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miércoles, 22 de junio de 2016

Sin caretas por @marinojgonzalez


Marino J. González R.


El Consejo Nacional Electoral ha dejado ante el mundo todas las evidencias de que muy  poco le interesa guardar las mínimas apariencias. En las últimas semanas, a ritmo incesante, la mayoría del CNE ha pulverizado letra a letra el artículo 294 de la Constitución.

Tanto en Venezuela como en todos los ámbitos internacionales, la señal es muy evidente: estamos en presencia de un poder público totalmente plegado al Poder Ejecutivo, sin mayores tapujos, dócil y obediente.

El artículo 294 de la Constitución dice lo siguiente: “Los órganos del Poder Electoral se rigen por los principios de independencia orgánica, autonomía funcional y presupuestaria, despartidización de los organismos electorales, imparcialidad y participación ciudadana, descentralización de la administración electoral, transparencia, y celeridad del acto de votación y escrutinios”.


Con el proceso de solicitud de realización del referendo revocatorio del Presidente de la República, la mayoría del CNE ha demostrado que ninguno de los conceptos anteriores puede adjudicarse a su gestión. El CNE no tiene independencia orgánica porque actúa como ente defensor del Gobierno.

Antes que responder a las exigencias de participación democrática, según lo establecido en el texto constitucional, el CNE justamente crea los mayores inconvenientes para que se exprese la decisión de los venezolanos. La reglamentación de un proceso relativamente sencillo ha servido de pretexto para colocar todas las trabas posibles.

Tampoco es autónomo el CNE cuando la mayoría que lo maneja da muestras de seguir, prácticamente al pie de la letra, las indicaciones de sectores del Gobierno y del partido de Gobierno. Ninguna posición o palabra que señale un mínimo de independencia, de criterio propio.

La despartidización, al contrario de lo establecido en la Constitución, está completamente desaparecida. Tampoco se encuentra la imparcialidad y el estímulo de la participación ciudadana. Decisiones que deben tomar  en cuenta las diferencias estadales y municipales son completamente descartadas.

Procedimientos que pudieran ser expeditos son retrasados sin miramientos. Solo hay que citar en este aspecto que las validaciones tienen que esperar más de 20 días para ser confirmadas.

Es bastante contundente que lo que menos interesa a la mayoría del CNE es garantizar que los venezolanos tomen decisiones ejerciendo el sufragio. Se trata más bien de prolongar, a través de todos los medios, la permanencia de este Gobierno que a todas luces ya no puede más. Que ha complicado en grado superlativo la vida de los venezolanos.

Que no tiene ninguna solución para los problemas, los cuales son más bien su creación. La mayoría del CNE actúa como recurso de contención para perpetuar el monumental fracaso de esta gestión. Pero tal mayoría circunstancial ha encontrado una gran disposición de los venezolanos para transformar al país. Se han quedado sin caretas y sin argumentos.

22-06-16




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