ANTONIO MARIA DELGADO 18 de diciembre de 2015
El 23
de Enero -sector popular de Caracas considerado por años como uno de los más
fuertes bastiones del chavismo- fue el lugar donde el movimiento bolivariano
llegó a su fin, reseña un análisis de la firma de inteligencia comercial
Stratfor, que concluye que los pobres ya le dieron la espalda al régimen de
Nicolás Maduro.
El
informe, elaborado pocos días después de las elecciones parlamentarias del 6 de
diciembre, también pronosticó que el próximo año se verá marcado por el
enfrentamiento y la fragmentación dentro de los distintas fuerzas que compiten
por el poder, lo cual dejará poco espacio para adoptar las medidas urgentemente
necesitadas para comenzar a palear la creciente crisis económica.
Pero
lo que sí quedó claro durante la elección, fue que gran parte de los sectores
que tradicionalmente votaron a favor del chavismo en esta ocasión se
pronunciaron a favor de un cambio.
Eso
pudo verse en zonas como el 23 de Enero, desarrollo urbanista emprendido en los
años cincuenta para albergar a miles de familias pobres que venían del campo a
la capital, y que en las siguientes décadas sirvió de cuna para muchos de los
movimientos de izquierda que terminaron desembocando en el chavismo.
“El 23
de Enero era la base del chavismo […] [Pero] irónicamente también fue donde el
chavismo murió”, resaltó el informe sobre Venezuela preparado por Reva Bhalla,
vicepresidenta de Análisis Global de Stratfor.
“El 6
de diciembre, electores de los distritos más pobres de Venezuela votaron
mayoritariamente contra el gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela
(PSUV) y le dieron a la oposición una victoria aplastante, dando inicio a lo
que seguramente será una transición muy volátil”, concluyó el informe.
Eso no
quiere decir que los sectores populares votaron a favor de la oposición,
coalición que se mantiene unida a duras penas y solo por el deseo de reemplazar
al chavismo.
Se
debió, según el informe, al deseo de castigar a los herederos del experimento
social emprendido por el fallecido Hugo Chávez.
“No
hay gran misterio detrás del resultado. Funcionarios gubernamentales y
empresarios [cercanos al chavismo], quienes explotaron [para beneficio propio]
el sistema cambiario y el de subsidios, crearon gigantescas distorsiones en la
economía”, explicó el reporte.
La
caída de los precios del petróleo terminó por socavar las finanzas públicas del
país, limitando significativamente la cantidad de dólares disponibles para
importar alimentos y otros productos de primera necesidad.
Es una
situación que ha condenado a millones de venezolanos a pasar horas todos los
días haciendo cola para ingresar a supermercados, donde cada vez encuentran
menos productos, y eso aunado a una abrumadora tasa de inflación, y a la alta
criminalidad en las calles que continua sin solución, terminó por poner fin a
la conexión sentimental entre los sectores populares y el chavismo.
“Adicionalmente,
no hay un líder carismático que pueda mantener la mística y el prestigio de la
Revolución Bolivariana. El chavismo sin Chávez es una cosa, pero el chavismo
sin un una abundante oferta de petrodólares es otra cosa”, señaló el documento
“Esos
venezolanos que pasaron horas y horas de pie haciendo cola en las afueras de
los supermercados bajo la mirada de guardias armados terminaron contando con
mucho tiempo en sus manos para imaginarse cómo sería otra vida bajo el gobierno
de otra gente distinta al PSUV”, agregó.
Y sus
votos terminaron fluyeron hacia la Mesa de la Unidad Democrática (MUD),
organización que aglutina a los principales partidos de la oposición y que
ahora controla una supermayoría de 112 votos en la Asamblea Nacional.
Pese a
la aplastante victoria de la oposición, el futuro aún luce turbulento para la
nación sudamericana.
“Días
muchos más oscuros están en el panorama de Venezuela, en la medida que emprende
el camino de la transición”, advierte Stratfor “La fragmentación y el
estancamiento político definirán los próximos meses de Venezuela, dejando muy
poco espacio para la adopción de las difíciles pero inevitables reformas
económicas”.
Las
divisiones son previsibles dentro del propia PSUV y dentro de la MUD, en la
medida que integrantes de ambas organizaciones comiencen a inclinarse a favor
de negociar con sus adversarios mientras que los elementos más radicales de
ambos bandos se atrincheran dentro de sus posiciones.
El
informe enfatizó que para algunos integrantes del régimen es indispensable
mantenerse en el poder, ya que están siendo investigados en Estados Unidos por
narcotráfico, incluyendo al presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado
Cabello, el gobernador del estado Aragua, Tarek El Aissami, y ahora el jefe de
la Guardia Nacional de Venezuela, Néstor Reverol.
“Para
aquellos líderes del PSUV que pudieran estar intentando alcanzar un acuerdo con
la oposición y con Washington, estos buscados funcionarios podrían servir de
fichas de negociación. Eso dicho, no hay garantías de que ellos permanezcan
cruzados de brazos”, señaló el informe.
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