Fernando Mires 23 de junio de 2016
El
semanario Tal Cual me ha solicitado entregar mi artículo semanal a más tardar
el día Martes 21 para que aparezca el Jueves 23 de Junio.
El
Lunes no puedo escribir. Es día de obligaciones ciudadanas: entrega de la
declaración de impuestos, visita al hospital (un antiguo conocido agoniza).
Además, hacer las compras y ayudar a cocinar. Entonces deberé escribir mi
artículo el Domingo 19.
Pero
el Domingo es mi día de descanso. Jonas Kaufmann cantará las mejores piezas de
Wagner. Y como me levantaré a ver el partido Chile- México a las 4 de la mañana
(hora europea) deberé dormir una siesta. Si no, me muero.
Entonces
decidí escribir para Tal Cual el día Sábado. Y ahí surgió la pregunta
hamletiana. ¿Cómo puedo escribir hoy un artículo que pueda tener validez hasta
el fin de la próxima semana? Depende del tema, me dije.
¿Escribiré
sobre los crímenes de Orlando y el desprecio islamista a los gay, o sobre el
malhechor aislado que vio en la homosexualidad colectiva una amenaza a su existencia
individual?
¿O
sobre las batallas sangrientas que nos brindan los hooligans en la Copa Europa?
¿O
sobre Putin quien aprovechando un inofensivo campeonato futbolístico azuza a
sus hooligans como si fueran destacamentos militares enviados a ocupar las
calles de Francia?
¿O
sobre el asesinato de la parlamentaria británica Jo Cox y sus implicaciones con
la agitación ultra-nacionalista desatada por el Brexit?
¿O
escribiré que cuando un islamista asesina a los prójimos la culpa la tiene el
Islam y cuando un occidental hace lo mismo la culpa la tiene “la sociedad”?
¿O
escribiré que los psicópatas no nacen así pero llegan a serlo cuando respiran
el ambiente envenenado por gente como Trump, Putin, Erdogan, los yihadistas,
los neofascistas y tantos otros?
¿O contra
el supuesto derecho de cada uno a portar armas para defenderse (o atacar) a los
prójimos? (“El Retorno de Lejano Oeste” sería un título espléndido)
¿O
sobre la milésima detención del escritor Angel Santiesteban en La Habana?
No
obstante, debo tomar en cuenta que Tal Cual es un diario venezolano. En ese
caso sería más conveniente escribir sobre un tema venezolano. En consecuencia,
repasé los titulares de prensa de ese país. Así leí:
-
Mercenarios para-estatales atacaron con fierros a Julio Borges y otros
parlamentarios.
-
Profanada tumba de Rómulo Gallegos.
-
Amenazas del general Padrino López a la Asamblea Nacional.
-
Maduro hace otra exégesis de sus bolas.
- Y el
fulano siniestro continúa dando con el mazo.
No fue
difícil descubrir que todos los temas mencionados, ya sea mundiales o
venezolanos, convergían en una sola dirección: la violencia. Por lo tanto no
tenía más alternativa que escribir un artículo sobre el tema de la violencia en
la política. Como es mi costumbre, anoté algunas tesis previas. Son las
siguientes:
1) La violencia emerge cuando y donde
fracasa la palabra política.
2) La mayoría de los terroristas son seres
sin, o con muy precaria comunicación verbal
3) Los gobernantes violentos rehuyen el
debate. Por eso gente como Putin, Erdogan, Maduro y otros, son radicalmente
anti-parlamentarios.
4) El Parlamento es el espacio del debate,
vale decir, de la contra-dicción. Sin Parlamento la sociedad “no habla”.
Defender al Parlamento es defender a la democracia.
Con
esas cuatro tesis ya tenía material suficiente para desarrollar el tema de la
violencia en la política. Me dispuse pues a escribir el artículo. Justo ahí me
di cuenta de que ya no era necesario hacerlo. Mi artículo sobre la violencia en la política está terminado.
Usted recién lo ha leído.
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