Por Ramón Hernández
El gobierno tiene doce claves
para no entender la economía y todas las demás para seguir en el despilfarro
burocrático, los gastos de representación abultados, los viáticos
sobrefacturados y las camionetas blindadas. El nombramiento de un sociólogo,
con un diplomado en una universidad chilena de poca categoría y reiterados
escándalos administrativos desde su fundación en 2008, como el gran zar de los
asuntos económicos y gran mariscal de campo en la guerra económica imaginaria,
barrunta pocos éxitos por ese flanco. Pocas dudas caben de que se cumplirán las
profecías que hablan de Venezuela clamando por ayuda humanitaria para aplacar
la hambruna generalizada que empieza a asomar su pérfido rostro. Uy.
Desde que el curiepeño
Aristóbulo Istúriz Almeida ocupó la Alcaldía deLibertador –luego de mantener
sitiado durante varios días la sede del CNE para que se le reconociera su
dudoso triunfo– y con la complicidad manifiesta de María Cristina Iglesias
destruyera el Mercado al Mayor de Coche, los caraqueños conocieron sin
intermediarios en qué penurias pueden hundir la demagogia, la impreparación y
“el guiso”, entre otros pichaques. Contrario a lo prometido por el maestro
graduado a los 19 años de edad y con título universitario a los 29, con
especialidad en Historia y Ciencias Sociales, militante de AD, del MEP y de la
Causa R, que después se pasó al PPT y por último al PSUV, a cuyos cargos
renunció en diciembre, nunca mejoró la distribución de alimentos ni bajaron los
precios. Con actividades gremiales divisionistas de la Federación Venezolana de
Maestros con Ronald Golding y cursos en el Cendes de Planificación de
Desarrollo que pueden emparejarlo en sabiduría con Jorge Giordani, aparecía en
el programa Blanco y Negro y luego fungió de ministro de Educación,
cargo del que salió escobillando y tuvo que mandar a un emisario a buscar la
cajita de cartón en la que su sustituto, Adán Chávez Frías, le guardó los
“efectos personales”.
Habiéndose asegurado el futuro
se le salió lo faramallero: bajo los efectos del ayuno soltó la expresión
aquella de la lumpia que se habría fumado el ahora finado, pero de alguna
manera se reivindicó, tanto que fue el candidato a dedo para la gobernación de
Anzoátegui y ganó, pese a que solo lo habían visto dos o tres veces en el Morro
de Lechería. Como el teniente coronel Wilmar Castro Soteldo, abandona su
mandato, deja varados a sus electores para ocupar la vicepresidencia ejecutiva
de la república. Todavía no queda claro si el cargo también incluye La Casona
como residencia oficial. Vendo Libro Mantilla y timón de yate, por si
acaso.
09-01-16
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