Por Henrique Capriles
Hace 195 años nuestros
libertadores libraron una batalla para enrumbarnos por el camino de la
independencia. Ese 24 de junio de 1821, nuestro ejército patriota selló con la
Batalla de Carabobo, el proceso emancipador venezolano. Sin armas sofisticadas,
pero con unas ganas inmensas de libertad, nuestros guerreros se armaron de
valentía y coraje para vencer el yugo opresor.
El país había manifestado su
decisión de convertirse en nación soberana. Quería organizar su gobierno, su
comercio, su economía, sus leyes, de acuerdo a su propia voluntad, sin que
ninguna otra nación se lo impusiera. Toda Venezuela se levantó en armas.
Hombres, mujeres y hasta niños debieron transformarse en guerreros. Ellos
querían cambio, se lo creyeron y lo lograron.
Ese mismo sentimiento de
libertad, de un futuro distinto, fue el que vimos en las calles de nuestra
amada Venezuela durante el proceso de validación de firmas que se realizó entre
el 20 y 24 de junio. Un inmenso ejército de hombres y mujeres salió dispuesto a
vencer obstáculos, a cumplir una meta y se logró, demostrando una vez más que
un pueblo unido es invencible.
Los venezolanos unidos somos
más fuertes y juntos derribamos las barreras de las injusticias y las
desigualdades. Logramos validar 409.313 firmas, lo que es más del doble de las
requeridas en ese 1% que no aparece en la Constitución, sino que el CNE se
inventó en 2007 con el reglamento que rige el Referendo Revocatorio, pero que
ahora ni eso quieren acatar.
El Poder Electoral tiene
4.000 máquinas captahuellas y para la jornada solo dispusieron de 300, para que
1.352.000 personas pudiera validar. No conforme con ello, aplicaron operación
morrocoy y colocaron más puntos de validación en lugares sin votantes y menos o
ninguno donde estaba el grueso del electorado.
Se presentaron
irregularidades muy graves durante el proceso, incluso de manos de autoridades.
Un personaje que tarde o temprano juzgará la justicia, pretendió estar por
encima de la Constitución en el estado Nueva Esparta, mientras que en Carabobo
y Aragua, los gobernadores de esas entidades hicieron cualquier clase de
artimañas para impedir la validación. Es bueno que se sepa que los derechos
políticos son derechos humanos, y violarlos tiene implicaciones legales que no
prescriben.
Hubo muchos incidentes. Trancaron
las vías con árboles para evitar el paso de los venezolanos que iban a ejercer
su derecho. Utilizaron a funcionarios de la Fuerza Armada Nacional para bajar a
las personas de los autobuses que se organizaron para llevar a las personas a
esos puntos lejanos. Comenzaron el proceso tarde en muchos estados y lo
hicieron en horario de oficina y no corrido como sería lo normal. Hicieron
cortes de luz para evitar el proceso, casualmente la luz solo se iba donde se
hacía la validación. Sabotearon el proceso de toda manera posible e
inimaginable, pero nuestro bravo pueblo no se rindió.
Con todos estos hechos
armamos un expediente que haremos llegar a todas las instancias
internacionales. Sabemos que esas cuatro señoras que están en el CNE son
parciales y que ni ellas ni su jefe Nicolás Maduro quieren Revocatorio. Pero
pese a todos los obstáculos, no pudieron torcer la voluntad del pueblo, hasta
ríos atravesaron los venezolanos para ejercer su derecho, cumplir con el país,
y derrotar a estos enfermos de poder. La aplanadora amarilla, azul y roja, con
grito de Gloria al Bravo Pueblo y sabor a pabellón, les pasó por encima, las
barrió. El pueblo hizo respetar la Constitución y dejó muy claro que el
Revocatorio le pertenece al pueblo, demostrando una vez más que unidos somos
invencibles.
Entorpecer el proceso fue
una jugada muy mala para el gobierno, la imagen de nuestra Venezuela de esta
semana siguió siendo de colas, pero esta vez de colas para revocar la escasez,
el desabastecimiento, la inseguridad, el irrespeto a los derechos humanos, para
que llegue la ayuda humanitaria y haya medicinas; porque el Revocatorio
es la solución electoral, Constitucional, pacífica y democrática para que
aparezca la comida y así derrotar el hambre.
Es inaceptable lo que
estamos viviendo por la irresponsabilidad de un gobierno corrupto e incapaz. El
hambre se ha apoderado de nuestro pueblo, por lo menos 40% de los venezolanos
comen dos o menos veces al día, debido a la escasez y el encarecimiento de los
productos alimenticios. Esa terrible realidad no la quiere ver o no la quiere
aceptar Maduro y sus enchufados. Lamentablemente, hoy somos noticia en el mundo
por esa dantesca cifra.
Mientras tanto, el ex
presidente Zapatero se está moviendo en aviones de PDVSA. Viniendo en secreto y
bajo estas circunstancias, en mi opinión, el ex presidente queda descalificado
para liderar una mediación para el diálogo. Nosotros hemos dicho que en esa
mesa debe incorporarse otras personas y hemos sugerido algunos nombres. El
grupo de ex presidentes debe ampliarse si de verdad se quiere un proceso
transparente y sincero, no un diálogo hipócrita, que lo que busca es que Maduro
compre tiempo para evitar el Revocatorio.
A nivel internacional ya se
sabe lo que estamos viviendo en nuestra Venezuela. Esta semana la crisis en
nuestro país fue tema de discusión en el Consejo Permanente de la Organización
de Estados Americanos y pese a que la enchufada canciller de Maduro, porque esa
señora no representa a los venezolanos, pretendía desconocer lo que significa
la Carta Democrática, el tema fue abordado.
Debe quedar claro que la
Carta Democrática es para defender la institucionalidad de un país, no de un
presidente, la OEA no es una tribuna para defender a un Gobierno, sino a los
pueblos y sus instituciones. Por ende, si en Venezuela se desconoce al Poder
Legislativo hay una ruptura del orden constitucional, y es obligación del
Secretario General de la OEA llevar el tema a discusión en el Consejo
Permanente, quien por cierto, narró muy bien toda la situación de crisis que
estamos viviendo los venezolanos, y no solo habló sobre la crisis de salud, de
alimentos, económica y social, sino también sobre el Referendo Revocatorio.
Si hay un diálogo este debe
ser para buscar solución a la crisis, no para negociar los derechos de los
venezolanos. El diálogo deber ser para preguntarle al pueblo qué quiere y para
eso es el Revocatorio. El Revocatorio es para que los venezolanos decidan qué
rumbo quieren para el país, si seguir en crisis o si salir de ella.
Quien se sabe seguro del apoyo
de su pueblo va a elecciones sin pensarlo mucho, porque estaría refirmando su
convicción, pero para quien se sabe sin pueblo solo le queda la verborrea y el
desprecio por quienes se sabe derrotado. Pero nuestro pueblo venezolano se
fortalece con cada obstáculo porque sabemos que unidos somos más fuertes.
Sigamos adelante. ¡Dios bendiga a nuestra Venezuela!
26-06-16
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Para comentar usted debe colocar una dirección de correo electrónico