Por Damián Prat C.
¿Poder popular? No hay mayor
poder popular en la Venezuela de hoy que los 8 millones de compatriotas
que votaron por el cambio y la Unidad Democrática. ¡Ocho millones! que como
hemos apuntado aquí varias veces, enfrentaron, superaron y derrotaron todas las
desventajas habidas y por haber, resistieron con coraje a tantas amenazas y
abusos. Como escribió Chúo Torrealba recientemente: “Ganamos con las
reglas que impusieron ellos,
con el árbitro que los alcahuetea a ellos, con el
sistema electoral que sobre-representa los circuitos donde ellos siempre habían
ganado y con la ausencia de garantías que permitió al gobierno hacer campaña
electoral como siempre la ha hecho en estos 17 años: Usando el dinero, los
recursos y los medios de comunicación que debieran ser de todos los
venezolanos. Ganamos a pesar de tener dirigentes opositores presos, a pesar de
que nos inhabilitaron candidatos, a pesar de que se robaron judicialmente
partidos completos, a pesar de que pretendieron engañar al país creando una
tarjeta que imitaba a la tarjeta de la Unidad y la colocaron al lado de la
nuestra para hacer fraude al elector. En esa condiciones ganamos, y lo hicimos
por arrase. Destruimos el mito de la invencibilidad de la neodictadura. El
David civilista derrumbó con casi ocho millones de votos al Goliat del
ventajismo corrupto”.
Creo que habría que
agregar: la Unidad ganó superando el cerco de censura del latifundio de
medios del gobierno, los controlados y los que compraron sus capitales
boliburgueses. Quedaban tan solo unas ventanitas para romper el cerco
de censura y ultra ventajismo y con todo eso el pueblo derrotó abrumadoramente
al continuismo corrupto. Incluyendo, por cierto a un millón de antiguos
chavistas hartos del engaño, la enorme corrupción de los jefes y el desastre
social y económico. Y, también por cierto, a pesar de más de un millón de
compatriotas en el exterior que no pudieron votar. Es decir, que la ventaja
habría sido mucho mayor y los diputados más de 112. Y hay que agregar otra: ese
triunfo popular en avalancha ocurrió a pesar de la gigantesca operación
de regaladera en las semanas y días previos a la elección. Violando
la ley, usando impúdicamente los dineros públicos, el gobierno pensó que podría
comprar votos poniendo a los candidatos oficialistas a repartir bolsas de
comida, taxis, tabletas, supuestas adjudicaciones de viviendas (casi todas
eran listas y promesas) e inaugurando obras públicas, casi todas
mal hechas e inconclusas. Las más gigantesca operación corrupta de intento
de compra de votos fracasó ante la determinación de cambio del pueblo
venezolano que respondió castigando al gobierno corrupto que desprecia a la
gente. De ese tamaño es la victoria popular que el gobierno quiere
desconocer con maniobras leguleyas y golpes judiciales contra el voto
del soberano.
Poder popular no son los
grupitos de un sector del PSUV que se auto atribuyen ser el
pueblo aunque perdieron con los dirigentes populares y los candidatos de
la MUD en casi todos los circuitos del país, incluyendo lugares tan
emblemáticos y populares como Catia, Petare, El Valle o el 23 de Enero en
Caracas así como Unare, San Félix, El Callao, Upata, Ciudad Bolívar, Ciudad
Piar, Gran Sabana, Tumeremo y todas las zonas residenciales de los trabajadores
de la industrias de Guayana, para citar dos ejemplos que igual se repiten en
los lugares más populares y populosos del Zulia, Táchira, Mérida. Lara, Aragua,
Carabobo, Miranda, Anzoátegui, Monagas, la indígena Amazonas y un largo
etcétera. El pueblo venezolano castigó a los jerarcas rojos por haber
traicionado sus expectativas, por arruinar al país, creando la mayor crisis
económica y social de que tenga memoria Venezuela.
El poder popular del
soberano se expresó con más de dos millones de votos de ventaja en favor
del cambio y de la MUD, para elegir ¡112 diputados!, dos tercios de la Asamblea
Nacional, una mayoría que nunca logró el oficialismo ni en sus momentos de
mayor apoyo. También son parte del poder popular -hay que decirlo- los 5
millones y medio que votaron por el PSUV, muchos de ellos descontentos pero
aferrados a una vieja ilusión hoy traicionada por los mega corruptos del poder.
Y también lo son los 600 mil votantes que votaron nulo (en Venezuela no existe
la opción del voto en blanco) algunos porque se equivocaron en el manejo de las
máquinas y otros porque habiendo sido chavistas querían castigar al mal
gobierno y sus jefes corruptos absteniéndose, pero al ser brutalmente
amenazados con despidos y retaliaciones optaron por votar nulo para no ser
identificados al estar en ausencia.
