Edgar Rivero 29 de junio de 2016
El
pasado 24 de junio se celebró una vez más una gran batalla. En aquella
memorable oportunidad, de 1821, Bolívar y Páez junto a cientos de venezolanos
pelearon por nuestra libertad, en la gesta de Carabobo. Igualmente celebramos
el día de San Juan Bautista, quien como todos sabemos fue quien bautizó a Jesús
en el río Jordán. Ambos hechos muy significativos precedieron en importancia a
nuestra gesta actual, la de la validación de firmas, para activar el Referendo
Revocatorio.
Pero
no fueron diez, ni cien, ni mil. Fueron más de 13 mil portugueseños, quienes
demostraron de manera contundente, democrática, pacífica y constitucional, que
no hay poder más grande que el de un pueblo unido decidido a cambiar. Esto
tiene una sola lectura, un solo significado: de estado rojito, pasamos a estado
cansado, hastiado de tanta mentira, pues por un lado pretendieron mantener
indefinidamente la idea de una “guerra económica”, para culpar a otros de su
incapacidad y por otro lado, seguir sembrando el odio social y ya esto no se lo
come nadie.
Los
abusos cometidos por parte del CNE, fueron superados por la mística,
organización, esfuerzo, sacrificio y un inmenso espíritu de lucha a favor del
cambio, que evidenciaron los diferentes equipos de trabajo desplegados en cada
punto de validación de nuestra entidad. Cada quien a su manera, a su estilo,
con claridad suprema supo sopesar la adversidad y garantizar que esta fase
pudiese concluir, con un ambiente formidable y esperanzador en función del
objetivo supremo: revocar a Maduro y su pandilla de ineptos y corruptos.
La
realidad nos ratifica que vamos por buen camino, tanto así, según apreciaciones
de uno de los representantes electorales de la MUD Vicente Bello, el viernes 24
de junio a las 5:00 de la tarde, en la sede del Consejo Nacional Electoral se
levantó un acta, en presencia de representantes del propio CNE, el PSUV y la
MUD donde se constató que se habían validado, hasta esa hora más de 400 mil
firmas, es decir 2 por ciento de las rubricas requeridas, del 1 por ciento
requerido, según el reglamento del CNE. No habrá trampa que valga,
indistintamente se tomen todos los días hábiles reglamentados para
supuestamente auditar.
Los
portugueseños dejaron claro su rechazo rotundo contra el régimen de turno. No
hubo adversidad que fuese no rebasada, con esta cantidad de manifestaciones de
voluntad de los venezolanos. Ahora, la Mesa de la Unidad Democrática se va a
dirigir al CNE, en los próximos días, para formalizar la solicitud de la
convocatoria, con el 20 por ciento de las firmas de los electores, es decir, 3
millones 894 mil 148 manifestaciones de voluntad, para convocar el Referéndum
Revocatorio contra el presidente ilegítimo, a quien se le ha dado la
oportunidad de renunciar y salir por la puerta delantera y no por la trasera.
Por
lógica, para esta próxima fase de la activación del revocatorio, se deben
afinar detalles a lo interno de la MUD con relación a lo organizativo y electoral.
Minimizar los errores, potenciar las fortalezas a favor. Elevar a su máxima
expresión el aspecto motivador. Generar todos los mecanismos requeridos para
que cada quien ofrezca lo mejor de sí, sin sectarismos, ni celos de ningún
tipo. Teniendo presente que el compromiso es con Venezuela.
Asimismo
la MUD nacional tiene previsto solicitar la presencia de los observadores
internacionales como la Organización de Estados Americanos OEA y UNASUR. Para
que se garantice el respeto de los derechos políticos establecidos en la
Constitución Nacional y el reglamento del CNE para la realización del
Referéndum Revocatorio y se le ponga un freno a los abusos que está cometiendo
el ente comicial.
Cada
quien en lo suyo, debe comprender que el mes de julio será determínate para la
necesidad de cambio que se aspira. Nadie puede dudar, el miedo y el conformismo
no tienen cabida en esta ardua lucha. Es prudente participar, involucrase,
ayudar, motorizar este evento siguiente, para superar las trabas. Solo será
necesario firmar y colocar su huella dactilar y así estaría convocando el
Referéndum Revocatorio.
Finalmente,
se acabó la era de la invencibilidad. Los tiempos han cambiado. El hambre, la
miseria, el atraso, así lo patentan. El revocatorio no es capricho, ni tampoco
es como la bolsa de comida del CLAP excluyente; todo lo contrario, es un
mecanismo constitucional real que nos incluye a todos por igual y al mismo
tiempo nos brinda de manera pacífica, cívica y democrática la feliz y gran
oportunidad de salir del atolladero donde estamos. Viva Venezuela, Viva la
Unidad, Revocatorio YA.
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