Edgar Rivero 22 de junio de 2016
El
éxito rotundo del accidentado proceso de validación de firmas ha sido demoledor
para el gobierno de turno. La sala de situacional del CNE – PSUV, debió
encender las alarmas y trasmitir a Miraflores que pese a las trampas,
obstáculos, trabas, lluvia y pare usted de contar, existe en la ciudadanía la
decisión de validar, movilizar y aportar esta primera fase del proceso
revocatorio con absoluta normalidad, pero con gran determinación y asistencia,
de cara al futuro inmediato. Lo que no deja lugar a dudas: el pueblo quiere cambio
ya.
Los
cálculos y las proyecciones de lado y lado se quedaron pequeños. El pueblo
volvió a tomar la calle, para demostrar que la decisión de cambiar es real y
hará lo imposible para concretarlo. Por lo visto, no valió ni valdrá chantaje y
marramuncia alguna. La intimidación y la presión creada contra los funcionarios
públicos, perdió el efecto esperado. Las escasas máquinas captas huellas
distribuidas en el país no fue impedimento, para que la ciudadanía vuelva a
darle un fuerte golpe a las pretensiones autoritarias e inconstitucionales del
régimen de turno. La gente se movilizó y superó lo que fuese que hacer, para
lograr activar el revocatorio durante este año 2016.
Le
tiemblan las hojas del calendario al señor Maduro, ya el reflejo de la jornada
de exclusión celebrada la semana pasada habló por si sola; síntomas de una
muerte anunciada. El que tenga ojos que vea. Tales amenazas son parte de un
exiguo, ridículo y poco efectivo intento por evitar lo inevitable. Ni con la
presencia ni acompañamiento de los mismos gobernadores fue posible elevar el
número de excluidos en todo el país; caso particular nuestra entidad que en un
universo del veinte nueve mil firmantes, solo un centenar tuvo que realizar su
exclusión total de esta primera fase del proceso del referéndum revocatorio, a
trocha y mocha y producto de la presión.
El
resto de los firmantes con derecho a validar el 1% en el estado Portuguesa
quedó intacto, sólido, convencido y dispuesto, en el escenario que sea, a
validar su respectiva firma, para conquistar la celebración del revocatorio.
Los portugueseños seremos la diferencia. El descontento, la decepción y el
menosprecio por el gobiernito de turno será demoledor para lo que se aproxima.
Vuelvo y repito le tiemblan las hojas del calendario a Maduro y a su combo. El
sol les pega con más intensidad en la espalda, sin ninguna posibilidad de coger
sombra.
La
carrera contra reloj se hace visible y evidente del lado del régimen comunista
y todo indica que solo una salida inesperada, desapegada al marco
constitucional podría ser la única alternativa del salvación, para quienes han
sumergido a esta nación en una profunda crisis; traducida en hambre, miseria,
atraso, desconcierto y pocas oportunidades de progreso y bienestar común para
todo nuestro pueblo. No habrá trapo rojo que valga. Se avizoran tiempos de
cambio, a pesar de las voces agoreras tanto dentro como fuera de la Unidad y en
este caso los portugueseños no seremos la excepción. Las hojas del calendario
desbastador y hambreador rojo rojito tiemblan.
La
estocada del proceso de validación reoxigena a la ciudadanía con esperanza,
alegría y motivación, dos días fueron suficientes para cumplir con la tarea
indicada, validar la cantidad 6008 firmas. El pueblo una vez más retoma fuerza
y se resiste a vivir eternamente en colas, dependiendo de una bolsa de comida,
sin aspiraciones de ninguna índole, sólo porque a unos pocos que, hoy por
desgracia, ostentan el poder insisten en dirigirnos a un despeñadero sin
retorno y pretenden aniquilar el deseo de la gente de vivir dignamente elevando
su calidad de vida.
Finalmente,
sólo nosotros los venezolanos somos capaces de solucionar nuestros problemas. A
nosotros nadie nos engaña porque vivimos aquí y padecemos a diario la quiebra
del país y tampoco nos compran ya con comida, porque aún cuando nos mantengan
en colas sabemos por quién no votaremos nunca más. Tengamos fe y confianza en
que la Asamblea Nacional y la MUD están trabajando arduamente para salvar todos
los obstáculos que nos pongan para salir de esta pesadilla. Fuerza, fe,
determinación y cambio ya!
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