El ‘golpe judicial’ pretende
desconocer al pueblo y sus votos
¿Se acuerdan del “documento
compromiso para reconocer los resultados -sean cuales sean- que diga el CNE”
del que tanto alardeó Maduro? Todos sabemos que era una maniobra más de campaña
electoral, pero Maduro y el PSUV lo firmaron junto a Tibisay, con la delegación
de Unasur, hicieron un acto formal en el CNE, hicieron dos cadenas
nacionales. Pues “tragando grueso y a regañadientes”, el CNE-PSUV no solo
admitió la aplastante derrota del gobierno, sino que proclamó legalmente y le
dio credenciales a los 112 diputados principales de la MUD y a sus suplentes así
como a los 55 del oficialismo y sus suplentes. Todos reconocidos y proclamados
sin reclamo ni impugnaciones. Y, por cierto, una vez proclamados, dice la
Constitución en su artículo 200, pasan a tener inmunidad parlamentaria, es
decir, no pueden ser objeto de medidas judiciales, salvo por el procedimiento
ya conocido que implica la aprobación de la propia AN.
¿Cómo es que ahora Maduro y el
PSUV desconocen no solo el voto del pueblo expresado en mayoría abrumadora
sino también lo que dijo el CNE, que habían jurado respaldar y aceptar,
así como la proclamación legal? Es un intento de golpe judicial. La
denuncia, formal, de la MUD ante el secretario general de la ONU, también ante
los de la OEA, Unasur, parlamento europeo y otros organismos reza: “Desafiando
la voluntad del pueblo expresada en las urnas, y utilizando un poder judicial
colonizado por el partido de gobierno, el oficialismo hoy pretende desconocer
los resultados electorales que ellos mismos reiteradamente llamaron a respetar.
Incumpliendo lapsos, violentando instancias, poniendo a decidir a magistrados
que son al mismo tiempo juez y parte, el oficialismo pretende impugnar un grupo
de diputados, alterando así la composición que el soberano decidió
que tuviera el nuevo Parlamento. El país, la región y el mundo están ante un
intento de GOLPE DE ESTADO JUDICIAL contra la decisión del pueblo
venezolano expresada en las mesas de votación. Todo esto ocurre en el marco de
una profunda crisis económica que a su vez ha generado un extenso e intenso
malestar social, por lo que la irresponsable conducta del oficialismo coloca al
país entero al filo del desastre”.
El mismo TSJ que una
semana antes negó haber recibido impugnación alguna y que airadamente
rechazaba las denuncias de la MUD porque “obedece a declaraciones ofrecidas por
voceros políticos y a falsas informaciones que de forma irresponsable han
puesto a circular algunos ciudadanos en las redes sociales, que en nada
contribuyen con el clima de paz y tranquilidad que reina en el país”, es el
mismo TSJ que abruptamente, abre despacho el 27 de diciembre, en medio de
vacaciones y admite ocho impugnaciones y luego dicta una insólita medida
cautelar para dejar sin efecto la proclamación de los cuatro diputados de
Amazonas, alterando gravemente la composición de la nueva AN.
Atropellan, amenazan, ordenan
despidos, retaliaciones y abusos
La burocracia roja corrupta,
derrotada por el voto de 8 millones de venezolanos, ha perdido el rumbo. Además
de su intento de golpe judicial insultan a sus víctimas ex partidarios
llamándolos traidores y vendidos. Y en lugar de aprender que
su terrorismo de Estado solo sirvió para granjearles más rechazo,
insisten en el método. En Corpoelec amenazan con despedir a todos los
escuálidos, es decir a miles de trabajadores. En la AN despiden al secretario
general del sindicato de empleados que les ganó las elecciones hace pocas
semanas. Maduro anuncia que va a recoger todos los taxis que
otorgaron en la campaña electoral, para castigar a miles que él supone votaron
en su contra. Por cierto, eso pone de bulto lo importante que es la ley
anunciada por los diputados de la MUD para dar título de propiedad a los
beneficiarios de Misión Vivienda, justo para impedir esos abusos como él
anunciado por Maduro. Y demuestra quien es el que quiere quitar. En
paralelo, los sindicatos libres e independientes denuncian que el
patrono-gobierno, tiene paralizados más de 200 contratos colectivos. O sea que
el gran violador de los derechos laborales y de la LOTT es la revolución.
Ni ministros ni rectificación
del desastre económico y social
Cuando los jerarcas
robo-lucionarios dicen que “van a defender la revolución y los logros”, en
realidad lo que están es desesperados por defender sus privilegios, sus
negocios corruptos, su poder absolutista y la impunidad. “Me sabe a casabe”,
dice Maduro refiriéndose a lo que él llama la AN burguesaque fue electa
por millones de votos populares. No solo confiesa su vocación antidemocrática y
de desprecio por la decisión de la inmensa mayoría del pueblo, sino que por
extensión confiesa su indiferencia por la enorme crisis social, de aumento
brutal de la pobreza, de angustia por la indefensión de todos ante la
criminalidad y su indiferencia con el desastre económico causado por años de
desgobierno.
Dos semanas ya van, en medio de
la grave emergencia económica y social nacional sin designar ministros. Y, lo
peor, dedicado a tratar de crear una crisis política, a provocar un choque
entre el poder popular elegido en la nueva AN y su control del Poder Judicial.
Ni una señal de estar interesado en hacer algo para resolver el caos económico,
la escasez de casi todo que es cada vez más agobiante, la destrucción del
aparato productivo nacional, la brutal inflación. depece54@gmail.com
02-01-16
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