José Luis Farias 27 de junio de 2016
@fariasjoseluis
En el
seno del PSUV hay una creciente e inocultable preocupación por la crisis del
régimen chavista, evidenciada en los distintos pronunciamientos de muchos de
sus dirigentes políticos y militares. Tienen conciencia de que el cuadro
político se ha cerrado dejando al gobierno casi sin opciones.
La
validación de las firmas para el revocatorio pesa un mundo sobre el CNE para
que entregue ya el cronograma definitivo del referéndum, al tiempo que pone en
este año la fecha de su realización.
La
ofensiva internacional, en la cual Almagro y la OEA han jugado un papel
fundamental, pese a Zapatero, Fernández, Torrijos y sus adláteres criollos, ha
presionado por un proceso refrendario este año, seguido inmediatamente por unas
elecciones presidenciales que conjuren la crisis política y abra cauce a la
economía.
El eje
de la reflexión interna de los rojos es muy claro: ¿cómo preservar el chavismo
tras la hecatombe que amenaza con desaparecerlo?
La
respuesta es también muy precisa: salir del poder por la vía democrática, por
el revocatorio. Un camino que no lesione aún más el precario fundamento
democrático de su movimiento en el cual muchos de ellos creen.
Está
claro para ellos que el revocatorio es la alternativa menos traumática para
mantenerse dentro del juego político y así lo han dejado ver. Opción a la cual
se niegan obstinadamente Maduro y su pandilla, quien después de dos años para
rectificar ha insistido en acentuar su incapacidad para resolver los problemas
básicos del pueblo venezolano.
¿Qué
viene? En gran medida dependerá del juego político que plantee la oposición. Si
cae en la trampa de un diálogo eterno sin el cumplimiento, por parte del
régimen, de su exigencia básica del revocatorio este año, tendremos Maduro para
rato. Sin fecha del referéndum para este año no hay nada de que hablar.
¿Cómo
lograrlo? No es fácil, todo indica que el escenario de la política ya no será
el cabildeo y los amagos políticos sino la calle pura y dura. Eso sí con base a
un plan con objetivos precisos y la acentuación de la presión internacional.
Como
siempre cabe la posibilidad de que Maduro se empecine en perpetuarse a todo
trance en el poder y se niegue al revocatorio, esa no le saldrá bien porque la
única forma de evitarlo es que renuncie, como dijera Chúo Torrealba, porque al
hijo del Galáctico sino lo agarra el chingo lo agarra el sin nariz.
@fariasjoseluis
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