Papa Francisco 25 de junio de 2016
"Antes
de juzgar a los demás debemos mirarnos primero en el espejo para vernos
a nosotros, nosotros mismos, como nos vemos". Esto fue lo que
dijo el Papa Francisco durante la homilía de Santa Misa celebrada en la
Capilla de Santa Marta, en el Vaticano.
El
Santo padre señaló que lo que distingue el juicio de Dios al nuestro no es
"omnipotencia" sino la "misericordia".
"El
juicio es solamente de Dios, de modo que si no queremos ser juzgados, no
debemos juzgar a los demás"
Todos
nosotros queremos que el Señor nos mire con bondad en día del juicio final y
que Él se olvide de las muchas cosas malas que hemos hecho en la vida
Mirarse
en el espejo. No ser hipócritas
Por lo
tanto, si juzgas a los demás constantemente, con la misma medida tú serás
juzgado El Señor, por lo tanto, nos invita a mirarnos en el espejo.
Mirarse
en el espejo, pero no para ponerse el maquillaje para ocultar las arrugas. No,
no, no, ¡ese no es el consejo! Mirarse en el espejo para mirarse a sí
mismo como eres:
¿Por
qué ves la paja que está en el ojo de tu hermano y no te das cuenta de la
viga que está en tu propio ojo? o, ¿cómo puedes decirle a tu hermano: Déjame
sacar la paja de tu ojo, mientras que hay una que se encuentra todavía en
tu ojo y cómo ve eso el Señor en nosotros cuando hacemos esto? Una palabra: "hipócrita".
Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja
del ojo de tu hermano
Orar
por los demás. No juzgar
Vemos
que el Señor se pone un poco enojado aquí. Nos llama hipócritas cuando nos
ponemos en el lugar de Dios. Esto, fue con lo que la serpiente convenció a
Adán y Eva que hicieran: "Si comes esto, serás como él". Ellos
querían tomar el lugar de Dios.
Por esto, ser
jueces es muy feo. El Juicio Final pertenece sólo a Dios, ¡a Él
solo!". A nosotros nos queda "amar",
"comprender", "orar por los demás" cuando vemos cosas que
no son buenas. Hablemos amablemente a los demás de manera
que ellos puedan aprender de sus errores. Pero nunca juzgar. Y esta es la
hipocresía, si juzgamos.
Sólo
Dios puede juzgar
Cuando
juzgamos a los demás nos ponemos en el lugar de Dios, pero nuestro juicio es un
juicio pobre, nunca serán un verdadero juicio.
Sin
embargo, ¿Por qué nuestro juicio no puede ser como el del Señor? ¿Debido a
que Dios es todopoderoso y nosotros no lo somos?. ¡No! Se debe a que nuestro
juicio carece de misericordia Y cuando Dios juzga, juzga con
misericordia.
Pensemos
hoy acerca de lo que el Señor nos dice: No juzgues, para que no
sean juzgados... La medida, mediante la cual juzgamos, será la misma
que será utilizada para nosotros; y, en tercer lugar, vamos a vernos en el
espejo antes de juzgar. "Pero este hombre hace esto ... ese tipo hace
aquellos ... Pero, espera un minuto... Mírate en el espejo y
después piensa. De lo contrario, voy a ser un hipócrita si
me pongo a mí mismo en el lugar de Dios y, además, mi juicio es un juicio
pobre. El juicio humano carece de la misericordia del juicio del Señor.
Que el
Señor nos haga comprender estas cosas.
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