Por Ricardo Hausmann
Los problemas de Venezuela
son autoinfligidos y el país sólo se recuperará si se aleja de sus formas. Sin
embargo, hay mucho que el resto del mundo podría hacer para ayudar a Venezuela
a salir de su crisis actual.
¿Cómo llegamos aquí? Por
desgracia, el ex presidente Hugo Chávez no utilizó el auge masivo del precio
del petróleo entre 2004 y 2013 para ahorrar dinero para los días lluviosos y en
su lugar lo gastó todo y además quintuplicó la deuda externa pública. Esto dejó
al país en una posición vulnerable porque cuando el precio del petróleo se
redujo en 2014 el país se quedó sin ahorros y sin acceso a los mercados
financieros debido al sobre-endeudamiento. Utilizó el auge para expropiar
grandes franjas de la economía, imponer controles de cambio y de precios
draconianos y subsidiar las importaciones. Todo eso debilitó la economía e
hizo al país más dependiente de las importaciones, que los venezolanos ya no
pueden permitirse. Para volver a la prosperidad, el pueblo de Venezuela
necesita la libertad de vender sus productos al precio que el mercado puede
soportar y de comprar lo que sea necesario a través del comercio exterior – un
intercambio que ha sido prohibido en esencia por el gobierno.
Pero la recuperación sería
mucho más rápida y menos dolorosa con tres formas de asistencia internacional.
En primer lugar está la
cuestión de los suministros de emergencia de alimentos y medicinas. El 80% más
de reducción de las importaciones llevada a cabo por parte del gobierno ha
llevado a un colapso mortal de la producción y los inventarios – especialmente
de alimentos y medicinas – y a la ruptura de las cadenas de producción. En
tanto se restablecen estas cadenas, el país debe aceptar la ayuda
humanitaria que los países, como los Estados Unidos y Brasil, y las
organizaciones no gubernamentales como Caritas ya han ofrecido. Pero el
gobierno ha rechazado estas ofertas en un equivocado intento de negar la
existencia de una crisis humanitaria en el país y que está costando muchas
vidas.
En segundo lugar, para
financiar un camino hacia la recuperación y la sostenibilidad, Venezuela tendrá
que reestructurar su deuda pública externa para bajar su costo y alargar sus
plazos de vencimiento y se necesitará una cantidad significativa de ayuda
financiera internacional para hacerlo. Un “programa de acceso excepcional“,
como los de Grecia o Ucrania, dirigido por el Fondo Monetario Internacional con
el apoyo de otras organizaciones multilaterales como el Banco Mundial y el
Banco Interamericano de Desarrollo, proporcionaría los recursos que permitiría
que la economía se recuperara más rápidamente, mientras se fondean con efectivo
los programas de transferencia para proteger a los miembros más vulnerables de
la sociedad.
En tercer lugar, el país
tendrá que restablecer la cooperación de inteligencia con Estados Unidos y
otras agencias de seguridad para hacer frente a los grupos de narcotráfico y de
lavado de dinero que han tomado el control de importantes sectores del estado
venezolano, incluyendo sus fuerzas armadas y el sistema de justicia criminal.
Mientras la creación de un estado limpio, justo y responsable debe ser el
principal objetivo, la localización y recuperación de los miles de millones de
dólares que han sido robados por funcionarios corruptos y sus aliados sería una
contribución bienvenida a la recuperación.
28-06-16
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