monetarios, la lucha contra la corrupción y la
devolución de la independencia al poder judicial y otras instituciones.
"Es evidente que la
derecha ha aprendido las lecciones", dijo Sabatini, director de Global
Americans, un grupo promotor del libre comercio. "Mientras mucha gente
sigue creyendo en la izquierda, la crisis económica es tan grave que muchos más
están dispuestos a apostar al cambio".
24-12-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico