Por Bernardo Kliksberg
220 millones de
latinoamericanos son “vulnerables”. Salieron de la pobreza hace muy poco, entre
el 2004 y el 2012, pero no integran la clase media. Sus ingresos están entre 4
y 10 dólares diarios. La mitad tienen trabajos precarios. Están muy lejos del
“trabajo decente”, estable, bien remunerado, y con protección social que
reclama la OIT.Hay graves riesgos que puedan caer de nuevo en la
pobreza. El desempleo y el trabajo informal vienen aumentando. La tasa de
desocupación pasó de 6.2% en 2014, a 6.7% en 2015, y se prevé suba a un 6.9% en
2016. Será peor en las mujeres 8.2% y muy aguda en los jóvenes 15.3%.
La pobreza dejó de bajar, y se
estancó en 28% en el último trienio. La de indigencia subió del 11.3% (2013) al
12%. 3.2 millones de personas se sumaron a la pobreza en 2014 y 2015.
Es fundamental que se
apuntalen los vulnerables y no se los deje deslizarse hacia la pobreza. Si se
suman ambos, significan dos de cada tres personas.
Para ello será necesario como
señala con precisión Jessica Faieta, Directora del PNUD para la región “fortalecer sus
capacidades, aumentar sus activos, y tener acceso a redes de protección
social”.
Se requieren políticas
concretas. Entre ellas, el 40% de los jóvenes latinoamericanos no terminan la
secundaria. Las tasas son mucho peores en el 20% más pobre (66%) y en los
vulnerables. Hay que trabajar duro por ampliar los niveles de finalización de
secundaria, y bajar la muy alta deserción. Experiencias internacionales
reciente muestran que cuando se dan activos, a grupos como las madres pobres y
vulnerables, en forma de tierras para cultivar, créditos para microempresas,
maquinarias mínimas para producir, y se las capacita los resultados son
notables. Así indica The Economist(10/12/15) sucedió en Etiopía, Ghana,
India, Pakistán, y Perú. El tercer factor, tiene gran fuerza en América Latina.
Los programas de transferencia condicionadas se han extendido a 18 países, bajo
los más diversos gobiernos, y protegen a 132 millones de personas. El Banco
Mundial y el PNUD entre otros han evaluado positivamente sus
impactos en nutrición, salud, educación, e inclusión.
Líneas de trabajo como estas
son esenciales para continuar atacando una fuente central de generación de
pobreza, las altas desigualdades. La de América Latina con mejoras, es 30%
mayor que el promedio mundial, a su vez según Stanford, el más alto de los
últimos 30 años. La CEPAL resalta “reducir la desigualdad es condición
indispensable para erradicar la pobreza”.
América
Latina tiene una gran deuda social pendiente. Entre otros
aspectos, no alcanzó la meta del milenio en mortalidad materna. Era bajarla en
un 75% respecto a 1990. La bajó solo un 39%. Mueren 80 madres por cada 100.000
nacimientos, en Suecia son 4.
La pregunta usual es, ¿no
habrá que cortar o postergar estos gastos?. Por lo pronto no son “gastos” sino
“inversiones”. Hay varias repreguntas factibles.
Por más limitados que sean los
recursos hay siempre un tema de prioridades. Costa Rica, de muy modestos
recursos, sobrepasó ampliamente la meta del milenio de mortalidad materna, y
otras, porque asignó mucho mejor los mismos, suprimiendo entre otras cosas el
gasto militar. Pero además, parece haber varios espacios por explorar. El costo
total de los programas de transferencias condicionadas es el 0.39% del Producto
Bruto Regional. La evasión fiscal es 6.3%, 16 veces más. La región que no logra
dar protección adecuada a las madres al nacer, es considerada la más promisoria
en ventas para las industrias de lujo. Estiman que en el 2019 venderán 88% más
que en el 2014. Otra posibilidad de recursos se halla en aplicar “tolerancia
cero” ante la corrupción.
América Latina, tiene desafíos
difíciles por delante. Debería tener en el centro de su agenda por razones
éticas y porque es fundamental para la estabilidad económica y política,
trabajar para que los vulnerables no vuelvan a caer en la pobreza, y porque
ella siga bajando. El Papa Francisco lo ha puesto con su acostumbrada
claridad:”por los pobres se puede y se debe hacer mucho más”.
Bernardo Kliksberg es
Asesor Principal de la Dirección de la FAO para América Latina. Directivo del
Alto Panel Mundial de Seguridad Alimentaria.
25-12-15
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico