Por Alessandra Perdomo
Leonardo Vera propone para
Venezuela un plan de ajustes con enfoque socialmente responsable. Cree que se
debe renegociar la deuda y convenio petrolero con China y Petrocaribe, para
obtener mayor cantidad de divisas que alimenten el mercado cambiario
La crisis económica de
Venezuela tiene salida. De eso está seguro el economista Leonardo Vera, quien
cree que hay una serie de acciones a corto plazo que el país puede tomar para
emplear sus divisas en el hoy escaso mercado cambiario y, con ello, reactivar
la economía.
Su propuesta la denomina
macroeconomía socialmente responsable, pues es partidario de aplicar políticas
que no solo reduzcan la inflación y recuperen la producción, sino que mitiguen
los impactos sociales.
Su principal propuesta deja
encerrada una crítica: Venezuela ha pagado desde 2011 más de 15 mil millones de
dólares en deuda externa cada año, entre amortización e intereses.
Cree que se trata de un
monto muy alto que, al relacionarse con las exportaciones totales, implicaría
usar 70% de las exportaciones de este año en el pago de la deuda completa. “Eso
es inconcebible hoy en cualquier país”, enfatizó Vera durante el foro Desafíos
de la Crisis en Venezuela, organizado este miércoles por Econométrica.
Vera señaló que ya en 2011
el país debió renegociar su perfil de pagos, pero sigue sin hacerlo, lo que
para él explica la escasez de divisas que hoy tenemos. La respuesta ha sido
entonces racionar las importaciones, y “eso es lo que hay que romper”.
Cree que la prioridad para
los hacedores de política económica debe ser resolver este déficit de divisas.
El petróleo no parece ser una opción. Si el país quisiera crecer 4,2%, como lo
hizo en 2011, requeriría 46.800 millones de dólares para importaciones, lo que
exige un barril de crudo a 87 dólares, entendiendo que 95% de los dólares de la
nación proviene de la renta petrolera.
Según los datos manejados
por Vera, los organismos especializados solo estiman que este precio pueda
alcanzarse en 2037. Y no se puede esperar tanto. Por eso, señala, la
calificadora Moody’s presagió esta semana una cesación de pagos en Venezuela,
aunque el ministro de Petróleo y Minería y presidente de Pdvsa, Eulogio Del
Pino, enfatizó este martes que la nación trabaja para cumplir con sus
compromisos.
El país debe erogar en el
último trimestre unos 4.500 millones de dólares, incluida deuda de Pdvsa.
Tendrá nuevos pagos en 2017, tanto en abril como a finales de año, con el
agravante, señaló el economista, de que los mercados están cerrados para el
financiamiento externo.
“Ya no nos prestan.
Venezuela no emite deuda desde 2011”, acota. “El costo de reestructurar la
deuda externa es bajo porque ya el mercado nos tiene castigados”.
Por eso defiende que la
República debe ir de inmediato a reestructurar sus vencimientos de deuda, a fin
de ahorrarse 15 mil millones de dólares al mover esos pagos hacia 2018.
El rescate del FMI
El especialista considera
que Venezuela también debe acudir a una línea de crédito externa para
estabilizar su balanza de pagos, y cree que el Fondo Monetario Internacional
(FMI) es la mejor opción para conseguir hasta 25 mil millones de dólares.
Mientras esto ocurre, otra
manera de hacerse de divisas para alimentar el mercado es repensar convenios
petroleros con China y Petrocaribe, que “nos están quitando cada año unos 7.300
millones de dólares”.
Plantea, por ejemplo,
proponer a los asiáticos una moratoria de un año y reformular con Petrocaribe
que los pagos sean a créditos solo si el petróleo supera los 70 dólares por
barril.
“Eso nos ayudaría a ahorrar
7.300 millones de dólares, que podríamos usar en el mercado cambiario para
reactivar ese mercado y la economía”, enfatizó.
También cree que pueden
convertir en recursos líquidos unos 8 mil millones de bonos en poder de la
República.
Liberar el mercado cambiario:
algo progresivo
Vera coincide en que el fin
último debe ser levantar el control de cambio, pero en lo inmediato solo podría
hacerse sobre las transacciones comerciales, con verificación una vez llegue la
mercancía al territorio, y para la remisión de dividendos.
La idea es “movernos a un
tipo de cambio único, competitivo y estable, esto es que no nos ponga en
posición de desventaja ante el resto del mundo (… ) Es algo que no hemos tenido
nunca”.
La estabilidad de la tasa
solo puede lograrse con “intervenciones estabilizadoras del BCV, y para eso
necesita divisas”.
Acota el economista que el
levantamiento del control para las transacciones financieras solo puede
ejecutarse “cuando la economía inspire confianza y, sobre todo, con una baja
inflación (…) para no generar fuga de capitales que después se convierta en una
crisis financiera”.
En todo caso, acota que las
divisas deben ir dirigidas a la producción nacional, para apalancar el
crecimiento económico.
23-06-16
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